Espero tu (re)vuelta

(Espero tua (Re)volta)

Brasil, 2019

Dirección y guión: Eliza Capai.

Montaje: Yuri Amaral, Eliza Capai.

Música: Decio 7.

Fotografía: Eliza Capai, Bruno Miranda.

Reparto: Marcela Jesús, Lucas Penteado, Nayara Souza.

Duración: 93 minutos

Disponible en Puentes de Cine.

9 (nueve) puntos

Parece un tiempo lejano el de las salas de cine. Pero así las cosas. El documental brasileño Espero tu (re)vuelta había podido verse en el lejano mes de marzo, en El Cairo Cine Público. También el año anterior y en la misma sala, dentro de la programación de Bafici Rosario. Ahora vuelve a estar disponible, desde el jueves pasado, en la sala de Cine Virtual de Puentes de Cine , de la Asociación de Directorxs de Cine PCI. Y vale, mucho, acercarse a esta película dedicada a las movilizaciones estudiantiles en São Paulo, a partir de la amenaza de “reestructuración” de las escuelas públicas.

La película de Eliza Capai –con múltiples galardones; entre ellos, el premio Amnesty obtenido en la Berlinale- se detiene en distintos hechos, sucesivos y concomitantes en su importancia, ocurridos entre 2013 y 2017, y dedicados en primera instancia a entender lo sucedido durante la suba del pasaje de transporte público, en la ciudad entonces gobernada por Geraldo Ackmin. Los estudiantes tomaron las calles de una manera explosiva, autónoma en relación a su organización.

De esta manera, Espero tu (re)vuelta propone un análisis social y político, que enhebra el tiempo sucedido a partir de hechos de relación necesaria. Entre ellos, la toma por parte de los estudiantes de sus escuelas, amenazadas con un achique que habría hecho reducir su calidad educativa. La excusa venía dada por la baja matrícula. Lo cierto es cómo, paralelamente, las cárceles crecían demográficamente. Menos escuelas, más cárceles. Una ecuación que tiene correlato en las voces de una derecha no sólo brasileña, escondida en ardides como la baja de edad de imputabilidad.

La película viaja en el tiempo, lo retrae, obliga a las imágenes a marchar hacia atrás, para luego volver sobre el presente. Encuentra su estructura a partir de un relato consensuado entre varios. Aun cuando la directora Eliza Capai sea la encargada de la puesta en escena, de la mirada que organice el todo, lo hace a través de la participación coral. Pone en primer plano las voces de las y los protagonistas. De este modo, son los mismos estudiantes quienes dicen en off sobre las imágenes, en una conversación que narra y discute entre ellos pero a su vez con lo que se está viendo. Como un ejercicio de la memoria, al que el cine habilita. Rememorar lo vivido para discutir lo registrado por las cámaras.

Aquí, otra cuestión. Espero tu (re)vuelta utiliza lo realizado por medios y camarógrafos externos a la película. Al hacerlo, cumple una función similar a la inclusión de las voces en off, porque esos camarógrafos fueron también protagonistas de los hechos. El cine es montaje, las imágenes pueden preexistir a la película; y éste es un gran ejemplo. Al relacionar imágenes con voces, el film actualiza lo sucedido, junto a los sentimientos del momento, la reflexión que permite la observación, y el nervio de esas cámaras insertas entre policías violentos.

En otro orden, la toma de las escuelas paulistas tiene un antecedente que los mismos estudiantes esgrimen, y es el de los estudiantes chilenos, en procura de una educación libre y gratuita. Es por esto que el devenir retroactivo del film permite, por un lado, comprender y analizar la situación brasileña, y entendido esto, buscar referencias todavía anteriores y sucedidas en otros países. Se dibuja, entonces, un mapa continental, que el espectador sabrá cómo completar al pensar, dado el caso, en la toma de escuelas secundarias argentinas.

Todo un proceso que es, sobre todo, estético. Una estética que se sabe política. Y que valida en el proceder fílmico a sus protagonistas y actores políticos: las y los estudiantes paulistas. La generación que se sabe parte de un recorrido histórico que le ha marginado. La reacción de la clase gobernante testimonia, evidencia, la organización económica de la sociedad, con el envío policial y la represión consecuente. Es por eso que hay que visibilizar a través de los medios. Ventanas que son a veces insuficientes, pero también está Internet. En suma, apelar desde todos los frentes para luchar.

Escuelas adentro, el descubrimiento de las y los jóvenes respecto de ellas y ellos mismos es notorio. Lo rememoran mientras las imágenes los encuentran volcados a la organización colectiva, entre la limpieza y la comida. Hay clases abiertas. Se aprende sobre feminismo. Se discute. Se cuestiona por qué en la escuela pública nunca se enseña a organizarse, a saber cómo resistir. Si esto fuera así, no se reiterarían capítulos ya vividos.

Todo esto es algo que Espero tu (re)vuelta nunca expone desde el didactismo, sino a partir de la interacción entre las imágenes. Con hechos que reiteran lo que ya no debiera suceder: los mismos uniformes, los mismos lugares, los mismos caídos; allí cuando una mujer se interponga entre la policía y los jóvenes, con sólo su cuerpo, recibirá por respuesta un golpe casi mortal. Una hora de espera de ambulancia.

¿Los medios ya no hablan de nosotros? Cortar calles. Los automóviles pasan raudos, algunos atropellan y bravucones de la talla de “yo pago mis impuestos” gritan arengas rancias. Hay policías amables que alertan que si no se van por las buenas, los van a “empujar”. Bombas de estruendo revientan por doquier. En Espero tu (re)vuelta hay una intensidad impresionante. Aún mayor cuando las escuelas sean invadidas por policías sin orden alguna, a la espera del momento inevitable: sacarlos uno a uno como hormigas, para arrojarlos a un mismo montón. Y el testimonio de una de las chicas, que dice que allí, por primera vez, tuvo de verdad miedo a la policía.

El film dará cuenta de la resolución del conflicto, con la “voz oída” por el gobierno, y el paso atrás respecto de la reestructuración escolar. Un proyecto que, en voz de los propios estudiantes, ocultaba un negociado inmobiliario. La victoria sucedió en las calles, con estos chicos y chicas conscientes del lugar social que ocupan, y que dicen que si hay algo que a los políticos les molesta es la opinión pública. ¿Cómo tolerar un gobierno que manda policías a encarcelar niños? Si así es como la policía actúa a la luz del día, dicen en el film, ¿cómo será durante la noche?

Estos jóvenes son maravillosos. ¿Qué será de ellos?, se pregunta la película de Capai. ¿Cómo será cuando sean adultos? El presente del film choca, inexorable, con los prolegómenos que derivan en la asunción presidencial de Jair Bolsonaro. Entre medio, el golpe de estado a Dilma Rousseff. Las pruebas son evidentes. Espero tu (re)vuelta pone el acento, político y estético, en la juventud.