“La historia pasó en todos lados, no hay un solo pedacito de Argentina por la que no haya pasado el terrorismo de Estado”, asegura Sandra Raggio. Es la directora general de la Comisión Provincial por la Memoria y hace esa reflexión a la hora de introducir el programa “Memoria y Archivos locales”, una flamante iniciativa que el organismo de derechos humanos lanzó junto a cuatro municipios de la provincia de Buenos Aires para asistirlos, con documentación y capacitación, en la construcción de acervos locales vinculados a las violaciones a los derechos humanos llevados a cabo en esos territorios durante la última dictadura cívico militar.

“¿Para qué reservamos memoria? ¿Para qué la preservamos? ¿Para qué necesitamos el rescate de luchas y resistencias? Simplemente para hacernos un lugar más digno en la trayectoria de lo humano e impedir que estas circunstancias tan tremendas se repitan”, expresó la presidenta de la CPM, Dora Barrancos, durante la presentación pública del programa, que se llevó a cabo a fines de la semana pasada a través de medios digitales, pero quedó relegada de la agenda informativa tras la urgencia que implicó la denuncia por la desaparición forzada del joven Facundo Castro.

Además de Barrancos, Raggio y otros integrantes de la CPM, participaron de la presentación funcionarios de los partidos de Mercedes, Exaltación de la Cruz, General Rodríguez y Adolfo Gonzáles Chávez, donde comenzarán a construirse los archivos, que combinarán documentos del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires, gestionado desde 2011 por la CPM, y el archivo oral de Jóvenes y Memoria con registros testimoniales, teóricos, y de medios de comunicación, entre otros, que cada lugar ya haya recopilado o esté por recopilar.

Según explicó Raggio a este diario, la iniciativa surgió porque esos municipios se contactaron con la CPM con requerimientos puntuales de información contenida en el archivo de la DIPBA referida a sus comunidades. “Nos propusimos ampliar el proyecto a toda la provincia para invitar a cada una de las ciudades bonaerenses a reconstruir la identidad de sus desaparecidos, a reconstruir sus historias”, detalló.

Así, a partir de la firma de una serie de convenios marco, la CPM no solo ofrecería capacitación para el armado, el cuidado y la manutención de un archivo, sino también acceso al archivo del organismo de inteligencia que gestiona desde 2011 --un cúmulo de registros sobre las actividades de vigilancia, espionaje y persecución que la policía bonaerense desarrolló sobre clubes, organizaciones y partidos políticos, fábricas, bibliotecas y parroquias, entre otros, en cada municipio de la provincia--, y copias de aquellos documentos que sean de acceso público. Se sumará el registro oral generado desde la aplicación del programa Jóvenes y Memoria, con el que estudiantes y docentes de escuelas de toda la provincia entrevistaron a sobrevivientes de aquellos hechos. La idea es que esos materiales puedan dialogar con documentación que pueda llegar a tener cada municipio --libros de cementerios, ordenanzas, medios de comunicación locales-- e iniciativas propias.

“La historia pasó en todos los lugares, no hay un solo pedacito de Argentina por la que no haya pasado el terrorismo de Estado. Entonces es importante que la memoria tenga territorialidad, que no se construya una historia única, nacional, general, de grandes acontecimientos, sino que la puedan contar las voces que la vivieron en cada sitio”, explicó Raggio. Confía en que la puesta en práctica del flamante programa “será una manera de impulsar a que estas miles de historias que están en la comunidad y que muchas veces no superaron el estado de rumor empiecen a salir a la luz de manera concreta”.

A partir de la presentación de este proyecto, en la CPM ya recibieron comunicación de otros municipios, como Necochea o Florencio Varela, que quieren participar.