El ministro de Economía, Martín Guzmán, viene siguiendo muy de cerca la evolución de los precios y los índices de inflación. Es que cree, como ha manifestado públicamente, que el proceso de pinchar la expectativa de alzas debe ser el eje de la gestión económica en 2021. Por una razón sencilla: en el Gobierno observan que, más allá de los buenos números que muestran los sectores productivos, si no se alcanza la meta de inflación presupuestada, pagarán una vez más los asalariados y el consumo moderado será el techo de una recuperación que aún es incipiente.

En el entorno del ministro de Hacienda cuentan que es probable que la inflación de diciembre vuelva a ser bastante alta, y que esté en línea o por debajo de la de octubre, que fue de 3,8 por ciento. Ven complejo que se situe por debajo del 3,2 que comunicó el INDEC este martes. De todos modos, la estabilidad en diciembre es vista por el Gobierno como importante para sentar una base de desinflación paulatina que redunde en números más controlados en los primeros tres meses del 2021. 

Según el Presupuesto, la pauta para el año próximo es 29 por ciento, y este año -de seguir la lógica actual, terminaría por debajo del 35 por ciento, 20 puntos menos que la inflación de Cambiemos sin pandemia. Aunque alta y no celebrable más allá de lo netamente político, es un piso nada despreciable para pelear una llegada al número mágico. 

El Gabinete económico está alineado con la idea de que la estabilidad de precios no es un factor sólo numérico, sino también político. Por eso, ya arrancaron reuniones con sectores del poder económico y los sindicatos para consensuar paz inflacionaria y moderación. Se lo dijo un ministro fuerte a un dirigente gremial hace unos días: "si logramos, con apoyo de todos, domar la dinámica de precios, podemos tener paritarias que recompongan y, a la vez, empresarios ganando dinero por la mayor actividad", expresó. 

Esta dinámica de bajada de línea sobre la importancia de la desinflación sumó un capítulo este miércoles, cuando el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, recibieron a 21 intendentes para coordinar controles al cumplimiento de Precios Cuidados, la Ley de Góndolas y las picardías de los comerciantes. Algún jefe comunal, en esa reunión, deslizó con intención que habría que empezar a mirar cómo suben los combustibles. El dato es clave a la hora de evaluar cuánto subirán los costos de logística de mercaderías como consencuencia de esas subas. 

Sueldos y crecimiento

"Hace tres años que cae el salario, fortalecer el crecimiento depende mucho de la paritaria", le dijo Guzmán a un empresario hace unos días. El de los sueldos es el paso adelante que miran en Balcarce 50. Según supo Página/12, habrá en 2021 una paritaria testigo que guíe las expectativas. En los años de Néstor Kirchner, en otro escenario económico local y global más virtuoso, esa mesa salarial era la de Camioneros, que siempre consigue aumentos por encima del 30 por ciento como piso. 

Hoy estiman que será difícil que la guía sea ese sector, pero admiten que las paritarias estatales darán más señales de mejora que en 2020. El foco está puesto, además, en el salario docente, de las primeras discusiones en cada año. 

En el Gobierno insisten en que, en pandemia, estar entre 15 y 20 puntos debajo de la inflación de Cambiemos es relevante. Y van más allá al asegurar que en 2019 también hubo una recesión furiosa pero sin confinamiento, y que sin embargo los precios se desbocaron. No quieren que en 2021 ocurra lo mismo, pero ante una dinámica inversa. 

En este contexto, Guzmán tiene en su escritorio informes de diferentes sectores que reflejan un 2021 con buenos niveles de actividad. A esta altura, el piso del crecimiento de la actividad es el 5 por ciento presupuestado, que hasta fue validado en las últimas horas por la Cepal. Por esta razón, Guzmán quiere evitar que la mejora económica se vaya a los precios, como históricamente ha pasado en cada período de bonanza. 

A tales fines, se concentrarán en que la brecha cambiaria siga estabilizada hasta cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario (FMI). Y que en la previa al inicio de las negociaciones con el Club de Paris, se inicie un proceso de recuperación de reservas internacionales que produzca la estabilización del frente financiero, todo en paralelo a una economía que suponen caminará más erguida. Hoy, el plan anti inflacionario es una foto adelanto de lo que viene, que pone además a Guzmán ante el mayor desafío político y técnico de los que suelen ocupar esa silla.