Cuarentañeros; distanciados pero no enojados; aisladites de mi tricúspide; aguinaldecidos de la tierra; menospudientes, precarizades, vulnerablos y vulnerablas; afashionades; sudacas y nordacas; agrietades de tanta melancolía; carablandas; gemínidos, úrsidos, asteroidas; caídos del imperio romano; sacerdotos del agnosticismo; vegetaurinos; ovolácteas; trilobites del Paleozoico; desencajados; rompedores de axiomas, excepciones de reglas; meritocrotos: es con ustedes, con ustedus.

Ahí vamos, lector, rumbo al 2021 sin excusas.

Solamente nos separan cinco días inexorables, en los que seguramente desearemos que el año que viene se cumplan nuestros nuevos deseos, más todos los que quedaron postergados del 2020 “pandemis causa”. Más todos los del 2019 (menos uno, que sí, se cumplió el 10 de diciembre de ese año), más los del 2018, 2017, 2016 y… cada une sabrá cuántos deseos hay “en la cola" para ser cumplidos, remitentes a otros tiempos, a otras edades e, incluso, a otras generaciones.

Quién le dice, capaz que se cumplen en el 2021. Como en el 2004, por ejemplo, cuando se cumplió uno que estaba pendiente desde 1983: ese de bajar los cuadros de los genocidas (cierto que no fue Papá Noel ni los Reyes Magos, pero se cumplió).

Cuando la ocasión es propicia, o cuando se impone proponer algún deseo, suelo desear que no perdamos la capacidad de desear y agrego: “ni singular, ni colectivamente”.

Disculpen si estoy medio freudiano en estas últimas décadas, pero creo que el deseo es lo que de alguna manera nos mantiene en este planeta, inspirando y exhalando. El deseo es la falta (en el sentido de “me hace falta, quiero”), el aliento mínimo, vital y móvil que nos lleva a circular por ahí, gateando, caminando, corriendo o con un bastón, pero por ahí.

Parte del problema de los deseos, tengo que decirlo, es que suelen ser contradictorios. Y ni siquiera me refiero a contradicciones entre diferentes personas (el que compra quiere que baje el precio; el que vende, que suba), o entre mi deseo de comer asado y el del novillo, de seguir biológicamente activo; sino al de uno con uno mismo:

* “Quiero comer choripán" versus "quiero bajar de peso”.

* "Quiero tomar una cerveza con mis amigues en un bar" versus "quiero seguir sanito" versus "anda el covid por ahí”.

* “Quiero que me vaya mejor en la vida" versus "quiero que me vaya mejor que a mi vecino en la vida, aunque a los dos nos vaya peor”.

* "Quiero no estar en Venezuela" versus "no estoy en Venezuela, entonces mi deseo pierde sentido".

* "Quiero que al país le vaya mejor" versus "me encanta votar a los que ya les va mejor, aunque eso haga que a mí me vaya peor, porque por un minuto me creo parte de ellos, hasta que me escupen".

* "Etcétera" versus "etcétere".

En esto de los deseos, un factor importante es la correspondencia. No me refiero, obviamente a la epistolar, sino, digamos, al “encaje” necesario para que la cosa funcione. Los deseos tienen que ser correspondientes, no idénticos. Por ejemplo, si Juan ama a Laura y Laura ama a Juan, tal vez la cosa funcione, al menos en los libros de lectura de la escuela, pero si Juan ama a Laura y Laura ama a Laura (siendo la misma Laura, además), la cosa se complica.

A otro nivel, más colectivo, pasa algo parecido: nos decían, hace un par de años, que era de buena gente desear que al gobierno le fuera bien.

Y nos consideramos buena gente.

Pero si el gobierno de aquel entonces deseaba que a nosotros nos fuera mal, desear que al gobierno le fuera bien era desear que a nosotros nos fuera mal.

Y era demasiado.

Entonces, lectore, aclarado o no el tema, nos queda desearle, para este año que ya viene, que mantenga su capacidad de desear.

Habrá notado el lector perspicaz (o sea, todes) que no he hecho en esta nota ningún comentario sobre la actualidad política nacional. Ocurre que, hace unos pocos días, el viernes 18, en La Plata, dijeron y mostraron todo lo que yo hubiera querido decir.

Y muuucho mejor.

Sugiero, para terminar el año con humor, acompañar esta nota con el show Especial de Navidad de RS Positivo (Rudy-Sanz) y amigues, que se puede ver en el canal de Youtube de los autores: