Gastronomía y gimnasios, dos rubros entre los más afectados por el aislamiento obligatorio, ya se aprestan a la reapertura que consideran inminente. La municipalidad de Rosario ya recibió los protocolos propuestos por referentes de cada sector, y el intendente Pablo Javkin les ha dado una señal favorable como para reabrir la semana próxima, siempre y cuando la pandemia en la ciudad se muestre amesetada como hasta ahora, y ese comportamiento persuada en el Ministerio del Interior de la Nación, adonde el gobernador OmarPerotti trasladó el reclamo.

Casi la mitad de los 200 gimnasios que hay en la ciudad estaba a un tris del cierre, según advertía la semana pasada el titular de la cámara sectorial, Guillermo Tomatis. Este rubro, según dijo, brinda empleo a más de 3000 personas. Pero la reunión con funcionarios del Ejecutivo y la entrega del protocolo, estiman que hay una luz en el horizonte cercano. 

Claro que el uso de estos salones de musculación y actividades aeróbicas cambiará de ahora en más. Lo que le propusieron a Javkin es funcionar con turnos preestablecidos y a un factor ocupacional inferior al tradicional. Apostarán una persona en el ingreso del gimnasio que evitará que el usuario deambule por el local y manipule objetos. Le asignará específicamente el material con el que trabajará según su rutina. En el ingreso habrá desinfección obligatoria de manos y de todo el cuerpo con una pulverización de alcohol. 

En cualquier caso, unos y otros deberán permanecer con barbijo, guardar el distanciamiento adecuado -unos dos metros- y ducharse cada uno en su casa, porque a los vestuarios se admitirá el ingreso solo una vez y sin posibilidad de utilizar las duchas. 

Según explicaron los representantes de este sector, el usuario deberá completar un formulario con sus datos personales, con el rango de declaración jurada. Esto, igual que en otros protocolos como el de gastronomía, procura facilitar la identificación y rastreo de contactos de una persona en caso de que luego resulte infectada de coronavirus.

Por las mismas razones, bares y restaurantes se aprestan a levantar las persianas acaso desde el 8 de junio, de domingo a jueves, de 9 a 24, y los viernes y sábados hasta las 2. La idea es aplicar protocolos diferentes según la locación. Inicialmente, con mesas bien separadas (más de dos metros a la redonda entre sí), sin barra, y con tiempos determinados de permanencia en el local. 

El protocolo presentado es similar en varios puntos al de los gimnasios y abunda en normas de higiene y prevención, sobre todo orientada al personal y proveedores. Los mozos deberán contar con barbijos y guantes y, obviamente, mantener distancia mencionada. Además, le solicitará a los clientes que desinfecten sus manos antes de ingerir alimentos y al tocar objetos portátiles que luego serán usados por otra persona, como ser posnet, biromes.