Juan Malka participa solamente en muestras colectivas porque así entiende el arte. Expuso en Nueva York en una exposición curada por Santiago Bengolea, quién también lo llevó a mostrar sus dibujos coloridos y fluorescentes que pertenecían a sus Diarios íntimos en el MAMBA. Allí también mostró su Libro de aves, hecho con todo lo que tiene a mano, desde stickers hasta sangre y semen. El año pasado participó en la muestra Mega Loca con la finalidad de recaudar fondos para una carrosa. Hace tapas de libros de temática LGBT y reflexionando sobre su obra nos cuenta: “Creo que hay algo muy trolo en mi lenguaje pictórico: los colores, la paleta que elijo, la delicadeza, pretendo que tengan las líneas pero en general no retrato escenas explícitamente gays”.

Nació en Argentina, nieto de ucranianos y sicilianos dibuja y pinta como tomar agua. Estudió en el IUNA, artes visuales, aprobó cinco años pero no terminó la carrera. En paralelo estudió cine y guion en una escuela privada de San Telmo. “Ambas fueron experiencias muy enriquecedoras y me ayudaron a encauzar dos cosas que desde niño me interesaron: dibujar sin parar, y que esos dibujos tengan una historia o una lectura concreta de situación”. Cuenta que desde muy chico empezó a dibujar frenéticamente. “Si se me terminaban las hojas, sentía que la mano me iba a estallar. Hacía sin saberlo una suerte de story boards que armaban secuencias narrativas. La intensidad empezó a mermar cuando los dibujos se empezaron a parecer más a como yo esperaba que fueran para que se entienda lo que quería decir”.

Dibujás sin parar…

Creo que más allá de lo que puede manifestar cada dibujo, el hecho de dibujar y pintar, implican un entrenamiento anterior para lograrlo de forma precisa. Yo sólo me siento y me asumo dibujante mientras estoy dibujando o pintando. El momento en que estoy trazando totalmente enfocado en seguir las líneas y poder terminar lo que quiero de una vez, tratando de no hacer un boceto fuera del que está en mi cabeza como objetivo. Disfruto mucho de ese vértigo, es bastante meditativo, por eso es preciso que no tenga muchas preocupaciones para poder dibujar sin obstáculos.

¿Se puede vivir del amor al arte?

No vivo del arte pero si de vez en cuando aparece algún interesade en algo que en general vieron en un posteo. Me queda cómodo que mis redes sociales (que igual son privadas) sean mi galería pero en ocasiones participo de muestras como invitado en espacios de arte. Participé de muchas muestras colectivas en lugares más under, hice una individual en Casa Brandon y estuve en otros espacios más oficiales como el Centro Cultural Recoleta o el MAMBA, donde hice una intervención que duró cuatro meses en una de sus paredes. También me dedico a ilustrar textos o tapas de libros cuando tengo la suerte de que surja. Es algo que disfruto mucho. Tomar un texto, procesarlo y traducirlo a mi lenguaje como una forma de darle perspectiva a la narrativa.

¿En qué trabajás?

Hace doce años trabajo en Publicidad, empecé medio de casualidad escribiendo guiones para spots y cosas similares pero luego fui descubriendo otras facetas y soportes no tradicionales de la comunicación publicitaria.

Tiene sus ventajas…

Llevar una vida ajena al mercantilismo del arte me inspira más que estar trabajando en mi obra para generar piezas con objetivo de venta. Y me pasa algo parecido con los concursos y demás pero tampoco creo que sea algo que me defina, sino más bien un modus operandi.

¿Estás trabajando en alguna serie o algo en particular?

Este último tiempo estuve ejerciendo más o menos como suelo hacerlo, pensando en algo unos días y luego haciendo un dibujo con acuarela sobre eso. Pero también estuve trabajando en ilustrar el cancionero de una banda que se llama Susi Pireli, ahora en Stand by, y haciendo unas opciones de tapa para unas publicaciones que saldrán pronto por la editorial Deparado.

Te gusta hacer muestras colectivas, pero no individuales…

No es que no me guste hacer individuales, sucede que le direcciono más energía al hecho de trabajar en mis dibujos que a pensar, proponer y producir las muestras, con todos los tejes que involucran a terceros que esto implica. Lo que me copa de las colectivas, es que en general somos todos convocados por un organizador que se encarga de todas esas tareas que a mí no me interesan. Y no hablo de la planificación, de la distribución o puesta de la muestra, sino de lo burocrático/social y ciertas implicancias a veces un poco snobs. Además, está bueno compartir el diálogo que se arma con los compañeros de exposición y las inauguraciones son más divertidas porque llega más gente por diferentes vías. Más allá de que tus conocidos vayan a ver tu muestra siempre está bueno saber que lo está viendo alguien que no te conoce o no sabe quién sos. Está bueno ver cuando miran las obras sin que después vengan a saludarte ni nada.

Sin embargo, estuvo expuesta tu obra en un museo de New York…

Esa también fue una muestra colectiva, organizada por Santiago Bengolea, una de las personas que mejor entienden e interpretan mi obra. Trabajar con él es muy grato, también hicimos lo del MAMBA juntos. Fue una exhibición de cuadernos de artistas en la embajada argentina en NY. Yo expuse algunos diarios íntimos (que son todos dibujos y nunca tienen la verdadera intención de ser íntimos) y mi libro de observación de aves, donde durante años vengo dibujando un ave distinta con una técnica y material distinto, usando desde stickers, collages de distintas cosas, fotocopias, sangre y semen.

¿Cómo es la relación entre tu obra y la astrología?

Hace un tiempo creé un mazo de cartas al que llamo "Tarot de los dones" que es una especie de oráculo que no busca predecir nada sino que el consultante descubra solo su respuesta en relación al dibujo que tenga la carta que le toque. En definitiva es una forma de mostrar una serie de 22 dibujos a cambio de que me cuenten algo de ellos antes. Empecé haciéndolo conmigo mismo, luego a amigos, y después en muestras como la Mega Loca del año pasado, un evento que buscaba recaudar fondos para una carroza de la marcha. Es una experiencia increíble porque todos tienen una reacción diferente, desde llorar (pasa mucho) hasta reír o quedar medio asustados. El mazo no tiene los arquetipos del tarot tradicional, son otras cosas que pueden verse muy random sacadas de contexto. Estoy pensando en ofrecer públicamente hacer sesiones por videollamadas, ya hice algunas con conocidos y estuvieron muy buenas. No faltaron estudiosos del arte que me dijeron que Xul Solar también tenía un tarot, cosa que yo no sabía, aunque conozco algo de su obra y me gusta mucho. De todos modos, en ese caso si eran sus interpretaciones de los arquetipos tradicionales del tarot.

¿Cómo pensás la relación entre la plástica y lo queer? Da la sensación de que sos activista en la vida, con tus actitudes, gustos, lugares donde se te encuentra, pero tu obra es más mesurada, menos política...

Creo que yo soy queer, me construí así. Aunque a simple vista pase por un hombrecito cis-género estándar todo lo que hago está impregnado de queeridad. Creo que hay algo muy trolo en mi lenguaje pictórico: los colores, la paleta que elijo, la delicadeza pretendo que tengan las líneas pero en general no retrato escenas explícitamente gays. No porque lo decida, sino porque no me pasa. Lo más concretamente gay está retratado en mis diarios íntimos creo, porque tienen que ver con experiencias personales. Puedo perfumar con homosexualidad igual cualquier imagen que no aborde exactamente algo erótico.