Como uno de los máximos referentes del Frente de Todos en Salta, repitió hasta el cansancio que ese es un premio que obtuvo por su acompañamiento incondicional al espacio que condujeron Néstor Kirchner y Cristina Fernández, y si bien realizó alguna autocrítica en cuanto a la estrategia utilizada para las elecciones provinciales 2019, aseguró que tiene apertura y que habló con todos los espacios que integran el Frente para limar diferencias.

En entrevista con Salta/12, Sergio Napoleón Leavy confió en poder ampliar la representatividad en la Legislatura provincial y retener las bancas nacionales.

Sostuvo que Gustavo Sáenz no tiene un proyecto de gestión claro y que no hizo las cosas bien durante la pandemia, aunque es consciente que aún no está nada definido para las próximas elecciones, “el Presidente va a necesitar mucho apoyo y legisladores a su favor, así que hay que esperar a ver cuál es el armado”.

Nacido en Metán de una familia de políticos y muy ligado a la Iglesia salteña, evitó la discusión sobre el nuevo proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (ILE), pero aclaró que no cambiaría su voto con respecto a 2018, aunque agregó que aquella vez los 10 representantes salteños votaron en contra, y que hoy serían 6 en contra y 4 a favor, ya que los tres diputados del FdT, más la senadora Nora Giménez votarían por la positiva.

-Arranquemos haciendo un balance de la gestión nacional y provincial, con pandemia mediante, a casi un año de haber asumido tanto Alberto Fernández como Gustavo Sáenz.

-Bien, en cuanto a Nación, yo creo que hemos encontrado un Estado totalmente destruido, abandonado, sin ninguna forma de avanzar en política, por eso fue que no pudimos presentar el presupuesto 2020, porque la deuda fenomenal que nos dejó el macrismo nos dejó un país inviable.

Entonces había que ver cómo enderezar el barco primero, y creo que lo que hizo Alberto con (Martín) Guzmán (ministro de Economía) con la renegociación de la deuda fue muy importante para pensar a futuro. Fue una gran noticia y, sin embargo, los medios nacionales, que al principio lo denostaban al ministro porque supuestamente no tenía condiciones, cuando logró renegociar la deuda, no dijeron nada. Fue Alberto el que tuvo que pedir que nos dejen festejar un gol.

Tuvimos que hacer un montón de esfuerzos para que el pueblo argentino pueda pasar la cuarentena con algo de alimentos y la posibilidad de que no le corten los servicios o le suban los alquileres. Sin embargo, también fue un año de realizaciones, en donde de a poco se va reactivando la economía, estamos fabricando una vacuna, mandamos un nuevo satélite al espacio.

Más que nada se vio un Estado presente en la pandemia, y eso que recibimos una cartera de Salud que ni siquiera era ministerio, pero fijate que en ningún momento colapsó el sistema, porque se pensó muy bien y se ganó tiempo con la cuarentena.

-¿Y el presupuesto nacional?

-Es un plan de gobierno, se trata de poner en movimiento a la Argentina. El último presupuesto, de Macri, tenía el 1.1% destinado a la construcción y pasó a ser del doble, 2.2%. También ha marcado déficit, pero porque veníamos así en caída, más la pandemia, es difícil salir, pero vamos a tener un crecimiento importante.

Pero también imagino un país sin pandemia, que nos deje crecer a partir de la llegada de la vacuna.

-Bien ¿y a nivel provincial?

-Todo lo contrario, creo que tenemos un gobierno muy improvisado, que no muestra un plan. Este año, con el presupuesto 2021, Salta tendrá asignados $150 mil millones. O sea, arranca con eso que le manda Nación, de los cuales $108 mil millones son de coparticipación directa. Es un volumen de dinero muy grande como para no tener políticas de Estado provincial.

Tiene (Gustavo Sáenz) que pensar que ya no es un intendente, que tiene que tener políticas para todos los salteños, lo único que vi este año es un plan que no creo que tenga mucho éxito que es Mi Lote, que no va acompañado de inversión ni apoyo a la industria. Eso sí se adjudica todo lo que llega de la Nación, hasta llegó a decir que el IFE lo pagaba la provincia.

Pero además, el tiempo que nos dio la cuarentena no fue bien usado para poner a los hospitales, más que nada los del interior, en condiciones de afrontar cualquier emergencia. En lugar de gastar tanto dinero en pauta publicitaria podría volcar ese dinero en políticas de Estado.

-¿Cómo ve las elecciones 2021, habida cuenta que Sáenz coquetea mucho con el gobierno nacional? ¿Puede haber alianza?

-Al PJ lo conduce el gobernador, eso significa que tiene por lo menos 15 partidos políticos que responden a él. Es posible que el presidente y el FdT a nivel nacional evalúen que necesite sumar más legisladores para gobernar, entonces hay que ver cuál es mínimamente la estrategia para elegir de tres por lo menos dos legisladores nacionales, pero que respondan al Frente.

Hay que ver si en la estrategia conviene que estemos juntos, porque todos sabemos que no es lo mismo el Frente de Gustavo Sáenz, que tiene el Pro y la UCR adentro, todo Cambiemos, con el Frente de Todos que somos la antítesis.

-¿Cómo viene la construcción interna en el Frente de Todos local? Muchos sectores fueron muy críticos a su conducción.

-Nosotros tuvimos una excelente elección a nivel nacional, ganamos con casi el 50%, en las PASO casi logramos tres de los cuatro diputados que había en disputa, ahí no hubo errores. Pero en las provinciales sí, hicimos una apertura desmedida de dirigentes y dejamos de ser algo nuevo para ser lo viejo. Ese fue un gran error que lo tomo como propio. Trajimos intendentes que estaban enfrentados con nuestra dirigencia y, sin embargo, estuvieron en el mismo espacio.

 Pero en lo cotidiano, en el liderazgo interno, también hubo críticas hacia su persona

-Mirá, yo soy el presidente del Partido de la Victoria solamente, no es que conduzco todo el Frente, pero hemos hablado mucho con los ocho partidos que lo integran y se dieron cuenta, quienes nos criticaban, que no era tan así como decían.

Pese a que el PV es el partido más importante del espacio en la provincia, es el que menos funcionarios ubicó en organismos nacionales. Nosotros seguimos teniendo apertura, para las elecciones del año que viene queremos conseguir mínimo un representante a nivel nacional y reforzar la Legislatura provincial para cortar los dos tercios del gobierno, y esas figuras no queremos que sean cualquiera, sino que las estamos definiendo de acuerdo a su convicciones ideológicas.

-¿Y en representatividad? Porque faltan figuras emergentes en la oposición

­-Es que el oficialismo tiene el mismo problema, salvo Gustavo Sáenz, después no tiene a nadie que pueda encabezar una lista. Él está más complicado. Nosotros estamos sacando figuras nuevas como Franco Hernández, el doctor (Manuel) Pailler, Gladys Paredes, Iván Mizzau y otros. Ese es nuestro bloque fuerte, porque después los intendentes, de los 60 casi todos se fueron con el gobernador y es lógico que así sea.

Salvo algunos que están con nosotros pero que son atacados ferozmente con la pauta publicitaria y con cualquier mecanismo por parte del gobierno. Por ejemplo, la semana pasada hicimos una reunión un viernes en Rosario de la Frontera con Gustavo Solís y el lunes ya lo estaban atacando desde la Auditoría sin que ni siquiera le den derecho a la defensa.

-¿Qué opinión tiene del voto electrónico y de las PASO?

-La verdad es que el voto electrónico ya tiene media sanción para que no exista más, lo votaron 70 diputados, que es la caja de resonancia de la política en la provincia. Es costoso, poco confiable, ya hemos visto cosas difíciles de explicar y, sin embargo, sigue solo en Salta, ya lo sacaron en todo el país, por lo que debería desaparecer e ir hacia la boleta única en papel. Es barato y seguro para todos.

Y si no se hace es porque tiene algún rédito político o económico por detrás, si no no va a gastar $600 millones.

Con respecto a las PASO, creo que a nivel nacional no se van a sacar porque le dan participación a todos. Para mí, son buenas, se pueden hacer cambios, pero permiten la participación, elegir y ser elegido. Eso sí, hay que unificar elecciones, que se realicen el mismo día las provinciales y las nacionales por una cuestión económica y sanitaria.

-¿Cuál va a ser su posición con respecto al nuevo proyecto de ILE que envió al Congreso el Ejecutivo?

-Yo ya voté, no voy a decir más, pero ya te estoy diciendo mucho. En 2018 ya voté. Pero esta vez va a ser distinto, porque esa vez de los 10 legisladores nacionales salteños, ninguno votó a favor del proyecto, pero ahora va a ser mínimamente 6 a 4, porque votarían los del Frente de Todos a favor.

-Y ¿cómo llega Leavy a la política?

-Yo nací en Metán y viví ahí hasta los 18 años. Vengo de una familia política, mi abuelo paterno, Napoleón Tomás Leavy, fue senador nacional con (Arturo) Frondizi, que estuvo en mi casa. Nacimos desarrollistas y de niños en vez de hablar de Boca y River se hablaba de política. También tuve un tío diputado provincial, Luciano Leavy, por el departamento San Martín, él era de Tartagal.

Después hubo otros representantes, primos y primas, diputados o concejales y hasta mi hermano fue diputado.

Yo a los 18 me fui a Buenos Aires porque me tocó la colimba y a los dos meses comenzó la Guerra de Malvinas, yo estuve bajo bandera con mucho entrenamiento. Me hubiese gustado ser ingeniero agrónomo, es una cuenta pendiente, pero me puse a trabajar en una fábrica muy grande junto a mi padre y mi hermano en el rubro de la madera. Eso después me llevó a Tartagal, donde me instalé a finales de los 80.

Yo militaba en el PJ local y quise a participar a los 28 años como diputado, pero cambiaron mi nombre a último momento y lo pusieron a Budi Esper, esa lista arrasó, pero yo era muy joven y con mucha ideología de lucha, porque veníamos luchando por la salida de YPF, de los ferrocarriles y Gas del Estado. En ese momento era presidente del Parque Industrial Maderero y estuvimos combatiendo con los otros sectores y haciendo barricadas en la ruta contra las políticas neoliberales.

Bueno, en 2003 apoyamos a Néstor con Julio San Millan, ahí entraron seis diputados y uno de esos era Sergio Leavy por San Martín. Después seguí en la intendencia de Tartagal, y soy el segundo en la historia de la democracia en terminar su mandato, el primero fue (Darío) Valenzuela, y yo fui tres veces elegido en una ciudad que en el 2000 se había quemado toda producto de la crisis. Se quemó literalmente la municipalidad, el Banco Nación y hasta el cuartel policial con policías adentro. Tenía el tejido social destruido.

Después tuvimos la emergencia sanitaria cuando explotó la colectora que llevaba todas las cloacas de la ciudad, tuvimos que romper todas las calles de la ciudad. El 9 de febrero del 2009 tuvimos el aluvión con el 30% de la ciudad arrasada y dos muertos pero porque era de día, si eso pasaba de noche era un desastre.

Después tuve el primer muerto de dengue en la Argentina. Ahí pensé que iba a quedar como uno más de los intendentes que no terminaban su mandato. Pero tuve la visión de hacer una multisectorial con todos los referentes barriales, de los clubes, todas las instituciones, juntamos 5.000 personas y 200 camiones, con el Ejército y Gendarmería, se hicieron 17 allanamientos y limpiamos en tres días toda la ciudad, ahí pasamos de 250 febriles a 10 o 12 en una semana de haber limpiado.

En ese momento decreté el asueto, cerramos todo, bancos, escuelas, los ministros no estaban de acuerdo, pero pusimos lo que teníamos que poner para salvar a Tartagal. Ahí creo que hubo un quiebre, nos dimos cuenta que si podíamos vencer al dengue también lo podíamos hacer con otras dificultades.

-Y siempre lo hizo acompañando al espacio kirchnerista

-Sí, y tuvo su premio. El haber sido elegido diputado nacional en el 2017, el peor momento del kirchnerismo, donde decían barbaridades de nosotros. Hasta el gobernador (Juan Manuel Urtubey) decía que se habían robado todo, pero nosotros lo enfrentamos y logramos un triunfo. Yo creo que ahí él perdió su posibilidad de ser presidente. Cuando uno es leal a sus principios, eso a la corta o a la larga tiene su premio.