Despues de entregar grandes películas de culto con Muertos de risa, Arma fatal y Bienvenidos al fin del mundo --que conforman una suerte de trilogía del mismo género--, el director británico Edgar Wright volvió a mostrar su talento para las comedias de acción en su última pelícua, Baby Driver, un entretenido film que combina persecusiones a alta velocidad, tiros, romance, humor y una gran banda sonora puesta a disposición de la trama.

La historia presenta como protagonista a Baby, un joven introvertido que se conecta más con la música que escucha a través de su Ipod que con el mundo exterior, y que a su vez le permite ser el mejor en lo que hace: conducir. Pero no se trata de cualquier conductor, sino en uno especializado en escapes a alta velocidad. Por cuestiones del destino, se encuentra trabajando para un jefe mafioso que lo utiliza como pieza clave para idear distintos atracos. 

Esperando saldar una deuda para poder salirse de esa vida criminal, conoce a la chica de sus sueños, quien se convierte en el motivo que le faltaba para tomar la determinación de huir y dejar su pasado atrás, tarea que no le resultará nada fácil.

Wright propone un film de acción con todos los elementos del género que no da respiro, porque desde la escena inicial se le ofrece al espectador una muestra de lo que se verá a lo largo del film, con una persecusión adrenalínica, siempre al compás de un buen tema musical. 

La película cuenta con un destacado elenco compuesto por Ansel Elgort, Lily James, Jamie Foxx, Jon Hamm y Kevin Spacey.

Baby Driver, de Edgar Wright, disponible en Netflix