Es el primer 9 de Julio de Alberto Fernández presidente y parece que ya hubieran pasado muchos. “Hubiera preferido otras circunstancias” dijo en el contexto de un mundo que se derrumba por la pandemia y una Argentina que tiene que afrontarla con las herramientas mínimas que dejó el gobierno anterior. El macrismo se dedicó sistemáticamente a destruir la salud pública y el entramado solidario, que son las dos armas principales contra el corona virus.

La conmemoración de la independencia le sirvió al presidente como plataforma para presentar un frente monolítico de respaldo a las políticas oficiales ante la pandemia. No faltó ningún gobernador y se rodeó de las fuerzas que intervienen en la economía, desde la CGT, hasta dirigentes empresarios de la industria, las finanzas y el campo.

Cuando un sector de la oposición trata de aprovechar el cansancio de tantos días de aislamiento social para arremeter contra el gobierno, la puesta en escena representó el respaldo fuerte de los responsables de gestionar en todo el país, incluyendo a los gobernadores radicales, a los del PJ más lejanos, como el cordobés, y a los de su propia alianza, más los principales actores de la economía.

Destacó el Presidente la decisión que impulsaba a los próceres que se lanzaban a una lucha contra una de las principales potencias del mundo de esa época. “Debe ser el coraje lo que nos llene el alma y no la angustia” afirmó en alusión a la desgraciada frase del expresidente Mauricio Macri en la celebración del bicentenario en el 2016.

La referencia a aquella lucha de los próceres independentistas quiso convertirse en una metáfora de la lucha que sostienen los argentinos contra una fuerza que ha golpeado duramente incluso a las principales potencias del mundo. “En tiempos difíciles --dijo-- debemos ser como esos hombres”. Y agregó que “debe ser el coraje lo que nos llena el alma, no la angustia.”

Entre líneas estaba diciendo que para superar la epidemia se necesita la misma decisión que tuvieron los próceres para declarar la independencia y lanzarse a una lucha tan desigual. Argentina no puede dejarse ganar por la angustia, ni ceder ante el cansancio que produce la cuarentena ni ante el recrudecimiento de la pandemia. Es una desgracia que se debe afrontar como una inundación o un terremoto. Y si se lo hace con la mayor decisión, los costos serán más bajos.

Esa declaración debía apoyarse en una demostración de fuerza y respaldo como la que se mostró en el acto.

Aunque también estaban los gobernadores radicales de Juntos por el Cambio, la referencia al discurso presidencial en el bicentenario, además de metáfora de la lucha contra la pandemia, fue un disparo contra el ex presidente Macri, que aparece encabezando el sector más duro de la oposición.

Hubo referencias a la unidad frente a la pandemia. Pero cualquiera que haga un planteo de unidad debe desarraigar el odio en vez de fomentarlo. Esa alusión tan clara en el discurso presidencial apuntó a la declaración firmada por los jefes del PRO, radicales Pro y la Coalición Cívica donde intentaron relacionar al gobierno nacional con el crimen de un antiguo secretario de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

“Vine acá –afirmó-- para acabar con los odiadores seriales y para que todos nos unamos”. Fue un dsisparo contra ese documento, al tiempo que calificó de amigo a Horacio Rodríguez Larreta. “Sé que hay diversidad, la celebro y propicio”, apuntó. “Pero lo que necesito es que esa diversidad ideológica sea llevada adelante con responsabilidad sin mentir, diciendo la verdad y respetándonos”. Palabras más, palabras menos, esas fueron sus palabras sobre el famoso comunicado de los jefes de Juntos por el Cambio.

Pocas horas después se realizaba en el obelisco una concentración de macristas y anticuarentenas que atacaron en forma muy violenta el móvil de C5N. Esa gente, que ha sido convocada otras veces por la titular del PRO, Patricia Bullrich, era la imagen del odio que repudió el presidente en su discurso.

Unidad en la diversidad frente a la pandemia. Pero ese mecanismo complejo que el gobierno ejemplifica con la coordinación con gobernadores de signo político diferente, reclama reglas de juego honestas y democráticas. En su línea de pensamiento, el acto de caceroleros anticuarentena del Obelisco, o el comunicado con acusaciones graves sin fundamento atentan contra el funcionamiento de la convivencia democrática pacífica.