Desde el Sindicato de Trabajadores del Azúcar (STA), que nuclea a trabajadores del Ingenio El Tabacal ubicado en Hipólito Yrigoyen, uno de los municipios del departamento Orán, se envió una carta documento a la administración del emprendimiento, a cargo de la firma Seabord Energías Renovables y Alimentos, intimándola a que en 24 horas “se disponga el aislamiento de los trabajadores que ya hayan tenido contacto estrecho con los trabajadores con síntomas y con el trabajador fallecido señor Freddy Cornu".

En el escrito el gremio ratificó que la empresa incurrió en un "incumplimiento", y advirtió: "De obrar en contrario, denunciaremos penalmente ante la fiscalía penal de turno, artículo 202 y subsiguientes del Código Penal de la Nación”. Hasta anoche no había novedades sobre el acatamiento o no de la intimación.

Desde el Consejo Directivo de la Obra Social Personal del Azúcar (OSPA) se volvió a acusar de inacción a las autoridades del Comité Operativo de Emergencia (COE), de Yrigoyen, sobre el que afirmó que  “a la hora de supervisar a un comercio chico, una clínica, una farmacia, etcétera, los controles y las exigencias son estrictas y cuando se trata del ingenio de la Seabord, son mucho menores o más bien ni lo supervisan”.

Hasta ayer se habían notificado unos cuatro trabajadores más con Covid-19 que se hallaban internados.

En el comunicado, los referentes de la OSPA sostuvieron que “en Salta, se ve a las claras como los ingenios azucareros, tanto Seabord, como San Isidro (ubicado en Campo Santo, en el departamento General Güemes), hacen propicios los focos de contagio para que sus trabajadores y sus familias propaguen el coronavirus bajo la consigna sálvese quien pueda”. En Campo Santo se detectaaron más de 80 trabajadores contagiados, según las últimas informaciones.

El Sindicato y la OSPA afirmaron que en el “sálvese quien pueda” se salvan quienes tienen “más recursos”, mientras que con “cada trabajador muerto se siguen reduciendo los puestos de trabajo y además la indemnización se paga simple a la viuda de fallecido, ya que si fuera despedido sin justa causa se le paga una doble indemnización por el decreto presidencial”.

Agregaron que mientras desde el sector trabajador “contamos y sufrimos nuestros muertos, los empresarios no quieren paralizar el negocio unos días y desinfectar, aislar e hisopar a todos los trabajadores que tuvieron contacto estrecho con un enfermo de coronavirus" para "garantizar su salud y la de su familia”. El virus “no mata solo”, sino que “tiene cómplices irresponsables” con una generación de “muy buenas ganancias” mientras también hay “muchas muertes”.