El 5 de diciembre de 2019, cuando Vicentin declaró la cesación de pagos por "estrés financiero", Argentina era otro país. Un presidente se estaba despidiendo dando paso a uno nuevo que traería cambios en las reglas de juego. El tema más importante a resolver era la deuda externa, y mucho menos se sospechaba un escenario de parálisis económica por un virus que iba a impactar en cada rincón de todos los países del mundo. De todos esos cambios, hay una incertidumbre que se mantiene para los productores, acopiadores, corredores, bancos, empresas competidoras, de servicios varios y organismos del Estado que se convirtieron en acreedores de Vicentin, la sexta empresa agroexportadora del país

¿Cuándo podrán cobrar sus deudas?

Silvio Antinori es el Presidente de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Armstrong, Santa Fe, una de los más de 2600 acreedores de la empresa. 

Las ventas a Vicentin representan un 15 por ciento de las totales de la Cooperativa Agrícola, que tiene 70 años y siempre operó con esa empresa porque consideraba que era un negocio seguro.

"Cuando vendes granos, podes tener problemas con algún corretaje (intermediario entre la empresa agroexportadora y las cooperativas, acopiadores o productores rurales) pero no se puede concebir que haya problema con algún exportador, porque son los que siempre pagan y fijan los precios, y además son integrantes de la Bolsa de Comercio que es la figura que supuestamente es la garantía de los productores. Por eso no se entiende lo que pasó con Vicentin", explicó Antinori a Página/12.

Esta cooperativas funcionan a comisión. Los productores agropecuarios de la zona entregan el cereal -en este caso, maíz y soja- a la cooperativa, que se encarga de acopiarlo, acondicionarlo y guardarlo hasta el día que el productor decide venderlo. Como no tienen espacio para almacenar los granos de todos los productores, las terminales portuarias como Vicentin, Cosco (china) o Dreyfus habilitan un espacio para depositar el grano en sus establecimientos y, cuando el productor determina, se los compran al precio del día. 

En una situación normal, a los siete días el productor recibe el dinero por el camión que decidió vender. A su vez, la cooperativa hace compras al por mayor de agroquímicos y productos varios, y consigue mejores precios para los productores.

¿Qué fue lo primero que pensaron cuando se enteraron de la cesación de pagos?, preguntó este diario a Antinori.

- A pesar de que estas noticias en general trascienden en el ambiente, en este caso nos cayó de sorpresa. De hecho, le vendimos una cantidad importante de camiones de maíz un día antes, el 4 de diciembre. La empresa nos tomó la venta y al otro día nos dijeron que no nos podían pagar. Fue un fin de año muy duro, el último golpe en un contexto del fin del gobierno de Macri y con la total imposibilidad de acceso a créditos a las tasas de interés de 7 por ciento mensual que ofrecían los bancos. Nosotros pasamos fin de año sabiendo que gran parte del cereal de los productores estaba en manos de una empresa que no nos iba a pagar. Lo que temíamos era que, ante esta noticia, todas las personas que tienen cereales en la cooperativa vengan a vender los granos. Si eran unos pocos, podíamos sacar plata de algún lado, pero si venían muchos teníamos que cerrar la cooperativa. Es como cuando en el banco hay una corrida y toda la gente quiere sacar la plata.

¿Cómo pudieron salir adelante?

- Por suerte, no pasó lo que temíamos que pase, los productores confiaron y no todos vinieron a vender. Luego, fuimos consiguiendo créditos para la cosecha que viene. Pero necesitamos que Vicentin pague porque sino la recuperación de nuestra deuda nos va a llevar alrededor de doce años. Vicentin le debe a todos los argentinos, no solamente a los productores y productoras agropecuarias.

Intervenir y expropiar Vicentin. ¿Qué piensan los acreedores?

- Como el mundo de los acreedores de Vicentin es muy amplio y aborda a distintos actores económicos: desde instituciones estatales y financieras, hasta productores rurales, de bienes y servicios y accionistas, no hay consenso acerca del posicionamiento que toman acerca de la intervención y/o expropiación estatal. 

En el universo de los productores rurales y acopiadores, en general prefieren evitar tomar partido público en este tema porque eso les traería consecuencias comerciales. Fuentes del sector informan a Página/12 que, dentro de las divisiones, la que no genera grieta es la intervención: están a favor porque esto implicaría tener un horizonte para cobrar sus deudas. 

"Con respecto a la expropiación está más mezclado. Pero no muchos se manifiestan por un tema sobre todo comercial: el sector de grandes productores tiene miedo a la 125, y los pequeños productores dependen de estas grandes empresas para funcionar. Si esto no sale quedan muy expuestos", afirma Antinori.

Algunas organizaciones agrupadas se manifiestan a favor. "El tema Vicentín en realidad es la consecuencia de concentración de los granos y de la desaparición de la participación del Estado en los controles de comercio de granos", sentencia ante este diario  Víctor Repetto, productor agropecuario y secretario de Producción de la CGE.

"Si logramos vencer en esta disputa será un salto copernicano en las relaciones de producción en la Argentina, porque hasta en la época del Proceso las devaluaciones significaban una tasa de cambio favorable para nosotros. Hoy en día la concentración es tal, que las únicas ganadoras son las grandes empresas que absorben esa diferencia", agrega.

Antinori cuenta que lo primero que pensó cuando se enteró que Vicentin entró en cesación de pagos fue que "si no interviene el Estado, no cobramos más”. Algunos en la Cooperativa eran optimistas porque la empresa tenía activos, pero él estaba convencido que no sería así "porque esto estuvo armado".

Agrega que esperaba con mucha ansiedad la intervención del Estado por varias razones: primero, para conservar los puestos de trabajo de los 7000 empleados que tiene la empresa. Segundo, porque la plata que debe es de los productores agropecuarios y de otras cooperativas. Tercero y fundamental: si Vicentin se queda en manos extranjeras el país se quedaría sin ningun puerto de capitales nacionales.

Mientras tanto, la Justicia maneja otros tiempos: en un escenario optimista, el concurso de acreedores podría cerrarse hacia julio de 2021 y los primeros pagos podrían aparecer a fines de ese año, aunque bien podría dilatarse en función de la propuesta de la empresa.