“Son doblemente héroes, pero sin nombre”, dijo Ernesto Alonso, ex combatiente de Malvinas que fue agredido, junto a los miembros de la Comisión Provincial por la Memoria, a su regreso de las islas, donde está a punto de comenzar el proceso de identificación de los soldados NN del cementerio de Darwin. La comitiva fue recibida con un ‘escrache’ el sábado al arribar al aeroparque metropolitano, por integrantes de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, que los increparon violentamente y los acusaron de “ofender la memoria” de los muertos en Malvinas por llamarlos “NN” y por querer “convertirlos en víctimas” de la dictadura militar. En tanto, el Premio Nobel de la Paz Adolfo  Pérez Esquivel –parte del grupo junto a la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y el padre Pepe Di Paola, entre otros– expresó que “el escrache fue con intolerancia e insultos”.

La CPM emitió ayer una declaración pública ante las agresiones de miembros de la asociación civil Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en la que ratificó la necesidad del “derecho a la identidad” que tienen las 123 tumbas de soldados no identificados en el cementerio de Darwin, así como la exigencia de “juicio y castigo por los crímenes de lesa humanidad cometidos por las FF.AA. contra sus propios soldados, la soberanía a través de la paz y el diálogo y la desmilitarización del Atlántico Sur”.

La Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, que preside María Fernanda Araujo, entregó una carta a Pérez Esquivel que indica que los soldados muertos “no son NN sino héroes de la Patria que dieron su vida por todos nosotros” y le pide que deje de “denigrarlos”. 

En diálogo con PáginaI12, Alonso enfatizó que no hay una dicotomía entre ambos conceptos. “Ellos insisten en asociar los NN con cualquier barbaridad, le dijeron a Norita (Cortiñas) ‘a nuestros familiares no los llevó un Falcon verde’, lo que evidencia que es un asunto profundamente ideológico”, dijo este ex combatiente que preside el Centro de Ex Combatientes de las Islas Malvinas. “Esa comisión (de Familiares de Caídos en Malvinas) fue diseñada por la dictadura, consta en los archivos que fue planificada para dar contención a los familiares, y ahora están desesperados porque en 2011 la Justicia falló a favor de ocho familias del Chaco por su derecho a verdad, y al año siguiente se firmó con la Cruz Roja el protocolo humanitario que se está poniendo en marcha. Ellos confiaban en que con este gobierno con el que se sienten identificados lo iban a poder parar”, agregó Alonso, quien también integró la comitiva que viajó a las islas.

El ex combatiente explicó que la comisión fue creada por Héctor Cisneros, quien integró el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, hermano de un militar caido, y durante el menemismo fueron reconocidos como admnistradores del cementerio de Darwin. “Nosotros decimos que ese lugar es privado, sin identidad, y que esta comisión no representa la voluntad mayoritaria ni el sentimiento de los ex combatientes y sus familias, todos quieren saber dónde están sus muertos, mientras que en los primeros viajes ellos les decían a los familiares que si no encontraban a su familia eligieran cualquier tumba”, dijo a este diario. Alonso fue parte del Regimiento 7 y de sus 36 compañeros muertos sólo seis están identificados. “Nos llevaron a Malvinas sin la chapita identificatoria, así empezamos a reclamar porque también somos víctimas de esa dictadura, pero para los miembros de esa comisión no se puede hablar de NN, reivindican la guerra como gesta sagrada”. 

En declaraciones al programa Te quiero, de la AM 750, Pérez Esquivel precisó que “de los 123 soldados sin identificar en las tumbas, las familias de 84 de ellos dieron el consentimiento para la identificación y aportaron su muestra para el cotejo del ADN. Es decir, el proceso de identificación cuenta con el apoyo de más de las dos terceras partes de los familiares que quieren saber donde están sus hijos enterrados”. Y afirmó que “detrás de todo esto hay intereses políticos que no conocemos”.

“No entendemos la cobarde agresión sufrida ni las declaraciones públicas que distorsionan nuestro cometido. Sólo pueden entenderse como expresión del más profundo autoritarismo e intolerancia sostenidos en objetivos políticos que desconocemos y en una disputa de la que no somos parte”, expresó el texto.