El Festival de les Chiques María Elena Walsh (MEW), un clásico del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), festeja sus 10 años con una edición especial en formato virtual, y una programación variada con espectáculos, talleres, narraciones e ilustraciones (ver aparte), este sábado desde las 18, a través de su canal de YouTube: youtube.com/user/nuestroshijos. Con el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, y con el acompañamiento de la Asociación Civil Amigos del ECuNHi, el evento se ofrece con entrada a la gorra virtual.

Parte de las propuestas para toda la familia que organiza la casa cultural y educativa de las Madres de Plaza de Mayo, ubicada en la ex Esma, como son el Encuentro Literario Gustavo Roldán y el Festival de Teatro Hugo Midón, el MEW nació una década atrás, impulsado por Verónica Parodi, la directora del espacio.

“Cuando las Madres de Plaza de Mayo desembarcaron en este lugar, nos invitaron a convertir este espacio de horror en un espacio de vida, de arte, creación y transformación colectiva. Entonces tomando un poco ese sueño y ese deseo, surgió la necesidad de hacer una propuesta educativa donde niñes de todas las edades vinieran al espacio para reflexionar e interpelarse, y en ese marco nació fuertemente la idea de armar estos festivales donde rendimos homenaje a referentes que son parte de la memoria cultural de este país como María Elena Walsh, Gustavo Roldán y Hugo Midón”, cuenta Parodi, quien contó con el apoyo de los sobrinos de la poetisa y cantautora, y de la fotógrafa Sara Facio.

El festival de música MEW siempre fue el más concurrido, y el parque del predio colmado de familias con sus mantas y reposeras era la postal de cada noviembre en el ECuNHi. Pero este año en el que la pandemia alteró todos los calendarios, el espacio debió migrar a la virtualidad para seguir construyendo desde las pantallas. “Me llena de orgullo hacer este festival en un formato virtual, porque teníamos que estar presentes en un año como este. A pesar de venir de cuatro años tan duros de desfinanciamiento, en los que hemos resistido gracias al amor de la gente, de los artistas y los trabajadores, el ECuNHi no paró en este año tan complejo”, señala la directora, quien comenta que para esta edición pudieron volver al espacio para filmar la conducción del evento a cargo, como siempre, de Los Cazurros. “Subir al escenario después de 9 meses fue muy fuerte”.

Desde hace 26 años, Ernesto Sánchez y Pablo Herrero integran el dúo que conduce cada ceremonia del MEW, y en esta ocasión estarán detrás de la pantalla para invitar a los chicos y las chicas a que manden sus fotos en los festivales anteriores, que se compartirán en las redes del @ecunhi y @loscazurrosoficial con el hashtag #FestivalMariaElena10Años.

Este es como el Lollapalooza de la música para chiques y grandes. Pasan los mejores grupos para las infancias por este festival. Y nos da orgullo presentar a estos enormes artistas”, sostienen Los Cazurros, que se definen como “conductores sin licencia”.

-Son los anfitriones desde el primer encuentro. ¿Qué recuerdan de la primera convocatoria y por qué defienden ese lugar?

Ernesto Sánchez: -Sentirnos parte de la familia del Ecunhi es una de las cosas más maravillosas que nos pasó a lo largo de toda nuestra carrera. Y la convocatoria de Verónica sigue siendo un halago. Cuando recuerdo la primera vez que entramos al parque de la ex Esma junto con Pablo, se me pone la piel de gallina. Y cuando dijimos: “Bienvenidos al primer Festival María Elena Walsh” y vimos que estaba lleno de familias, con más de tres o cuatro mil personas, nos dimos cuenta de que estábamos resignificando ese lugar y transformándolo en amor. Y eso sucedió siempre en estos diez años. Por eso es un orgullo ser parte de eso.

Pablo Herrero: -Cuanta más falta hizo, más nos sentimos con la necesidad de estar. En los cuatro años del gobierno anterior, el lugar quedó desfinanciado y abandonado por parte del Estado, y fue sostenido por los trabajadores y artistas. Fue muy conmovedor ver cómo todes se acercaron para decir “Esto no vamos a dejarlo caer”. Este es un lugar que queremos ocupar, porque si a los lugares que tienen que ver con la memoria no se los mantiene, la democracia y la vida pierden. Siempre nos gusta recibir a los grupos que vienen y a las familias que nos mandan constantemente fotos con nosotros en los festivales. Ahí vemos cómo les niñes van creciendo y nosotros también. Nos sentimos muy cómodos con la conducción. Fue un nuevo despertar dentro de todas las cosas que siempre hicimos.

-¿De qué manera influyó la obra de Walsh en ustedes como artistas dedicados a las infancias?

E.S.: -María Elena fue una revolucionaria y como artista trascendió el género infantil. Le dio un valor superlativo y, a contramano de esa cuestión peyorativa que siempre hay con los productos artísticos para chiques, ella no hacía diferencias. Su música, su escritura y su poesía son bellas en sí mismas, y no importa para quiénes están hechas. Esa esencia es la que tomamos nosotros como faro y como guía, porque cuando hacemos teatro y televisión todo lo que creamos es para la humanidad.

P.H.: -Me acuerdo de la famosa frase de Hugo Midón cuando hablaba del teatro para niñes; y él decía que cuando uno va a la verdulería compra lechuga, y ahí no hay lechuga para niñes o adultos. Con el arte ocurre lo mismo. ¿Quién dice que la “Canción del jardinero” es para niños y niñas? Nosotros también tenemos esa forma de hablarles a las infancias y de tratar los temas que abordamos. Y encontramos en el arte para la infancia un lugar desde el cual hablarnos a nosotros mismos.

Vuelta Canela.

-María Elena Walsh fue una pionera, y muchos coinciden en que elevó la vara de la calidad del arte para chicas y chicos.

E.S.: -Sí, ese es el legado de ella que hemos tomado. Cuando escribimos y craneamos un espectáculo de teatro es para que sea disfrutado por todos. En estos 26 años de trabajo, tenemos un espíritu de rock, igual que María Elena, por cómo llevó a cabo su vida, por lo que hizo, y por quienes eligió para estar y compartir. María Elena es lo más rockero del mundo, pero además es sensible y poética. Y cuanto más pasa el tiempo, su imagen más se agranda, porque hizo todo lo que hizo en un momento en el que estaba todo por hacerse.

Verónica Parodi: -María Elena nos dejó un camino luminoso y esperanzador, como el que nos dejaron las Madres, porque nos ayuda a mirar el mundo de otro modo. Es una de las imprescindibles.

-¿Cómo se explica la vigencia de su obra?

P.H.: -Ella se transformó en un clásico porque lo que hizo trascendió. Es como lo que pasa con una buena película o con los Beatles. Lo que hizo fue tan novedoso y rupturista que todos los que vinieron después siempre tienen que mirar para atrás para ver lo que hizo ella e ir hacia ahí.

V.P.: -En sus cuentos y en la música ella tomaba nuestra identidad, como hizo en “Chacarera de los gatos” o en la “Baguala de Juan Poquito”. Ella nos traía nuestra tierra y nuestros ritmos, y nos entraba por el oído y por el corazón.

-¿Qué balance hacen de estos 10 años?

P.H.: -Recuerdo las miles y miles de familias que han venido a lo largo de estos años, y la cantidad de personas que nos agradecían el hecho de que se haya realizado este festival, porque era la excusa para entrar a un lugar al que de otra manera no habían podido entrar. Y eso me toca en lo personal, porque mi compañera pudo entrar al predio a partir de que este se transformó, y mis hijas se apropiaron del espacio sabiendo perfectamente lo que pasó ahí pero entendiendo que hoy eso representa el encuentro, el arte y el amor. Y esta vez no estará el abrazo, ni las filas de chicos y chicas esperándonos para sacarse una foto con nosotros, pero la expectativa es que en este año extraordinario esta sea una forma de acercarnos y de decir: “Acá estamos”.

E.S.: -Creo que este festival vino a hacer realidad un sueño de las Madres. Y lo novedoso de este año será que al tratarse de una edición virtual, gente de otras provincias que no se puede acercar al ECuNHi va a poder ver el festival y eso va a hacer que sea un evento un poco más federal.

V.P.: -Para mí este festival es un motor que hay que seguir. Tenemos que seguir haciendo homenajes a estos artistas inmensos, porque además los hacemos desde un lugar emblemático donde hubo horror, y que hoy celebra la vida frente a todo y mira hacia adelante. Estoy orgullosa de estos diez años. Quiero que esto no se detenga, que siga creciendo y sea eterno, como la autora que homenajeamos. El festival siempre se hizo con la idea de que las familias se apropiaran de este espacio de memoria, lucha y resistencia. Entonces el balance siempre es hermoso.


El encuentro y la influencia de la cantautora

Un verdadero abrazote musical

Koufequin.

Con eje en lo musical, el Festival de María Elena Walsh pondrá el broche a un año en el que se conmemoran los 90 años del nacimiento de la reconocida autora. Los grupos Dúo Karma, Vuelta Canela, Koufequin, Los Musiqueros, Bigolates de Chocote, Valor Vereda, Ana Iniesta, Borde Verde, Melocotón Pajarito, Chiqui Ledesma y Los Tamborcitos del Ecunhi, que presentarán su disco Tamborcitos de Gulubú, serán de la partida. Pero además, su sumarán las narradoras Gricelda Rinaldi, Andrea Martinoli y Carla Breslin, y los ilustradores Daniel Paz, Isol, Pablo Bernasconi, Flor Bauza, PIPER y Bibiana Quagliotti.

Cada grupo tomará parte del repertorio de Walsh para rendirle su tributo a quien consideran una de sus influencias musicales ineludibles. “No dejamos de transmitir su obra. Ella forma parte del inconsciente colectivo”, dicen los integrantes de Vuelta Canela, que participan por segunda vez del encuentro y sumarán su impronta con humor y el arte del clown. “Todos la hemos escuchado desde chiquitos y después fue una inspiración fundamental para nuestro arte. Cada vez que volvemos a escuchar sus canciones, recordamos los juegos y los momentos importantes de nuestra infancia. Como músicos y músicas, seguimos admirando la poesía y el juego literario que ella plasmó en su obra. Además, ella fue alguien muy comprometido en su mensaje a nivel social y político”.

Koufequin también se sumará al escenario virtual, con una versión especial de “Como la cigarra”. “Elegimos este tema porque tiene que ver con este momento que estamos viviendo, en el que seguimos cantando, sabiendo que vamos a volver a salir afuera para seguir haciendo lo que nos gusta. Extrañamos mucho compartir recitales con los chicos y las familias, y por eso esperamos que la próxima edición sea presencial y podamos sentir el calor de la gente”, sostiene Ernesto Algranati, integrante del grupo que subió al escenario del ECuNHi por primera vez en 2014. “Fue una experiencia muy fuerte para todos entrar a ese lugar que las Madres reconstruyeron y llenaron de vida”, recuerda.

El consenso en la excelencia de la obra de Walsh es generalizado y todos los artistas participantes coinciden en que sus creaciones enaltecieron al género infantil. “La obra de María Elena Walsh está sostenida sobre pilares culturales atemporales y muy sólidos. Su herencia cultural es la belleza, la creatividad, su sensibilidad, su poética genuina, su originalidad, su imaginación desbordante y desenfado para abordar distintos temas, la presencia de un humor fino y la libertad para transitar temas profundos e inusuales para dirigirse a las infancias. Todo esto habla de un respeto y de una mirada que no subestima ni minimiza la infancia. Una mirada que abre espacios lúdicos y también de pensamiento, de emoción estética y que han hecho que su obra toda no pierda vigencia y que invite a ser reversionada de generación en generación”, definen los músicos cubanos Xóchitl Galán y Fito Hernández, integrantes del Dúo Karma, que desde su raíz caribeña versionarán la “Canción del jardinero”, con sonoridades del son y del afro.

Presentes desde el primer festival, Los Musiqueros adelantan que interpretarán “Canción para bañar la Luna”. Para el trío musical, Walsh también fue una referencia. “Hemos versionado algunas de sus canciones e incluso tuvimos la felicidad de grabar una canción del queridísimo y recordado Tomás Nelson, uno de los fundadores del grupo junto a Teresa Usandivaras y yo, donde contamos la historia del Tortugo Manuelito. Cuando Tomás la trajo al grupo nos dijo: 'Todos saben que Manuelita se fue a París, pero ¿qué pasó con el tortugo?' y allí sonó por primera vez ese hermoso valsecito”, recuerda Julio Calvo.

La cita será virtual. Pero el músico rescata lo simbólico de este nuevo encuentro. “Tenemos la expectativa de llegar a muchas casas y familias y que disfruten escuchando y seguramente cantando con los artistas que allí estaremos. Este es un abrazo a María Elena, al ECuNHi, a las Madres, y a quienes se sumen a escucharnos. Es un abrazote musical en un momento en el que necesitamos muchos abrazos”.