“Hoy nos enteramos que falleció Agustín Navarro, un querido vecino de este barrio”, dice el sacerdote Guillermo Torres de la parroquia Cristo Obrero, poco antes de iniciar la misa de la tarde. “Nosotros hacemos la misa por Facebook, para los vecinos”, cuenta a Página/12 en un alto de su recorrido de la tarde, el que lo lleva por los pasillos del barrio que hoy suma una nueva víctima a causa del coronavirus. Pero también, y sobre todo, a causa de las precarias condiciones en las que deben resistir a los embates de la pandemia. Esto es, la falta de recursos económicos y la falta de servicios esenciales como el agua, que todavía no se regularizó en amplias zonas del barrio.

A estas faltas, desde las organizaciones suman “el maltrato hospitalario y la falta de información”. “Falta agua, falta luz y nos falta información, porque cuando la gente llega a los hospitales o a los hoteles de aislamiento no se sabe más nada de ellos”, señala Walter Córdoba, de Barrios de Pie. Así fue con Agustín Navarro, quien vivía en el “sector YPF”, donde hoy Rita, su mujer, su hija Vanesa y sus nietos, recibieron la noticia de su fallecimiento. La que se los informó fue Mónica Córdoba, de Barrios de Pie. “Porque las organizaciones sociales estamos poniendo el cuerpo –explica-, la voluntad y el compromiso político para trabajar por el barrio, y el costo es altísimo”.

Agustín Navarro fue querido por su incansable trabajo social. Era un referente de Barrios de Pie y coordinaba un merendero. Y quería estudiar una carrera universitaria. “Leía, todo el tiempo leía”, recuerda Facundo Peralta, un joven militante que lo conocía. Tenía 57 años y falleció en el Hospital Ramos Mejía. Así, su nombre queda asociado al de Ramona Medina y al de Víctor “El Oso” Giracoy, otros dos referentes, víctimas visibles de la pandemia en los barrios más humildes de la ciudad.

Ya hay 1500 personas infectadas en el Barrio Mujica. Se suman 2593 en la estadística de contagios, en los más de 25 barrios populares de CABA. Y hasta ayer, eran 23 los fallecimientos en esos barrios. Dos de los hijos de Navarro están aislados en hoteles y la familia se hará los hisopados en esta semana.

Agustín estuvo más de una semana hospitalizado y después fue derivado a un hotel, hasta que su hija se dio cuenta de que tenía problemas respiratorios, y se pidió que vuelva al hospital. “Estuvimos toda la semana intentando que nos dieran el parte médico –explica Mónica- porque cuando las personas ingresan al sistema de salud nos quedamos sin información. Estado debería tener un trato más humanitario con estas personas”.

“Ya son tres referentes que perdimos acá en el barrio, gente valiosa muy comprometida”, dice Lenny Gutiérrez, del Movimiento Evita, que organiza un merendero, donde ya tuvieron 10 militantes contagiados. “Y también organizó las postas para evitar la circulación comunitaria del virus, porque eso es lo que nos afecta ahora, por eso necesitamos fortalecer el trabajo que estamos haciendo, ahora que empezó a llegar ayuda”, cuenta.

“Lamentablemente tuvo que suceder la muerte de Ramona para que llegara el agua”, dice Lorenzo “Toto” Martelli, del Frente de Organizaciones en Lucha. “Nosotros tuvimos el primero y el segundo caso”, cuenta Martelli. Y como muchos responsables comedores y merenderos ya están infectados, se hace muy dificultoso sostener la actividad del día a día”. Hay más de 30 organizaciones trabajando el barrio Mujica. “Además hay agrupaciones informales, de vecinos que hacen merenderos que lo sostiene a pulmón”, sostiene Martelli.

La situación en los barrios populares “la consideramos un acto deliberado y de desidia”, sostiene Eva Kousovitis, del Frente Salvador Herrera de la CTA Capital. “Distintas personas de nuestra organización, sus familiares y sus amigos están contagiados. Carlos Armando y su compañera Gladis Algañaraz son referentes históricos del barrio. Trabajaron por la urbanización y por el derecho al agua, levantaron la primera olla popular en el barrio. Hoy están internados en el Hospital Rivadavia”.

Para Eva, “tanto Ramona y “El Oso” como Agustín y tantos otros compañeros internados en hospitales y terapias intensivas y aislados en hoteles son resultado de las políticas que el macrismo lleva adelante en última década en la ciudad. Esto no es la pandemia”, dice. Se refiere entre otras al faltante de agua se da en numerosos barrios populares en CABA.

El 21 de abril, con el primer caso confirmado en el barrio comenzó el faltante de agua. “Ya el 24 de abril la falta es generalizada –detalla Eva- y durante 3 semanas mientras los contagios se propagaban los vecinos tenían que peregrinar por los pasillos tratando de encontrar algún camión aguatero. Esta situación en el barrio prueba la correlación que existe entre la falta de agua y la propagación de los contagios. Es impensado frenar la pandemia sin agua potable”.

“Agustín fue parte de las luchas históricas del barrio y las organizaciones lo reconocen. Ante la situación dolorosa de su muerte, eso es reconfortante --admite Mónica--. Nos damos el calor y la contención que nos falta, aunque ni siquiera se puede abrazar a la familia, solo podemos mirarnos y compartir la angustia, y ver las lágrimas, que son lo más visibles, eso también nos angustia de esta situación, pero también fortalece”.