"Estamos en una situación crítica. Entendemos los reclamos, pero en este contexto no podemos validar subas de precios", indicaron desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, en relación a los pedidos de las empresas de consumo masivo para flexibilizar los controles de precios, que fueron extendidos hasta el 30 junio con precios máximos según el nivel del pasado 6 de marzo. Según el relevamiento del gobierno, los precios de los alimentos en los grandes supermercados subieron un 1 por ciento en abril, por debajo de la dinámica general, gracias a la aplicación de los controles. Sin embargo, el capítulo de alimentos y bebidas subió un 3,2 por ciento si se cuentan todas las bocas de expendio. "El compromiso de retrotraer precios fue muy alto en las cadenas de supermercados y menor en el resto de los comercios", concluye Producción.

La inflación fue del 1,5 por ciento en abril, la menor desde noviembre de 2017. Sin embargo, se trató de un mes totalmente anómalo. De hecho, el Indec informó que el 23,6 por ciento de la canasta directamente no pudo ser relevada porque los comercios o industrias estuvieron cerrados. Alimentos y bebidas volvió a quedar por encima del promedio, con un alza del 3,2 por ciento, a pesar de los controles oficiales. En cuatro meses, este rubro tiene una suba del 15,2 por ciento y del 52,2 en los últimos doce meses. 

Las principales alzas se dieron en frutas, verduras y hortalizas, como naranja (57,2 por ciento), cebolla (31,6), batata (17,2) y papa (11,6). También hubo aumentos considerables en carnes, como fue el caso del kilo de paleta (8,9 por ciento), cuadril (6,1), carne picada común (5,8), y en el filet de merluza (9,5 por ciento). Otro producto que lideró las subas fue el queso cremoso (9,2) y huevos de gallina (7,5). Según lo estudiado por el gobierno, las subas se concentraron en los comercios chicos y verdulerías.