Mariano Macri, el protagonista del libro "Hermano" que revela el entramado negocios y “maltratos” familiares de Mauricio Macri, era hasta ahora un cultor del bajo perfil. Tiene 53 años y es el menor de los hijos varones del fundador del grupo Socma, Franco Macri, y de Alicia Blanco Villegas. Los otros son el expresidente de la Nación entre 2015 y 2019; y Gianfranco, a quien Mariano definió como “testaferro” del líder de Juntos por el Cambio.

Su otra hermana por parte de padre y madre es Sandra, ya  fallecida, a quien Franco mandó a espiar cuando Mauricio era jefe de gobierno porteño. Además, es hermano por parte de padre de Florencia, que también fue víctima del entramado de espionaje ilegal que investiga la Justicia Federal de Lomas de Zamora; y de Alejandra, la hija de Franco reconocida después de un ADN.

Según cuenta Santiago O’Donnell en su libro “Hermano”, Mariano es uno de los que mejor vínculo tenía con Franco, fallecido en marzo de 2019, y no tenía una buena relación con Mauricio. Lo acusa de haber estafado a su padre.

Integró junto a su padre Franco y Mauricio el directorio de la sociedad offshore Fleg Trading Ltd, registrada en Bahamas entre 1998 y 2009, según reveló una investigación. Y durante un tiempo vivió en Washignton, Estados Unidos. Con los años se hizo cargo del manejo de las empresas subsidiarias del Grupo Macri en Brasil.

Vivió allí con su entonces esposa Marie France Peña Luque, una de las personas que declaró en la Legislatura porteña cuando se investigó el espionaje ilegal mientras Mauricio era jefe de gobierno. En su testimonio, la mujer había calificado a la familia Macri como "atípica" y reveló la “discriminación” que Mariano había sufrido por parte de sus hermanos. "Franco y Mauricio nunca quisieron tener diálogo conmigo", dijo Peña Luque.

Tal como lo cuenta “Hermano”, una de las hijas de Mariano Macri padeció una enfermedad para cuyo tratamiento tuvo que pedir ayuda económica por fuera del entorno de sus hermanos mayores.

“Mauricio, ¿vos me estás jodiendo? No te importó la salud del viejo, la angustia que el viejo vivió. ¿Te das cuenta, Mauricio? Tampoco te importó la enfermedad de mi hija. Tuve que acudir a mi primo Ángelo a pedirle plata porque el médico oncólogo del Fundaleu que me traía la droga de afuera me cobraba una fortuna y ustedes me dieron vuelta la cara”, dijo al respecto.