La admiración y el fervor por despedir al mito pudo ayer más que las conductas de cuidado para evitar el contagio del coronavirus, repetidas hasta el hartazgo: así un millar de apasionados hinchas ganaron las gradas del estadio Gabino Sosa para despedir a Tomás Felipe "Trinche" Carlovich. "El primer funeral popular en cuarentena", como lo bautizaron. La movida generó dos reacciones oficiales: la primera del fiscal de la Unidad Especializada en covid-19 en turno, Matías Ocariz, quien elevó un pedido de informes al Jefe de la Unidad Regional 2 de Rosario Danilo Villán sobre el motivo de la falta de aviso a la Fiscalía del velatorio a cielo abierto. "No estábamos enterados", fue la escueta respuesta que recibió el fiscal al atardecer de ayer y que compartió con este diario. Sin dudas, fue una curiosa respuesta policial sobre todo porque en redes sociales se convocaba abiertamente a concurrir a despedir al ídolo, cuyo féretro pasó por delante de las tribunas del estadio sobre un vehículo de una casa velatoria. "Ahora veremos las responsabilidades de los organizadores", agregó Ocariz. También reaccionó la secretaria de Salud Sonia Martorano, quien alertó sobre el riesgo de la concurrencia masiva de gente. “Es un tema que pone en riesgo lo que uno viene haciendo. Esperemos que no traiga consecuencias“, dijo la funcionaria.

La especialista no dejó de ponerse en la piel de la gente al reconocer que "la emoción superó a las personas. El dolor, la indignación por lo que pasó con Carlovich hizo que pasara esto, pero tendrían que haber acudido con cuidados, distanciamiento. Es un tema que pone en riesgo lo que uno viene haciendo“.

“El modo de despedir ahora es otro, no se pueden hacer velatorios. Esto se escapó de las manos. También me preocupé, esperemos que no traiga consecuencias”, puntualizó Martonaro. "En cada cosa que hagamos, cualquier movimiento, tenemos que comprometernos. Cuidarnos a nosotros es cuidar a otros, a médicos, enfermeros, gente que no puede quedarse en casa y está muy expuesta. Hay que pensar en ellos, que nos van a cuidar si tenemos que internarnos o si nos contagiamos. Todos somos posibles pacientes. Debemos apelar a la conciencia colectiva. Si no nos comprometemos, vamos a volver para atrás", aseguró.

Por último, estimó que el pico de casos podría darse sobre finales de mayo y principios de junio, aunque expresó: "Ojalá nunca llegue. El tema es cuando el virus entre en una comunidad cerrada o en un barrio vulnerable, porque se hace difícil generar el bloqueo". La funcionaria de Salud fue taxativa: "La vida como la conocimos no va a volver a ser igual por un buen tiempo", declaró en Radio Dos.

Sobre la despedida a Carlovich, el propio comunicado oficial de Fiscalía avanzaba sobre el reconocimiento del contexto en que se dio el funeral sui generis:  “se comprende la necesidad de la gente de expresarse y de despedir al ídolo pero en las actuales condiciones, no puede justificar una excepción que ponga en riesgo todas las medidas de salud que se están llevando a cabo por disposición del Gobierno Nacional”.

Con dureza, Fiscalía señaló: “La primer intervención en los incumplimientos de cuarentena son por parte de la policía, quien advierte el incumplimiento y notifica a las personas que debe cumplirse la normas. Si cualquier persona notificada que incumple tiene pedido de captura, reiterados incumplimientos o se resiste, se debe dar aviso a Fiscalía para que intervenga”.

El Trinche Carlovich falleció en la mañana del viernes en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez mientras le realizaban una operación de urgencia por el aumento de presión intracraneana. El ídolo de todo el fútbol rosarino había sido atacado el miércoles por la tarde en la zona de Paraná y Eva Perón para robarle la bicicleta. Por el hecho hay un joven detenido.

Los restos del Trinche fueron velados en una cochería de la zona oeste de Rosario y alrededor de las 10.30 el cortejo partió hacia el estadio Gabino Sosa, ubicado en Juan Manuel de Rosas y Virasoro. Allí, el club habilitó la tribuna que da espaldas precisamente a Virasoro -la que habitualmente ocupaba el trinche cada vez que iba a ver a su amado Córdoba- y varios cientos de hinchas charrúas aguardaron la llegada del coche fúnebre.

Una vez que el cortejo ingresó al césped del Gabino Sosa, el féretro fue transportado a mano hasta el centro del campo de juego, donde permaneció por espacio de algunos minutos. Los hinchas despidieron con un cerrado aplauso los restos del ídolo charrúa, que luego fueron trasladados hasta un cementerio privado de Granadero Baigorria.