Mientras el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, hace grandes esfuerzos por mostrar una supuesta creación de puestos de trabajo, se acumulan las noticias de despidos. Al puñado de empresas que el funcionario adjudicó un número de contrataciones, que no se corresponden con la realidad (ver nota central), se contraponen un enorme cúmulo de grandes firmas que despidieron a cientos de trabajadores. Textiles, automotrices, financieras, tabacaleras, lecheras, electrónicas, autopartistas, químicas, fabricantes de electrodomésticos e imprentas engrosan la lista de desempleados. A esto se suma la situación de las pequeñas y medianas empresas, cuyo impacto mediático es menor pero que, a cuentagotas, se suman a la destrucción de puestos de trabajo. 

  • Banghó. La decisión de formalizar la quita de aranceles a computadoras, notebooks y tablets impactó en el empleo del sector. El fabricante de computadoras Banghó cambió su estrategia de negocios hacia la importación, y anunció que despediría a unos 400 trabajadores, la mitad de su nómina. En enero último pasaron de 800 a 650 trabajadores y recientemente se despidió a 60 más. Tiene además 185 suspendidos, que cobran el 70 por ciento del sueldo.
  • Mefro Wheels. Tras más de cuarenta días de conflicto, la fábrica de llantas de origen alemán Mefro Wheels, radicada en la ciudad de Rosario, cerró el mes pasado sus puertas y despidió a 170 trabajadores, quienes recibieron el 60 por ciento de indemnización, que debieron aceptar. Los trabajadores, el sindicato y hasta la provincia intentaron que la empresa presentara un plan de recuperación, producción y hasta exportación que finalmente no ocurrió. 
  • Sancor. La reestructuración de la empresa pone en riesgo mil puestos de trabajo, desde el gremio apuntaron que SanCor está en condiciones de jubilar a 400 trabajadores y que casi el 10 por ciento de los 4000 que posee en forma directa, aceptarían un ofrecimiento de retiro voluntario en condiciones ventajosas.
  • Atanor. El Ministerio de Trabajo convocó a una audiencia por despidos en plantas de Atanor. A la audiencia están convocados representantes de la empresa y dirigentes de la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Química y Petroquímica (Festiqypra), en un intento por destrabar un conflicto por el despido de casi 200 trabajadores. No tuvo reparos en cesantear a través de un volante pegado en los portones de los establecimientos a trabajadores que en varios casos llevan entre 30 y 40 años en la empresa.
  • Volkswagen. La automotriz suspendió 600 empleados desde el 1 de marzo en su planta de Pacheco y los trabajadores denuncian despidos “encubiertos”. Desde Smata acusan a la empresa de aplicar una “flexibilización laboral”. “A partir de marzo 600 empleados podemos quedar suspendidos por un año y medio” remarcó Juan Carlos Amado, uno de los empleados de la empresa que hasta 2016 empleaba a 4700 trabajadores en Pacheco y que, actualmente, cuenta con 1700.
  • General Motors. El Smata afirmó que la compañía inició un proceso de suspensiones en su planta de Rosario para evitar 400 despidos. De todos modos, la suspensión de los empleados de la automotriz de origen estadounidense se extiende por nueve meses.
  • American Express. Las oficinas de atención al cliente de la compañía financiera serán mudadas a México para reducir costos. Esta es la excusa que usó el gigante financiero con sede en Nueva York para anunciar el próximo despido de 300 personas en la Argentina. La firma aseguró en el Ministerio de Trabajo que garantizará los puestos hasta el 30 de junio. Mientras tanto busca negociar retiros voluntarios. Los empleados están todos bajo relación de dependencia.
  • Artes Gráficas Rioplatenses. La gráfica del Grupo Clarín llevó adelante 380 despidos como resultado del cierre de la planta ubicada en el barrio de Pompeya. 
  • Nobleza Piccardo. Una de las dos mayores fabricantes de cigarrillos que operan en el país, ahora rebautizada como British American Tobacco, planea despidos de personal y reducción de sus actividades, afectada por una fuerte caída del consumo de cigarrillos. En la actualidad, la firma da empleo a 853 personas en sus dependencias administrativas, industriales y de distribución en San Isidro, Pilar y otras localidades alrededor del país.
  • Pampero. La textil dejó en la calle a 37 trabajadores en el Chaco. Los empleados comenzaron a recibir telegramas de despidos y la información con la que cuentan es que alcanzaría a todo el personal. El conflicto en la planta había recrudecido a finales de 2015, cuando por retrasos en el pago de haberes los trabajadores incluso llegaron al punto de tomarla como modo de reclamo hacia la patronal. 
  • La Serenísima. Parte de la producción de La Serenísima de Rufino se trasladaría a Junín y a Canals. A los 22 empleados de la planta si bien no los despidieron, la propuesta que les realizó la compañía es ser trasladados a una quesera de San Luis, a 360 kilómetros de Rufino, o a General Rodríguez, a 375 kilómetros, donde hay una planta clasificadora y envasadora. 
  • TN Platex. En Chaco, la crisis de la industria textil derivó en que la firma TN Platex, hilandería del grupo Karagozian, ex Mides, despidiera a 170 empleados. A principios del año pasado, la empresa más grande del sector textil decidió la suspensión de 450 empleados en dos plantas radicadas en La Rioja.