Dos anécdotas que se juntan. Primera: Astor Piazzolla y Horacio Ferrer, allá por 1981, hablando de Jairo. Uno, el músico, le pregunta al otro cómo lo ve; el otro, el poeta, le contesta “como un juglar, como un trovador de este tiempo”, y finiquita Astor: “entonces esta su canción”. Ambos hablan, claro, de la “Milonga del Trovador”. La letra de Ferrer explica lo demás… eso de la mezcla gaucha entre indio y español; eso de la distancia; eso de la tierra hermosa de América del Sur; pero sobre todo, eso del primer verso de la segunda estrofa que dice “Con un rumor se volaban tras de mí”. “En esta ocasión, el rumor son las canciones y la casa donde éstas van a sonar, es el nido”, explica Mario González posado en el por qué del “sobre todo”. Es que así le dio por llamar a su segundo streaming Rumor de nido (Volaban tras de mí), que se podrá ver y escuchar este viernes a las 21 por Ticketek Live. “La ´Milonga del Trovador´ es una canción muy importante para mí, porque nació de algo que les conté a sus autores algo muy mío, muy conmovedor”, dice Jairo a Página/12.

Lo "muy suyo" es la secuencia emotiva que vivió a los 14 años, cuando dejó su casa de Cruz del Eje para probar suerte en Buenos Aires. “Les conté que ese día fueron a despedirme a la estación de tren, mi madre y mis hermanos, y que me había quedado la imagen grabada de ellos en el andén, saludándome, mientras yo miraba por la ventanilla, junto a mi viejo que me acompañó. Era la madrugada, en un tren que venía del norte… me quedó para siempre esa imagen, porque nunca volví a vivir en la casa de mis padres. Recuerdo que Ferrer me preguntaba cositas, detalles, recuerdos, y yo le narré esto de manera coloquial… él después lo transformó en un verso precioso”, evoca Jairo, sobre el leitmotiv de su segundo recital online del año.

El primero fue en septiembre, solito con su guitarra, refugiado entre libros, memorias, fotografías y pinturas. “Fue algo muy minimalista, pero como la pandemia me obligó a trabajar mucho el instrumento, me vino muy bien en este sentido. Hacía mucho que no trabajaba tan a fondo las partes armónicas de las canciones, y encontré varias cositas que me gustaron mucho. Toda esta situación, más un pedal, me ayudó mucho a conformar un sonido distinto”, cuenta el cordobés, con 71 años bien puestos. “Esta vez, en cambio, no voy a necesitar eso porque tengo el respaldo de tres músicos que me van a acompañar: Matías Martino en piano, el guitarrista salteño Sebastián Castro, y mi hijo Yaco. Con el respaldo de esta formación, la predisposición para el intérprete es distinta, porque te libera de la ocupación extra de tener que acompañarte en la guitarra, y estar atento a las armonías. Otra diferencia respecto del anterior recital es que no lo voy a hacer en el living sino en el patio”.

Para ser posible, Jairo y equipo bajaron los equipos de grabación y sonido que el cantor tiene en el altillo de su casa de Vicente López. “Estamos preparando una atmósfera distinta a la que existe en el patio de casa habitualmente… nos ayuda que la pared es blanca. Va a ser como una transición del living al patio”, se ríe Jairo, que para el repertorio tiene pensado hacer varios clásicos que no entraron en la presentación anterior como “Indio Toba”, de Ariel Ramírez y Félix Luna. Y otras menos conocidas, de esas que suelen pedir los más seguidores. Entre ellas "Hoy dejo la ciudad", o la bella “Tristeza de amador”, que grabó con León Gieco para el disco Ferroviario. “Y una de las que sí voy a repetir es ´La carpintería de José´ de Daniel Salzano, por razones obvias… llegan Nochebuena y Navidad, y el tema habla de eso”, adelanta el trovador, quien tiene en carpeta también dedicarle un breve segmento del programa a otra de sus guías en vida: Atahualpa Yupanqui. “Voy a cantar ´El árbol que tú olvidaste´, porque es una de las mejores canciones que conozco de cualquier estilo de música popular argentina. Creo yo que además en un tema muy personal de Yupanqui, porque habla de la gente que se va de su lugar”.

-De lo que te pasó a vos, sin ir más lejos, y dio lugar a que Ferrer escriba “Milonga del Trovador”.

-Ahí está, sí. Yo creo que Atahualpa en su canción habla de él, y de la importancia del lugar que uno deja, que se conserva en la cabeza y, sobre todo, en el corazón… por eso se añora volver. Es una canción, en ese sentido, única y maravillosa.

-¿Se te ocurrió algún tema durante la pandemia? ¿Habrá algún estreno?

-No. No hay ninguna canción que se me haya ocurrido en esta época de pandemia. En realidad, no ha sido un momento muy inspirador para mí, más bien este tiempo ha sido un factor negativo, en el sentido que me ha impedido algo muy importante para mi vida cotidiana: la capacidad de concentración para realizar actividades que me gustan como pintar o leer. No he podido hacerlo normalmente, como lo hacía antes. Me costaba, y me cuesta concentrarme en ambas cosas, quiero decir. Lo que sí pude fue terminar algunas canciones que ya tenía empezadas, al punto de llegar a una cantidad suficiente de ellas como para armar mi siguiente disco. Es decir que, de cara al futuro, habrá dos: el que salga de lo que conté recién, y el otro que voy a editar con dúos y tríos para conmemorar los cincuenta años que se cumplen desde la grabación de Emociones, mi primer disco como Jairo.

-¿Cómo fue, en lo personal, tu año covideano?

-Lo atravesé con altibajos, como la mayoría de la gente… con muchas preguntas sin respuestas, muchas incertidumbres, algo que nos pasa a quienes no conocemos nada del asunto, pero también a quienes están en el asunto. Esto nos ha pescado por sorpresa, es algo nuevo para todos, y lamentablemente estamos sufriendo las consecuencias en muchos aspectos. Esperemos que termine pronto. No sé, lo de las vacunas es una esperanza, al menos en cuanto a poder prevenir la propagación del virus, y bajar el ritmo de los contagios. Por otra parte, creo que en la Argentina la gente está respondiendo bastante bien, dentro de lo que cabe. El encierro es muy difícil y las exigencias que, bueno, parecen muy simples pero a veces cuesta sostenerlas a lo largo del tiempo.