Rosario vive diariamente las consecuencias de un fenómeno complejo y multicausal como es el narcotráfico, que no es excluyente de nuestra zona ni se circunscribe a los último años. Pero dada la mezquina visión política de algunos referentes locales del signo político que gobernó 12 años la provincia, es necesario problematizar la historia reciente de la ciudad. No es ninguna sorpresa este tipo de acciones de mala fe porque semanalmente se despliegan en el Concejo Municipal con discursos sobreactuados y con poco apego por los datos y las estadísticas. Por eso quiero en pocas palabras dar nuestra perspectiva sobre el tema.

La nueva gestión provincial creó con rango de subsecretaría, un Observatorio de Seguridad Pública por el cual podemos tener referencias certeras de lo que sucede y sucedió en materia de homicidios dolosos. Ahí vemos cómo interanualmente los crímenes aumentaron pero no de forma significativa, mientras que si se compara lo que va del 2020 con el año 2014 (como referencia del pico de la crisis de seguridad pública) lejos estamos de esos números. Las cifras son frías pero mirándolas en perspectiva vemos cómo el complejo entramado de delitos relacionados al narcomenudeo y las disputas del territorio fueron decantando en niveles de violencia intolerables para la sociedad rosarina, evidenciando el desmanejo de las políticas de seguridad que caracterizaron a los gobiernos socialistas desde el 2007.

Pero el súmmum de la mezquindad, es relacionar de forma simplista la crisis social que vivimos en este contexto tan inusual de pandemia con los indicadores criminales. Si cuando eran gobierno provincial explicaban los homicidios con la hipótesis de “conflictos interpersonales”, ahora intentan argumentar que la precarización de la vida diaria lleva a las personas a los brazos del narcotráfico. Ideas sesgadas que niegan el crecimiento del crimen organizado, del cual tenemos que pensar por qué Santa Fe y Rosario fueron lugares que prestaron las condiciones para su alojamiento y desarrollo.

Desde el peronismo creamos políticas sociales de carácter universal para llegar a cada argentino y argentina en situación de vulnerabilidad sin intermediarios, como la Asignación Universal por Hijo u otras medidas expansivas de Anses y por la pandemia nació el Ingreso Familiar de Emergencia que llega a más de 600 mil santafesinos y santafesinas.

Las grandilocuentes denuncias de vaciamiento tienen una intencionalidad que se despega de la responsabilidad de ejercer el gobierno y tener que administrar los recursos escasos con los que hoy cuenta la provincia, producto de las deudas anteriores, la crisis económica arrastrada por el gobierno macrista y la caída estrepitosa de la recaudación en pandemia.

En algo podemos estar de acuerdo con estas declaraciones: “No es casualidad el recrudecimiento de la violencia”, afirma Susana Rueda y decimos con ella que no es casualidad, es causalidad: de la falta de políticas en seguridad pública desde Gaviola hasta Pullaro y de las crisis económica y sanitaria. No neguemos la historia reciente de nuestra ciudad.

*Concejala de Rosario