La asamblea de la Unión Tranviarios Automotor resolvió levantar el paro  a partir de la cero del domingo en el transporte urbano de pasajeros pero no en los interurbanos.

La medida se levantó a partir de la decisión de la Municipalidad de Rosario de adelantar los fondos atrasados desde la Nación para poder completar los salarios del personal. Esa partida se hizo con un adelanto financiero del Banco Municipal y la decisión del intendente, tras una semana donde la falta de servicios de colectivos afectó la movilidad de trabajadores y usuarios generales y la UTA protagonizó una importante movilización hasta el Palacio de los Leones para reclamar soluciones.

La decisión de levantar la medida de fuerza solo en el transporte es porque la municipalidad depositó la cifra necesaria para cubrir los sueldos de los choferes que prestan servicios en los colectivos urbanos. La provincia, que es el poder concedente de los interurbanos, no hizo adelanto alguno, por lo tanto los choferes, mecánicos, personal de limpieza y administrativos seguirán con el quite de crédito laboral hasta tanto aparezca el dinero. 

Las empresas interurbanas que seguirán sin rodar son América, 9 de Julio, Continental, UTE 33/9 e Interbus en el caso del Gran Rosario.

Los colectiveros de la seccional Rosario de la UTA iniciaron la semana pasada un nuevo paro. Tomaron así una medida que se viene repitiendo desde los primeros meses de la pandemia por falta de cobro salarios, ya sea porque no eran suficientes los subsidios o, ahora, que los mismos están asegurados, por atrasados en los giros.

En lo que va del año hubo 87 días de quite de crédito laboral por falta de cobro. Un récord sin antecedentes en la ciudad.

Si bien logró resolverse el conflicto para que los colectivos vuelvan a circular, a costa de adelantos financieros que luego el Banco Municipal recuperará cuando Nación gire fondos, el problema se repite casi todos los meses. De hecho en 15 días o menos las empresas deberán pagar salarios. 

El gremio enfrenta la presión de provincia y municipalidad para que trabajen porque al menos si los colectivos circulasen podrían recaudar algo. 

El peso de los recursos generados por cobro de pasajes sobre el total de los ingresos del sistema se desplomó con la pandemia. Antes de este último paro el sistema transportaba menos de un cuarto de los pasajeros que se subieron a los ómnibus el 17 de marzo.