El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó este lunes que la vacunación contra el coronavirus "no será obligatoria", en respuesta al gobernador del estado de San Pablo, su exaliado Joao Doria, quien desarrolla en los laboratorios públicos la vacuna china Coronavac, que será enviada para exámenes finales a partir de esta semana.

"Esta vacuna, lo dijo el Ministerio de Salud, no será obligatoria y punto final", dijo Bolsonaro al hablar sobre el antídoto de Sinovac Biotech, laboratorio chino privado que trabaja junto con el Instituto Butantan.

Las declaraciones del presidente de Brasil coinciden con las expresiones de distintos grupos antivacunas de la extrema derecha, incluidos extremistas evangélicos oficialistas, que presionan para no hacer obligatoria a la vacuna contra la covid-19.

"Vamos a ofrecerla de forma gratuita obviamente, pero siempre después de comprobación científica", afirmó Bolsonaro, quien echó a dos médicos del Ministerio de Salud que se negaron a seguir sus indicaciones para el uso de la cloroquina como un medicamento contra la virus pese a que su éxito no tiene comprobación científica.

El mandatario brasileño expone constantes contradicciones respecto al manejo de la pandemia del coronavirus y muestra total desprecio por la enfermedad, que ya provocó más de 150 mil muertes en su país.

Por su parte, el gobernador de San Pablo presentó los números de la seguridad de la vacuna Coronavac que está siendo probada en 13.000 brasileños. Según Doria, el 35 por ciento de los iniciales 9.000 voluntarios tuvo reacciones leves a la vacuna: la mayoría sintió dolor en el lugar de la inyección y el 15 por ciento dolor de cabeza.

El Instituto Butantan cerró un acuerdo con los chinos para adquirir 46 millones de dosis que serán aplicadas a partir del 15 de diciembre en trabajadores de la salud y de la educación en caso de que el ente regulador Anvisa la apruebe.

"Acá se trata de salvar vidas, no de ideología ni de política ni de elecciones", enfatizó Doria.