Gillespi se prepara para dar el primer concierto por Live Streaming de su vida. “Soy debutante”, asegura al comenzar la charla con Página/12. Bromas aparte, este sábado 13 a las 21.15, el trompetista y compositor, apreciado además por su tarea de humorista, periodista y escritor (que ejerce, entre otros lugares, en La venganza será terrible, por AM 750), presentará On fire, un trabajo que recoge algunos registros en vivo de su banda en los últimos tiempos y que ya navega por las plataformas y sus inmediaciones. Las entradas se pueden adquirir a través de la plataforma Tickethoy . “Si hace un tiempo alguien me decía que se iba a hacer música y hasta presentar un disco por streaming no le hubiese creído”, reflexiona Gillespi. “Como tampoco podía imaginar muchas de las cosas que nos están pasando en esta época, que un virus en pocos días atraviesa el mundo y una pandemia nos pone en cuarentena. Encima todo esto nos agarró bastante de sorpresa, pero de todas maneras enseguida reaccionamos a tiempo y terminamos de entender que no era un chiste”, agrega.

Gillespi asegura que presentar un disco en esta época es “un desafío más tecnológico que musical”. De todas maneras, entre que el músico tomó la decisión de presentar On fire por streaming y la fecha del concierto, el Gobierno porteño aprobó el protocolo para que los músicos pudieran volver a los estudios de grabación y otros espacios preparados para realizar transmisiones online. “Esa fue una gran noticia, porque la cosa venía muy complicada para nosotros. Un trompetista necesita siempre alguien al lado y se hace muy difícil tocar ‘juntos’ en vivo cada uno desde su casa sin que haya desfasajes o cosas por el estilo. Mucho de lo que se ve y se escucha en las redes se hace incorporando grabaciones previas y por eso resulta. Por eso yo venía planificando una ingeniería sonora delirante, pero ahora el protocolo me permite rearmar la banda”, comenta.

De esta manera, para Gillespi la agitación de la primera vez en streaming se transforma en la emoción del ansiado reencuentro con su banda. Álvaro Torres en teclado, Rafa Franceschelli en bajo, Sebastian Peycere en batería y Alejandro Chiabrando en saxo, son los compañeros del trompetista, los que tocan en el disco y estarán el sábado, protocolo mediante. “Estoy desesperado por ver a los músicos. Hace tres meses que estamos enfrascados en un grupo de Whatsapp, que era la única manera de comunicarnos en una realidad que no daba más que para pálidas. No sabemos cuándo volverá la música en vivo en el formato que todos la conocimos, pero la posibilidad de que por lo menos podamos tocar en un mismo espacio es un avance importante”, se entusiasma. “Así que a saludarnos con el codo, tomar distancia y más que pensar en la logística técnica ocuparse de las exigencias del protocolo. Es importante ser muy cuidadosos para que estas medidas den buenos resultados y de alguna manera se reactive la actividad musical, que podamos volver a tocar y a reencontrarnos con el público”, explica.

Si para para la economía de los trabajadores de la música el parate obligado por la pandemia causó desastres, desde el punto de vista musical el reencuentro después de tres meses no es lo peor que le puede pasar a una banda de jazz. “Todo esto que nos ha pasado nos permitió acumular las energías que vamos a descargar el sábado. El jazz es una gran conversación en la que muchas cosas se definen en el momento. Es la música menos pautada que se pueda imaginar y por eso el ensayo no define totalmente el resultado de una actuación”, asegura el trompetista.

Para Gillespi, la improvisación es pan cotidiano, incluso más allá de la música. Cada noche (por AM 750, de lunes a viernes de 20 a 22 y de medianoche a dos de la mañana) esa dinámica se pone en acto en La venganza será terrible, el programa conducido por Alejandro Dolina, con Patricio Barton, del que también Gillespi forma parte. “En este sentido La venganza será terrible es un programa jazzístico: se desarrolla a partir de indicaciones mínimas a la espera de la inspiración de quienes lo hacemos. Partimos de una noticia, por ejemplo, para que cada uno vaya aportando lo suyo en una gran conversación que nunca sabemos bien dónde puede terminar. De alguna manera La hora líquida (miércoles a las 20 por 93.7 Nacional Rock) tiene el mismo espíritu. Hay un invitado para conversar y hacer música, con pautas mínimas”, agrega.

Trompetista de nombre y de hecho, en On fire Gillespi se revela como el guitarrista menos pensado. Entre la mayoría de temas propios, como “Churroteca”, “Dadá”, “Hotel”, “Nuevapisburgo”, en los que pone a prueba su idea de música “jazzgrooveada”, está “Third Stone From the Sun”, un tema de Jimi Hendrix. “Y sí... toco ahí la viola”, dice con la voz del niño al que descubrieron sacando chocolates de la lata. “Soy un fanático de la guitarra eléctrica. Encima soy zurdo y no me gusta usar la guitarra al revés, porque te quedan los botones arriba y se da vuelta todo. Por eso, cada vez que veía una linda viola para zurdos me la compraba. Ya tengo tres violas que están muy bien, con su equipo y su pedalera”, cuenta Gillespi y concluye: “Siempre toqué la criolla, por supuesto, pero hace unos años empecé a darle más bola a esta pasión por la eléctrica, que tengo completamente incorporada. De hecho en estos días que van de cuarentena me divertí componiendo con la viola. Me paso horas con eso. Hay gente a la que le gustan los autos. A mí me gustan las guitarras”.