"Estamos destrozados. Vanesa tenía muchos planes", fueron algunas de las palabras que pudo articular ayer Noelia, la hermana de Érica Vanesa Olguín, la mujer que murió el miércoles, luego de luchar más de dos meses por sobrevivir a las quemaduras y lesiones por las que está preso su expareja. La mujer vivía en Villa Gobernador Gálvez, tenía cinco hijes y cumplió los 37 años internada, en julio. Esta tarde, Adrián Bajo --que ya está preso e imputado por tentativa de femicidio-- será acusado por femicidio, figura penal que conlleva pena de prisión perpetua. El fiscal Adrián Spelta estará a cargo de la nueva imputación por el hecho cometido el 3 de junio, que dejó a Vanesa con el 70 por ciento del cuerpo quemado, mientras se conmemoraba el quinto aniversario de #Ni una menos. Desde el Ministerio Público de la Acusación indicaron que en este tiempo se reforzaron las pruebas en su contra. El dolor y la promesa de sus compañeras de militancia de Barrio de Pie: "No vamos a descansar para que haya justicia", aseguró Rosa.

"Tentativa de homicidio doblemente calificado por el vínculo y por femicidio", es la primera imputación que recayó sobre Bajo, dos días después del brutal ataque: "La agredió físicamente, la golpeó con un objeto contundente en la cabeza, la llevó hacia el baño y la roció con un líquido inflamable. Luego arrojó un elemento que inició la combustión para incinerarla", describió Spelta aquel 5 de junio.

Rosa, la amiga y compañera de militancia de Vanesa, repasó con la voz apagada cómo fueron estos más de dos meses. "Estuvo peleándola un mes entero en el hospital Provincial, hasta que despertó. Pudo salir y la trasladaron a la parte de quemados del Heca (Hospital de Emergencias) para empezar el proceso con injertos y demás, que fue muy positivo. Íbamos turnándonos con la familia para cuidarla. Ella iba bien. Sabíamos que el proceso era doloroso, porque lo veíamos. Después tuvo un episodio por el que la tuvieron que volver a llevar a terapia; y también empezaron a fallar los riñones, pero no pensamos que iba a terminar de esta manera. Su hermana la vio el martes y estaba bien, le respondía", relató la mujer. "El miércoles estábamos juntas las compañeras del área salud --del que Vanesa era parte-- y recibimos la peor noticia que nos podían dar".

Rosa aseguró que Vanesa "tenía mucho miedo. Miedo de él, de que la vuelva a buscar. Siempre le dijimos que no se preocupara, que no estaba sola", aseguró. "Nosotras estábamos concentradas en ella, en que estuviera contenida y en acompañar a la familia en lo que estuviera a nuestro alcance. Ella habló; pero se encargará la justicia de todo esto. Era una gran compañera".

Noelia, hermana de Vanesa, aseguró no tener palabras. "Sus hijos están destrozados, es muy difícil todo esto. Ella tenía muchos planes", alcanzó a decir.

Vanesa estuvo con Bajo durante cinco años y tenía con él una hija de poco más de dos. Además, tenía otra nena de 7 --que aquel mediodía salió a pedir ayuda a los vecinos-- y tres hijos de 13, 18 y 20 años. En tribunales hay otra prueba contra el acusado: en enero de 2017 ella lo denunció por violencia de género. "El dijo que no sabía nada de esa denuncia, pero es mentira, porque la amenazaba para que la levante, si no lo iban a echar del trabajo", aseguró Noelia, en junio pasado. Incluso, los últimos días de convivencia con el acusado, eran un calvario: le pedía a Bajo que se fuera de la casa porque ya estaban separados. Después del ataque, él se subió a la moto y antes de irse dijo que la quiso asustar.

Según se indicó desde el MPA, si bien "no era aconsejable" tomarle declaración a ella directamente, indicaron que hay elementos con los que se refuerza la acusación sobre lo que sucedió en la vivienda de Levalle al 2300. También se espera recibir cuanto antes el resultado de las pericias a celulares.