El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, se vio envuelto en las últimas horas en una curiosa controversia: la acusación de llevar ropa sucia en sus viajes al exterior para aprovechar la limpieza en seco gratuita en otros países.

The Washington Post consignó que el premier y su esposa, Sara, son reconocibles en el ámbito de la diplomacia internacional por llevar con ellos valijas llenas de ropa sucia y lavarla a expensas del país que los recibe. La práctica fue detectada por el personal de la casa de huéspedes de la Casa Blanca.

"Los Netanyahu son los únicos que traen maletas reales con ropa sucia para que la limpiemos", dijo al diario un funcionario norteamericano. "Después de varios viajes, quedó claro que esto era intencional", añadió, en alusión a una práctica habitual.

El gobierno israelí desestimó la especie a través de su embajada en los Estados Unidos, que tildó las acusaciones de "infundadas y absurdas". La legación afirmó que la noticia buscaba distraer la atención de la visita del primer ministro a Washington para los acuerdos de paz con Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos.

"En esta visita, por ejemplo, no hubo tintorería, solo se lavaron un par de camisas para la reunión pública, y el traje del primer ministro y el vestido de la señora Netanyahu también se plancharon para la reunión pública", aseguró la embajada en un comunicado. Además informó que "un pijama que usó el primer ministro en el vuelo de 12 horas de Israel a Washington también fue lavado".

El Post afirmó que la visita de la semana pasada no incluyó valijas de ropa sucia, pero que "funcionarios políticos y de carrera de las administraciones de Trump y Obama" habían confirmado varios incidentes de grandes limpiezas en viajes anteriores.

No es la primera vez que surge esta versión. Hace dos años surgieron transcripciones filtradas de acusaciones a la esposa del premier de haber embarcado cuatro o cinco valijas con ropa para lavandería en viajes oficiales. En 2016, Netanyahu había conseguido de manera legal que las facturas de lavandería doméstica no se divulgaran.

Las acusaciones se suman a otras acerca de las ventajas que los Netanyahu obtendrían gracias a sus altos cargos, por pequeños que sean. En 2019, Sara Netanyahu fue condenada por malversación ilegal por varios miles de dólares de fondos públicos en comidas suntuosas, a pesar de tener una cocinera permanente a su disposición proporcionada por el Estado de Israel.

 A su vez, el primer ministro de 70  años es juzgado por tres casos de corrupción, que él niega, que incluyen haber aceptado regalos costosos, como champagne, joyas y cigarros.