El Ministerio de Educación porteño presentará una nueva versión del protocolo para que chicos y chicas de barrios pobres que perdieron el vínculo educativo durante la pandemia accedan al uso de computadoras. El ministro de esa cartera, Nicolás Trotta, que esta semana rechazó la propuesta del alcalde Horacio Rodríguez Larreta por su “enorme riesgo para alumnos y docentes”, reafirmó tras recibir a sus pares de ciudad, Soledad Acuña, y bonaerense, Agustina Vila, que “la solución no es readecuar e insistir en una propuesta que no resuelve las cuestiones pedagógicas y sociales”, y propuso construir una mesa de trabajo del área metropolitana junto con organizaciones sociales para fortalecer la presencia en los barrios. El gobierno nacional, por orden del presidente Alberto Fernández, va a instrumentar además la entrega de más de 5000 computadoras personales en la ciudad más rica del país, no prevista en el plan inicial que prioriza a los sectores de mayores necesidades, con epicentro en el conurbano y las provincias del norte argentino.

“Estamos presentando nuevamente el protocolo porque no había ninguna situación que no pudiera subsanarse”, anunció Acuña por la mañana en declaraciones radiales. "Vamos a insistir todas las veces que sean necesarias, tenemos que encontrar un punto de acuerdo. Lo hicimos en muchos temas dialogando y trabajando juntos con el gobierno nacional y el de la Provincia", afirmó Rodríguez Larreta por la tarde, en conferencia de prensa compartida con la ministra. La comisión ad hoc del Ministerio de Educación que analizó la versión original del protocolo concluyó que no cumplía con 15 de los 33 requisitos acordados en el Consejo Federal, como el “nulo o bajo nivel de contagio” para autorizar la vuelta a las aulas (sólo ayer hubo 1430 nuevos contagiados en la ciudad, que acumula casi 92 mil) o los mecanismos para evitar el uso de transporte público en un área en que alumnos y estudiantes viajan de Ciudad a provincia y viceversa. Pese al anuncio de la ministra, desde el Consejo informaron anoche a Página/12 que no habían recibido ninguna nueva versión.

La voluntad del Estado Nacional es “llevar las escuelas a los hogares para no exponer a las poblaciones más vulnerables”, reiteró Trotta tras la reunión, en línea con el discurso de Fernández. “Ofrecimos desplegar el programa nacional Acompañar, acordado en el marco del Consejo Federal de Educación, que la Ciudad ha votado favorablemente, para desarrollar políticas socio educativas concretas en los hogares de barrios populares y villas”, agregó.

El funcionario reafirmó que “más allá de las inconsistencias pedagógicas (del documento presentado por la Ciudad) no están dadas las condiciones, como lo informara la cartera de Salud respecto de la circulación de covid-19” en el área metropolitana. Si bien la eventual nueva propuesta deberá ser analizada por la comisión ad hoc, desde el ministerio dejaron trascender que el enfoque “es errado” y proponen en cambio construir una mesa de trabajo para fortalecer la presencia en los barrios pobres articulando con la sociedad civil y en particular con las organizaciones sociales. Vale destacar que entre la Ciudad y Gran Buenos Aires se cuentan más de 15 mil escuelas y más de 4 millones de alumnos (educación común, especial y jóvenes y adultos), a los que se suman más de 800 estudiantes universitarios, cuya formación implica movilizar a miles de docentes, auxiliares y otros trabajadores.

Mientras las soluciones de fondo para los pibes marginados deberán seguir esperando, el gobierno nacional decidió incluir a la capital federal en el reparto de computadoras personales, en principio para los más de 5000 chicos que según un relevamiento del gobierno porteño perdieron todo vínculo con el sistema educativo como consecuencia de la pandemia. Si bien el criterio original de reparto fue en base al índice de necesidades insatisfechas de cada jurisdicción, el presidente “nos pidió, aunque no estaba en nuestro plan inicial, que también lo hagamos en la ciudad”, contó el ministro. Con las entregas previstas para la próxima semana se habrá alcanzado el número de 70 mil computadoras, aunque “van a terminar siendo poco más de 150 mil”, calculó el funcionario.