Tras seis años de hiato, pronto regresará Curb Your Enthusiasm, serie de culto donde el taimado, sardónico, camorrero, incorrectísimo, irreverente señor de la comedia, don Larry David, volverá con su humor maldito y su desvergüenza sin remilgos en una novena temporada que, conforme se ha confirmado, ya ha comenzado a grabarse, se emitirá por HBO, llegará en algún momento de este añoy devolverá a la pantalla a habitués de la tira (Jeff Garlin, Cheryl Hines, Susie Essman, Mary Steenburgen y Ted Danson, entre ellos). Además de devolver, claro, a la icónica canción de apertura -y cierre- del programa: “Frolic”, del compositor, pianista y arreglista italiano Luciano Michelini. “En cierto modo te introduce a la idea de que vas a experimentar algo bastante idiota”, sincretizó Larry años atrás al referirse al track; y no hay quien desestime que cuando la ligereza es necesaria para dispersar un momento incómodo, pesado, serio, “Frolic” sirve como una no tan sutil pista de que algo ridículo está al caer.

De allí que no sea especialmente sorprendente que la canción se haya convertido en un meme en sí misma, renovando su habilidad de distender cualquier situación embarazosa, convirtiéndola en un gag garantizado. En especial, momentos de la cultura pop y de la vida política norteamericana, que invitan a la carcajada cuando, en el punto álgido de tensión, son musicalizadas con “Frolic”. ¿Warren Beatty da el Oscar al film equivocado? ¿Steve Harvey anuncia a la Miss Universo incorrecta? ¿Bernie Sanders es interrumpido durante un discurso público? Suena la composición, y risotada asegurada. Qué va, hasta ha sido usada por fans en escenas de Breaking Bad, Perros de la Calle o Juego de tronos con símiles resultados.

Y aunque los mashups llevan algunos añitos en curso, solo recientemente Michelini se refirió al extendido uso online de su canción, diciendo -cabe aclarar- estar encantado. “He visto muchos videos en YouTube conocidos como ‘El efecto Frolic’, son muy divertidos. Creo que la gente ha encontrado el uso perfecto para esta pieza, que tiene en ella ADN cómico”, ofreció el señor. Y sobre el éxito de la reconocible melodía, apenas atinó a suponer que se debe a que es “la canción justa para el programa correcto en el momento adecuado”.