Empleados municipales de Orán decidieron cortar la ruta 50 desde el lunes por la tarde tras no aceptar lo que el municipio les ofreció en una audiencia de conciliación con la Secretaría de Trabajo. Es que los trabajadores, unos 2.000 si se cuentan los de planta, contratados y eventuales nucleados en cooperativas, piden que al menos les concedan un bono de fin de año de $15.000 en tres cuotas, algo que el Ejecutivo municipal ya contestó que es imposible para sus arcas.

En la reunión con los gremios y Trabajo, el secretario de Gobierno, Cristian Aimo, quien ofició de representante del municipio, ofreció seguir con el pase a planta de los contratados, tomar nuevos trabajadores y re categorizar a empleados de planta, así como un bono que llegaría a los $2.000 pero en mercadería o voucher de alimentos.

Los gremios rechazaron esa propuesta y junto a los trabajadores decidieron comenzar con un corte de la ruta 50 en el acceso a la localidad. Desde la intendencia argumentaron que debido a la caída de recaudación, sumada a la de coparticipación que disminuyó hasta un 30%, y que aún se manejan con el presupuesto de 2019, se les hace imposible afrontar ese bono, que significarían pagar $5.000 por trabajador en los primeros días de enero.

También usaron como justificativo el aumento de la inflación que generó que se licúen los recursos de hacienda. A lo que los municipales contestaron que es el mismo deterioro que sufrieron sus bolsillos e impactó en sus condiciones de vida.

“Esto viene desde el 3 de noviembre”, dijo a Salta/12 Cristina Guzmán, delegada municipal de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quien detalló que en ese momento retomaron el diálogo con el intendente Pablo González y su gabinete, “pero el pedido de reunión con las solicitudes de reabrir paritarias y otras demandas comenzó a finales de septiembre”.

La delegada gremial dijo que los pedidos puntales eran un aumento de sueldo para equiparar los ingresos de los empleados al que recibieron los trabajadores de los demás municipios de la zona, que rondan el 40%, mientras que en Orán alcanzó el 28% fruto del último acuerdo al que arribaron en marzo.

También solicitaban un bono de fin de año de $15.000 a pagar en tres cuotas, nuevos contratos y pasar a planta permanente a los contratados de mayor antigüedad, así como recategorizaciones en la planta y un segundo juego de ropa laboral.

Pero aseguró que habida cuenta de la fecha del año, se resignaron a exigir únicamente la bonificación no remunerativa a la espera de la reapertura de paritarias el próximo año. “Nos dijeron que no a todos nuestros pedidos en las tres reuniones que tuvimos con el intendente, así que después de ahí comenzamos las medidas y pedimos que intervenga el Ministerio de Trabajo”, sostuvo Guzmán.

Sin embargo, tras tres audiencias con la Secretaría de Trabajo provincial, las partes no pudieron llegar a un acuerdo, por lo que decidieron tomar medidas más fuertes. “El gobierno municipal le echa la culpa a la provincia por la falta de fondos, y la provincia dice que ya envió los fondos al intendente, en definitiva se tiran la pelota entre ellos y en el medio estamos los trabajadores”, expresó.

La referenta local de ATE aseguró que al menos un 95% de los que mantienen alguna relación de dependencia con el municipio se adhirieron al paro, por lo que las principales funciones del municipio están paralizadas, y afirmó que seguirán cortando la ruta hasta que el gobierno les ofrezca “algo más que bolsones de fin de año” y recordó que ese bono lo perciben desde hace al menos 12 años, “por lo que no estamos dispuestos a perder ese logro que obtuvimos, ya hemos relegado muchísimo hasta acá”.

La próxima audiencia fue convocada por la cartera de Trabajo para el 29 de diciembre, tras ese encuentro, si no hay acuerdo, quedarían liberadas las partes.

Por último, añadió que otros municipios del departamento como Hipólito Yrigoyen, Colonia Santa Rosa, Urundel y Pichanal, se encuentran en estado de alerta, a la espera de respuestas en cuanto al aporte extraordinario de fin de año, por lo que no se descarta que en los próximos días se sumen otras localidades a los reclamos.

Fin de año tranquilo

Luego de un año agitado para el departamento, que arrancó con la emergencia socio sanitaria por la muerte de niños de los pueblos originarios, continuó con uno de los picos más grandes de coronavirus en la provincia, la intervención de Aguaray, el posterior escándalo con escenas de boxeo entre el interventor Adrián Zigarán y el delegado gremial Fermín Hoyos, en el medio varios reclamos municipales por pedidos de mejoras salariales como las que se dieron en Salvador Mazza y el mismo Aguaray, San Martín parece encaminarse a tener un cierre de año tranquilo al menos desde lo laboral.

Así lo reconoció el delegado departamental de ATE, Fermín Hoyos, quien indicó que el último municipio en acordar fue justamente el que lo tuvo de protagonista en la pelea que mantuvo con el interventor de Aguaray en una audiencia de conciliación con la secretaría de Trabajo.

El referente gremial se manifestó conforme con los porcentajes de aumento alcanzados en el año en los principales municipios de la zona, ya que en Tartagal fue del 50% y con un bono de $4.000 en dos cuotas. En Salvador Mazza, luego de los conflictos de principio de año, arribaron a dos acuerdos paritarios que rondan el 45% anual y un bono de $6.000 para las fiestas. Mientras que en Aguaray el aumento terminó siendo del 40% y un aporte extraordinario de $6.000 pagadero en tres cuotas.

Hoyos le contó a este medio que se encontraba recorriendo el departamento entregando los más de 4.000 bolsones navideños destinados a los afiliados del gremio, “son más de $4 millones que se invirtieron en pollo, sidra, vino, turrones y otros alimentos a pesar de la crisis”, dijo exultante.