Tal como había adelantado el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM) , las quemas de junio en la zona brasileña del Amazonas marcaron un récord histórico. El número de incendios aumentó un 19,5% en comparación con el mismo mes del año pasado, con 2.248 focos registrados, la peor cifra para ese mes en 13 años. La preocupación es mayor además porque el fuego podría potenciar el colapso sanitario que desató la pandemia del coronavirus, ante las múltiples consultas que se esperan en las salas de emergencias por enfermedades respiratorias causadas por la humareda.

Estas cifras sustentan las previsiones de los analistas, que pronosticaban un año aún más devastador que 2019, cuando el aumento de los incendios en el Amazonas generó preocupación e indignación a escala  internacional. 

La web del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que permite seguir en tiempo real las alertas de incendios identificados por satélite, nunca había reportado tantos focos en este mes del año desde 2007, cuando fueron identificados 3.519.

Pero lo peor se espera para agosto: en 2019 se registraron más de 30.000 focos, tres veces más que en el mismo mes de 2018. En 2020 se sumarán además las quemas que fueron suspendidas el año pasado por la presión internacional y las críticas contra el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

Los incendios son en su mayoría provocados y están directamente relacionados con la deforestación para fines agrícolas y ganaderos. La deforestación en Brasil ya marcó niveles alarmantes este año, con más de 2.000 km2 deforestados de enero a mayo, un 34% más que en el mismo período de 2019, según los últimos datos del INPE. El Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipam) estimó por otro lado que 9.000 km2 de selva ya deforestada desde el año pasado podrían ser incinerados.

Un problema que puede empeorar la situación sanitaria

Los expertos también temen que el aumento de incendios provoque más problemas respiratorios en los habitantes de una zona en la que el sistema sanitario ya crujió por la pandemia.

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