Los jóvenes serán los más golpeados a nivel socio económico por la crisis del coronavirus. Se trata de un segmento de por si vulnerable en todo el mundo. Antes de la crisis, la tasa de desempleo juvenil fue de 13,6 por ciento. Se trata de la más alta de cualquier grupo poblacional. En el caso de adultos mayores a 25 años, es del 4 por ciento. En 2019 había 267 millones de jóvenes, o uno de cada cinco a nivel mundial, que no trabajaban ni estudiaban. También concentran los mayores índices de informalidad: 77 por ciento tenían el año pasado un empleo informal (328 millones de personas), contra el 60 por ciento en los adultos.

Así se desprende del informe “El Covid-19 y el mundo del trabajo”, realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Argentina no es la excepción. El desempleo alcanzó el 8,9 por ciento, según los últimos datos del Indec para el cuarto trimestre de 2019. Sin embargo, el indicador es casi el doble en los jóvenes, si se lo desglosa por grupos de población: 18,9 por ciento en las mujeres y 16,9 por ciento en los varones, en ambos casos para personas de entre 14 y 29 años.

Esta situación fue tomada en cuenta para el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que otorgó la Anses, según un informe que realizó luego el Ministerio de Economía. De los 9 millones que lo recibirán, el 24,8 por ciento son jóvenes de entre 18 y 25 años. “Dentro de este grupo de edad se observa que 6 de cada 10 tiene un empleo informal, y dentro de la población potencialmente titular del IFE de esta edad, el porcentaje de informalidad asciende al 98,8 por ciento”, dice el documento titulado “análisis y desafíos para la transferencia de ingresos a trabajadores precarios”. Además, agrega que el 48 por ciento se encuentra debajo de la línea de pobreza, muy por encima del promedio nacional. “Se trata de una población extremadamente vulnerable desde el punto de vista económico, por lo que el refuerzo del IFE se vuelve central en este contexto”, dice el texto.

También el Ministerio de Desarrollo Productivo pone la lupa en este grupo al analizar el funcionamiento del pago de salarios el sector privado a través del programa ATP. “En la práctica, el diseño tiende a beneficiar relativamente más a colectivos con salarios menores a la media”, dice el informe técnico. El Estado cubrió para los menores de 30 años el 67 por ciento del salario neto, cuando en promedio esa cifra fue del 61 por ciento. Para las mujeres, la cobertura salarial fue del 65 por ciento.