PERFILES
La resentida
Soledad Acuña, la ministra de Educación que confunde las aulas con laboratorios de control social, que desea que padres y madres se conviertan en vigilantes y que cree que les docentes tienen poco más que ofrecer que la suma de sus fracasos. Retrato de una joven que "se fue quedando" en la función pública aun cuando, a juzgar por sus dichos, odia lo que hace.



















