Victoria Whynot vuelve a las bandejas porteñas este sábado 11/10 en Crobar Club, tras encargarse del opening de Fatboy Slim en el reciente paso del creador del big beat por el Movistar Arena. A propósito de su inclusión en el evento, la DJ y productora cordobesa, quien también compartió cabina con tótems de la electrónica del calibre de Pete Tong y Carl Cox, le explicó al NO la importancia que representa para un artista nacional este tipo de oportunidades: "Sirve muchísimo, es como una especie de validación de personas que son importantes en la industria. Cuando te llaman para compartir con referentes como estos, de alguna manera significa que estás haciendo las cosas bien. Además, es mucho aprendizaje para mí el hecho de observar cómo operan en vivo. Eso es lo que más me llevo".

  • ¿Qué es lo que tomás en cuenta durante sus performances?
  • Cuando veo a Carl Cox, por ejemplo, suelo estar atenta a la manera en que llegó al lugar, a cómo trata a la gente, cómo operó, cómo tocó, cómo se movió en la cabina, cómo se movió después del show. Una cosa es imaginarse cómo se comportan y otra verlos en vivo.

  • ¿Tuviste la chance de que alguna de estas figuras se te acercara para hacerte una devolución de tu set?
  • Sí, me pasó. Tanto para bien como para mal. Hubo referentes que se me acercaron para hacerme un feedback de cómo mejorar mi performance. Si uno lo toma más como un aprendizaje que como una crítica, puede ayudarte a crecer mucho artísticamente. Y también hubo quienes se acercaron para felicitarme por lo que hice, lo que te sube la autoestima y te da ganas de seguir.

  • Al menos hasta la década pasada, la electrónica estuvo más monopolizada. ¿De qué forma vivís este momento como mujer?
  • Independientemente del sexo, hacer carrera en la electrónica es difícil para todos. Para mí, depende mucho no sólo del talento, sino también de tu personalidad. De cómo te parás frente a las oportunidades que se te presentan, de cómo respondés a ciertas situaciones, de cómo tenés debilidad ante lo que te ofrece la noche. Hay muchas cosas que condicionan el triunfo, ¿pero qué es triunfar en una escena? Tengo un estilo que se puede catalogar como un poco comercial, pero la versatilidad que aprendí a manejar, y que me gusta llevar, hace que pueda pararme en ciudades under y entender lo que el público quiere. En Berlín toqué en Kitkat Club, que es uno de los clubes más under de la ciudad, y lo hice espectacularmente. Eso pasó porque yo no fui allá a brindarle la misma propuesta que llevé al Movistar Arena en la apertura de Fatboy Slim. Me adapto al under y al mainstream, sin forzarlo. La versatilidad es una característica mía.

Esa mutabilidad queda de manifiesto no sólo sobre el escenario, sino también en el estudio de grabación, donde Whynot patenta tracks cuyo espectro estilístico impide encasillarla en un género. Y de esto pueden dar fe los tres EP que publicó este año, de los que Trama, lanzado en julio, es el más reciente. "Mi carrera la divido en dos partes: una cosa es lo que hago en mis DJs sets y otra totalmente distinta es lo que hago en mis producciones, donde me permito ser aún más versátil que en los DJ sets. Sin embargo, si bien me considero una artista crossover, no soy tan extrema en eso. Lo vivo más bien como una experiencia muy personal. En mi casa me gusta escuchar todo tipo de música, y eso lo traslado a la electrónica. Rompo barreras."

  • Todavía existen los fundamentalistas de los géneros.
  • Si antes eras un artista de música house, no te podías mover de ahí. Pero eso fue cambiando. Mi nombre artístico, Whynot –es un juego de palabras que en español significa "¿Por qué no?"–, es consecuente con la idea de romper barreras. Es lo que promuevo. En mis producciones, me da placer compartir con personas de géneros bien distintos. En mi disco Trama hay artistas de techno, indie y house, y me gusta porque la manera de producir esos géneros es distinta a la mía. Eso es lo más rico de colaborar.

  • Por más que hoy vivamos en un mundo globalizado, Dios sigue "atendiendo en Buenos Aires". ¿Por qué seguís viviendo en Córdoba?
  • Vivo en Villa Carlos Paz porque nací y viví toda mi vida ahí, y mi familia también sigue ahí. Los cordobeses tenemos el privilegio de tener una de las escenas electrónicas más grandes del país, y de las más demandantes. Mis inicios fueron muy lindos porque siempre tenía dónde tocar, tanto en clubes como en open air. Al momento de empezar a viajar, fue un poquito más complicado porque el aeropuerto de Córdoba no tiene tantos vuelos ni conexiones como Aeroparque. Pero para mí es fácil porque se organiza. Me la paso viajando todo el tiempo, en mi casa sólo estoy tres días a la semana.

  • Este año fuiste la representante de Argentina en el mercado electrónico ibicenco International Music Sumit (IMS). ¿Cómo manejás las expectativas cuando te suceden esas cosas?
  • En ese sentido, hay una frase que suelo usar: "Espero lo peor para que suceda lo mejor". Lo mejor de la vida es que las cosas te sorprendan. Cuando le ponés mucha imaginación extrema a las cosas, tendés a decepcionarte, pase lo que pase. Es muy raro que lo que te imaginás se parezca a lo que sucede. Sabiendo a lo que iba, a una de las conferencias de música electrónica más grandes del mundo, fui con la cabeza abierta. Ahí va toda la industria, es muy difícil ver a toda esa junta, en un mismo evento, otra vez. Pensé que no me iban a dar bola porque no soy tan conocida en el circuito internacional, y la verdad es que superó mis expectativas.

  • Cuando estás en eventos de la industria como ése o en tus giras internacionales, ¿cómo manejás la argentinidad?
  • A cada lugar que voy, llevo con mucho orgullo el hecho de ser argentina. Pero soy de la idea de que la música no tiene bandera, por eso no me gusta tener que demostrar de dónde soy en mis sets. Lo veo como algo forzado. Lo que también promulgo con el Whynot es un poco eso. Cerré sets con remixes de tango y cosas así, cuando sentí que era necesario. Pero la verdad es que no me siento obligada a nada por el hecho de haber nacido acá.

  • ¿Cómo leés la pista de baile?
  • Yo no improviso en mis sets, no me gusta, los pienso mucho. Como el que di en la previa de Fatboy Slim, que me llevó unos cuatro meses prepararlo. Sí estoy lista para pegar volantazo ante cualquier situación. Soy clubber y fui raver, y consumo electrónica desde que tengo 14 años. Estuve del otro lado un sinfín de veces, y eso me ayudó a aprender sobre los tiempos y los momentos.


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