El gobierno porteño anunció un "nuevo paso” en la flexiblización de la cuarentena. Con 1100 contagios diarios promedio en los últimos diez días, Horacio Rodríguez Larreta informó que insistirá ante Nación para que se autorice “algún grado de presencialidad” en la educación, comenzando por los 6500 chicos que, según sus cálculos, rompieron todo vínculo con la escuela, y por los alumnos de primer grado y de quinto año. “Si es necesario saquemos los pupitres y las sillas a la calle”, propuso, en un anuncio que en rigor ya fue dado a conocer y repudiado por los gremios docentes. El jefe de Gobierno anunció además que habilitará las terrazas y patios de los locales gastronómicos, después de permitir la atención en las veredas. También podrán retomarse grandes obras de construcción, y se autorizarán celebraciones religiosas con no más de veinte personas.

En conferencia de prensa, rodeado de ministros, Larreta destacó que “llevamos diez semanas donde los contagios nuevos están estabilizados en 1.100 casos” y “dos meses que la ocupación de camas de terapia intensiva en el sistema público está en un 60 por ciento”. “Es una estabilidad en un nivel alto pero alentadora”, opinó, porque en paralelo “hemos estado sumando actividades gradualmente, con mucha prudencia, y los casos se mantienen”

Clases al aire libre

Luego de repasar las actividades que ya funcionan, anunció “un nuevo paso” en “la prioridad uno que es la educación”. “Desde el 16 de marzo los chicos y chicas no tienen clases y vienen haciendo un enorme esfuerzo para mantener el contacto", señaló. “Pero todos sabemos que no es lo mismo" porque “no hay nada que reemplace la sociabilización de los chicos, interactuar, estar con sus amigos, hacer trabajos en grupo: es una parte fundamental del aprendizaje, y tampoco es lo mismo para las familias, muchas organizadas a través de la escolarización de los chicos”, añadió.

Dijo ser consciente de que “no están dadas las condiciones sanitarias para volver a las clases como antes” pero también de la necesidad de hacer el mayor esfuerzo para que “en forma progresiva, gradual, (poder) ir retomando el vínculo para con la escuela, para aquellos estudiantes que lo necesitan, con algún grado de presencialidad". Aseguró que los expertos en niñez que lo asesoran le insisten “obsesivamente que antes de fin de año arranquemos”.

Como grupo prioritario nombró a los “chicos que perdieron todo vínculo con su escuela: tenemos 6500 identificados”, aseguró. “El problema va mucho más allá que la conexión a Internet, es un tema social, familiar, de contexto, en mucho casos con raíces muy profundas”, destacó. Agregó que en cada barrio tienen identificados espacios al aire libre, cercanos a las escuelas, donde “proponemos darles apoyo escolar, para revincularlos con sus docentes y con todo lo que hace al ámbito escolar. Esto es urgentísimo”.

El que ha dado en llamarse de "clases a la intemperie" es un protocolo que la Nación debe autorizar, y el próximo lunes habrá una reunión entre los ministros de Educación y Salud de Nación y Ciudad para definir el tema. Ayer hubo otra reunión entre Nicolás Trotta y Soledad Acuña, tras la cual nación advirtió que “es urgente contar con la georeferenciación de los 6500 estudiantes para entregarles las netbooks” ofrecidas para quienes perdieron vínculo con la escuela.  

Como segunda prioridad Larreta ubicó a los chicos de primer grado, porque “por la edad es mucho más difícil mantenerlos atentos a un vínculo virtual”. “Por eso queremos reforzarlos también en grupo pequeños, al aire libre, con rondas de lectura, acompañados por los docentes, en este proceso de aprender a leer y escribir”, explicó. Luego a los estudiantes de quinto año que “tienen que terminar mejor”.

“Seamos creativos, si es necesario saquemos los pupitres y las sillas a la calle, no hay nada más importante que esto, para que puedan terminar sus asignaturas, hacer los trabajos en grupo. Proponemos hacerlo en grupos de a diez, donde puedan ir dos veces por semana”, expresó. Por último mencionó a los mayores que se capacitan en oficios y ejemplificó con quienes se forman para ser mecánicos de autos o estudian gastronomía. “Eso también lo podemos organizar fácilmente al aire libre, es un tema de decisión”, dijo.

A las terrazas

Sobre los restaurantes y locales de comidas, Larreta consideró que el inicio de la flexiblización fue exitoso y anunció que desde el lunes también podrán pedir permiso para funcionar “aquellos locales gastronómicos que no tenían permiso anterior para tener mesas en la calle”. Indicó que tendrán que bajar un formulario de la web del gobierno y presentar “un croquis de cómo distribuir las mesas de manera cuidada”, y que “vamos a ir aprobándolos de forma paulatina”. También “se van a habilitar todos los espacios al aire libre que estén dentro de la propiedad del local”, como terrazas o patios traseros.

Construcción

El otro frente que ganará terreno es la industria de la construcción, corazón de la gestión Cambiemos en la ciudad. “Trabajamos con la Cámara de la Construcción y con el gremio para que a partir del lunes se puedan pedir los permisos para empezar con las obras mayores a cinco mil metros cuadrados o que falten menos de 90 días para terminar”, dijo Larreta. Aseguró que se aplicarán “protocolos estrictos” y que las empresas “van a tener que procurar el transporte de los trabajadores, no se puede usar el transporte público”.

Por último alentó a los porteños que postergaron estudios de rutina de salud a que los retomen, anunció que reabrirán los centros de rehabilitación para personas con discapacidad y que también se flexibilizará el aislamiento para las actividades religiosas. "Hicimos un protocolo con representantes de todos los cultos, para que en aquellos lugares donde hay templos grandes, o idealmente al aire libre, pueda haber celebraciones de no más de veinte personas, manteniendo las distancias y los cuidados necesarios”, concluyó.

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Sobre la puja por los fondos de coparticipación

Consultado sobre las tensiones por la reducción de los fondos que la Ciudad recibe por parte del Tesoro Nacional, Larreta calificó de “inconstitucional” el decretó del presidente Alberto Fernández y dijo que “fue una medida intempestiva e inconsulta”. Aclaró que hicieron la denuncia ante la Corte Suprema, pero que más allá de las diferencias van “a seguir trabajando en forma coordinada con el Gobierno nacional. Una cosa no tiene que ver con la otra”.