“Hablamos de lo que habla el tango, que sería el universo mismo”, comenta Walter Alegre, del programa Todo es tango, que se emite cada domingo de 12 a 14 por FM 102.1 La Patriada (con repeticiones en su homónima salteña y la FM Oye Ven, de Caracas, Venezuela), y que acaba de festejar sus 100 emisiones con un programa repleto de saludos de amigos de la casa y artistas del sector.

Lo curioso de Todo es tango es que se plantea como un programa que habla de aquello de lo que habla el tango. “La cultura popular es una premisa del programa”, reflexiona Alegre ante la consulta de Página/12. “Así que realizamos el rescate de frases y dichos populares que utilizamos coloquialmente, casi sin darnos cuenta, buscamos su etimología y preguntamos a nuestros corresponsales cómo se dice en Alemania, Bélgica, Austria, Italia, Cuba, Venezuela y Chile, brindándonos curiosidades locales”, apunta el conductor. 

Más allá de los colaboradores fronteras afuera, Alegre destaca la solidez del equipo de trabajo local que conformó junto a la escritora Marina Arias (“nos conocimos en los talleres de radio ‘Protagonistas’ que luego derivo en lo que hoy se llama ETER, la Escuela terciaria de radiodifusión”, recuerda), la gestora cultural Ianina Trigo y los tres columnistas Edgardo Form (presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, hablando de cooperativismo), Juan Pablo Ruso (secretario general de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, hablando de cine, claro) y Sergio Amigo, especialista en la obra del bardo William Shakespeare.

“Un balance implica un cierre de ejercicio y en este caso hay una continuidad, pero de cualquier manera, ahora que me pongo a pensar, el resultado es espectacularmente positivo”, celebra el conductor. Y como hay continuidad, Alegre plantea una profundización del programa. En todo caso, la festiva emisión número 100, con tantos saludos especiales, fue –bromea- porque “nos gusta festejar y somos fanáticos del sistema decimal”, ríe. “Seguiremos trabajando y mejorando”.

“El origen del tango es pluricultural, multiétnico, que el Río de la Plata supo catalizar en este género pero que tiene algo de cada lugar, por eso es universal”, reflexiona. “Estuve en Budapest, Viena, Granada, Suecia, y en cada ciudad hay por lo menos una milonga por día, están fascinados”, cuenta. “Por lo tanto, nuestra mirada desde el tango es universal, por eso buscamos cuidadosamente músicas que representen la urbanidad de cualquier lugar. En un mundo en el que todos tienen acceso a casi todo, el valor agregado está en la curaduría y eso se ve reflejado cada domingo”. Esa selección cuidada, ese valor agregado es lo que apoya la continuidad del ciclo. “El tango es el vehículo que transporta, metafísicamente, diversidades culturales e historias; a nosotros nos gusta hablar de eso, de la sustancia, no del continente”.

Alegre, quien también es coordinador del área de tango del Centro Cultural de la Cooperación, entiende la escena actual del tango como una reacción al discurso único neoliberal instalado durante el menemismo. “Luego de la caída del muro de Berlín y el bloque soviético, el mundo se encamino hacia el discurso único, el fin de la historia, la estandarización cultural y, acá, el neoliberalismo surrealista de Menem en los ‘90. Todo esto provocó que se active el sistema inmunológico identitario de Buenos Aires. Y es así que, en los ‘80, era ciencia ficción ver a un joven escuchar tango y, a fines de los ‘90, apareció un chico de 16 años, Agustín Guerrero, que armó Cerda Negra, una orquesta típica. Como él, muchos jóvenes salidos de la escuela de música popular de Avellaneda y otros conservatorios abrazaron al tango, que explotó a partir de 2000 hasta nuestros días, con diferentes dinámicas de crecimiento y amesetamientos”.

El cambiemato, en tanto, supuso un obstáculo para el desarrollo del género. “Los cuatro años de gobierno de Cambiemos vinieron a enfriar esa tracción, porque si el público no puede comprar un disco, ni un ticket de un concierto, la rueda se para y detona una crisis creativa y productiva que ahora vino a acentuarse con la pandemia”, analiza.

En cuanto a su vínculo personal con el tango, para Alegre representa su historia y la de sus padres, y difundirlo lo entiende como un acto de defensa propia. “Es Buenos Aires y sus costumbres, es mi memoria emotiva y también es el futuro. Hoy es más punk hacer tango que rock”.