La incidencia negativa de la pandemia del coronavirus provocará un retroceso en la esperanza de vida en el mundo, que en promedio había crecido 5,5 años en lo que va del siglo XXI. La gente tiene hoy “vidas más largas y saludables, lo malo es que el progreso es demasiado lento para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se retrocederá con la covid-19”, diagnosticó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, en un informe oficial.

A nivel global, se vive hoy más que a fines del siglo pasado, dado que se pasó de un promedio de 66,5 a 72 años de esperanza de vida, pero los avances podrían reducirse cuando se difundan las estadísticas del año en curso, a consecuencia del impacto producido por la pandemia sobre la población y de manera especial sobre los adultos mayores.

A pesar de las mejoras alcanzadas en este siglo, las estadísticas de la OMS siguen señalando una enorme brecha entre los países desarrollados, donde los indicadores llegan a los 80,8 años, mientras que en los países pobres están en 62,7, según las cifras difundidas por la OMS en 2016. Los niveles más altos de esperanza de vida están en los 84,2 años de Japón y los 83,3 de Suiza. En América Latina lideran Costa Rica (79,6 años) y Cuba (79), mientras que en Argentina, la edad promedio de esperanza de vida es de 76,9 años, según las últimas cifras difundidas por la OMS.

Este siglo los países desarrollados habían alcanzado un incremento de tres años, mientras que en los países en desarrollo aumentaron en 11. Las estadísticas también mostraban mejoras en el acceso de atención médica para la prevención de enfermedades como el sida, la malaria o la tuberculosis, así como en los servicios de maternidad, que redujeron a la mitad la mortalidad infantil entre 2000 y 2018, subraya el informe de la OMS.

En otros indicadores, el organismo internacional advirtió sobre una paralización de los progresos, por ejemplo en el área de inmunización, o en la atención de enfermedades no infecciosas, que en 2016 causaron un 70% de las muertes globales, la mayor parte en países pobres (85%). En este sentido, la OMS subraya que en más del 40% de los países del planeta hay menos de 10 médicos por cada 10.000 personas, y que en un mundo donde la cobertura gratuita universal es aún una utopía, unos 1000 millones de personas gastan al año al menos un 10% de sus ingresos en cuidados médicos.

“La pandemia ha recordado la necesidad urgente de que todos los países inviertan en sistemas sanitarios fuertes, como la mejor defensa ante brotes como el del coronavirus y otras amenazas que el mundo enfrenta cada día”, concluyó Tedros.