Días después de conocer su identidad, Francisco Madariaga Quintela relató su vida a Página/12. Definió a su apropiador como “un nazi”, recordó que con 14 años la pareja se separó pero la violencia siguió, y que la detención del represor fue su "independencia”. “Te crían con miedo, para que no cruces de vereda. La ignorancia impide llegar a la verdad”, explicó.

A los 20 empezó a hacer malabares y recorrió el país. Con la libertad surgieron las dudas y la angustia, y decidió enfrentar al apropiador. “Sabía que no se iba a quebrar pero confiaba en que alguien del entorno contara la verdad”.

La decisión de acercarse a Abuelas surgió de una charla con dos amigos.

–¿Y si es mentira? Quedo como un loco –dudó.

–Nadie tiene la culpa de dudar.

“Mi miedo era que diera negativo y no poder meter preso al tipo”.

En esos días indagó a su abuela paterna:

–¿Soy adoptado?

–¿Querés tomar algo? –lo eludió. “Loca como el hijo”, pensó.

Antes de ir a Abuelas le dio la última chance a la apropiadora:

–Decime la verdad. ¿Soy tu hijo? –golpeó la mesa.

Silencio.

–¡Hablá! ¿Soy tu hijo? –gritó. La mujer negó con la cabeza.

“Ahí se me llenó el pecho de aire. Hubo un silencio terrible. Respiré hondo. No grité. El duelo lo venía haciendo desde hacía rato.”

Después fue el diálogo con un psicólogo de Abuelas, la judicialización, el examen y la espera. “Veía autos por todos lados. Pensaba que me pisaba. Pedía por favor que la cabeza no me falle. Se me caía el pelo”.

Un atardecer en la costanera el psicólogo le contó la verdad. “Tu papá es compañero mío, un tipazo. Te están esperando en Abuelas”.

“Yo lloraba, me reía, veía gente con perros, gritaba como loco. Es un regalo de la vida que alguien te cuente tu historia... Además me sacaba otra mochila del inconsciente: ¿Y si no hay nadie?”.

El viaje a Abuelas fue eterno. “Abren la puerta. Veo un montonazo de gente aplaudiendo y Abel esperando, rodeado, porque es importante acá”, contó con orgullo. “Nos dimos una abrazo, lloramos, fue buenísimo. Cuando nos dejaron solos, le pedí fue una foto de mi mamá”.