Fernando Polack es médico pediatra e infectólogo y dirige la Fundación Infant. Desde allí se especializa desde hace más de dos décadas en el estudio de enfermedades del sistema respiratorio. Lo conoce como nadie y, durante esta pandemia, tuvo un papel muy destacado en el espacio público. Es uno de los principales referentes nacionales y liderará los exámenes a nivel local de la vacuna producida por Pfizer y BioNTech.

--Hoy se reunieron con Alberto Fernández, ¿qué conversaron?

--El presidente habla con nosotros este tema desde hace mucho tiempo y nos apoyó desde un principio. Advertimos que se alegró tanto de esta noticia como nosotros. Alberto Fernández pero también Ginés y su equipo venían siguiendo nuestras conversaciones con los laboratorios de cerca. Nos daban una mano en todo lo que necesitábamos y dialogaban para que Argentina se coloque en esta carrera de la que participará a partir de ahora. Y esto, obviamente, es solo el comienzo del trabajo. Ahora hay que concentrarse en trabajar sin pausa para tener las respuestas a tiempo.

--¿Por qué es una buena noticia para Argentina?

--Tradicionalmente, los países que tienen el privilegio de participar en testeos de esta naturaleza abren la puerta a recibir remesas de vacunas con prioridad y ese es el deseo de todos los que participamos en ensayos. No hay que olvidar que ninguna compañía tendrá la capacidad inicial de producir vacunas para proteger a toda la población y ni siquiera la capacidad inicial de cubrir cualquiera de los países participantes por entero. Por esto es que la Organización Mundial de la Salud ha confeccionado guías que permitan ordenar prioridades en los grupos a vacunar.

--¿Por qué ustedes, desde la Fundación Infant, hicieron el vínculo? ¿Desde hace mucho trabajan con ambos laboratorios internacionales?

--Se trata de una decisión que tomó Pfizer porque conoce cómo trabajamos y cómo pensamos las enfermedades respiratorias desde hace años. Nuestro grupo es un actor central de la protección contra otros gérmenes respiratorios y, en efecto, no somos nuevos en este terreno. Este es un proyecto al que todo país quisiera ingresar, pero hay muchos criterios que juegan cuando se toma una decisión de esta magnitud.

--¿Cómo cuáles?

--La experiencia del investigador principal y su equipo, el conocimiento de la enfermedad, la capacidad logística para hacer estudios complejos, la armonía con las instituciones huéspedes tanto a nivel hospitalario como nacional y, por último, la epidemiologia de la enfermedad. Está claro que Argentina no es la única nación con coronavirus, pero evidentemente la conjunción de dichos aspectos culminó por ponernos al tope de las preferencias esta vez.

--Hay muchas clases de vacunas, ¿cuál es la ventaja principal de probar una que utiliza la técnica del ARN mensajero?

--Tiene una serie de ventajas en teoría pero ciertamente habrá que comprobarlo en la práctica. A priori, escalar la producción en el futuro debería ser más sencillo: es mucho más fácil hacer una tirita de ARN que una proteína. Esperamos que pueda hacerse. Estamos expectantes pero hay que ser cautos.