La Ley de Educación Nacional establece la modalidad de Educación Domiciliaria y Hospitalaria para aquellos estudiantes que por razones de salud se ven imposibilitados de asistir a los establecimientos educativos. Con la pandemia el acceso a esta educación también se vio frenada y sólo pudieron concluir sus estudios, 150 estudiantes de los casi 1500 que se acompañan anualmente en la provincia. 

En Salta Capital se imparte el nivel primario en los hospitales públicos de cabecera Papa Francisco y Materno Infantil, mientras que el nivel secundario se dicta en los hospitales San Bernando y Arturo Oñativia.

La coordinadora de la modalidad, Raquel Colque, contó a Salta/12 que a causa de la situación epidemiológica de la provincia tuvieron que readaptarse porque se "perdieron" los alumnos que estuvieron hospitalizados. Precisamente, el Hospital Papa Francisco fue dispuesto como el lugar de recepción para los casos de la covid 19. "No se pudo asistir a los estudiantes de ahí y pasó lo mismo con el Materno (Infantil)", señaló.

Colque precisó que terminaron el año solo "con 150 chicos", cuando en años anteriores la cifra anual reunía entre 1000 y 1500 estudiantes, tanto de primaria como de secundaria. Un 25% de los estudiantes de la Provincia son repitentes y la mayoría, por inasistencias sanitarias.

Según la coordinadora, la merma abrupta en la matrícula se debió a que no pudieron ingresar a los hospitales por la situación epidemiológica.  

Los hospitales "estuvieron priorizando los casos de internación" por la pandemia. Por eso, se evitaban las internaciones de personas con otras dolencias y "se les daba indicaciones a las familias para que vuelvan a sus casas". 

A causa de la crisis sanitaria se continuó el acompañamiento pedagógico en el ámbito hospitalario a los alumnos que tenían largo tratamiento, es decir, aquellos que tenían alguna enfermedad crónica. Para quienes se encontraban en sus domicilios, la enseñanza fue a través de la virtualidad, teléfono fijo o desde el dispositivo que la familia tenía al alcance. 

Una de las decisiones que tomaron los profesionales para poder implementar la enseñanza a distancia fue contactarse con las escuelas de origen de los estudiantes para evitar el choque de horarios con otros hermanos o miembros de la familia. En ese sentido, se trabajó fuertemente con los equipos interdisciplinarios que conforman la modalidad y que está compuesto por un trabajador social, un psicológo y un psicopedagogo. "Ellos fueron los que estuvieron en contacto permanente con las familias y las escuelas", dijo Colque. 

Antes de la pandemia, la metodología consistía en visitas dos veces por semana para los casos de acompañamiento domiciliario. Y en el caso de los hospitales, se atendía desde el "día uno" que los niños ingresaban al establecimiento público. "Se hace un recorrido diario y si se requiere más de 5 días de internación, nos contactamos con la escuela y le decimos a la docente que necesitamos que nos envíen la planificación que se está trabajando", explicó Colque.

En los casos en que no se podía hacer la derivación a los domicilios, desde la modalidad se envíaba cartillas que eran entregados a los chicos. A modo de ejemplo, en el Materno Infantil, el lugar de entrega y dispersión era la sala de juegos. 

Otra de las decisiones que se dio dentro de la modalidad fue que a los niños que se les diagnosticaba alguna enfermedad y eran derivados a sus casas, continuaban en su escuela de origen. "Una de las razones fue para que puedan seguir con su grupo de compañeros", dado que la enseñanza igual la iban a mantener en la virtualidad. 

No obstante, también se dieron casos en que se acordaba con la escuela de origen el traspaso a la modalidad hospitalaria domiciliaria. En esas situaciones se debía cumplir con requisitos de admisión, como ser el certificado médico que establece el diagnóstico. "Hay casos en que los chicos no pueden volver a clases y el médico les solicita reposo absoluto e indica atención domiciliaria y es ahí donde intervenimos", explicó la coordinadora. En este año, los docentes que iban a los domicilios, sólo lograron hacer el primer contacto antes de la pandemia.

A futuro, el interior 

Una de las apuestas que tienen desde la modalidad, es la vuelta a la presencialidad pero considerando un "contexto de riesgo bajo". Esto les permitiría el regreso a las hospitales de acuerdo a los protocolos que allí se establezcan. 

Otro "de los desafíos es que en el 2021 podamos ampliar los servicios en el interior", dijo la coordinadora, considerando que la modalidad se imparte en la Capital. Con la virtualidad, vieron una posibilidad de continuar el acompañamiento domiciliario con estudiantes que están en las distintas localidades. 

Para ello, esperan estrechar lazos con los hospitales públicos de Orán y Tartagal, dado que son los segundos más demandados. Colque explicó que es fundamental establecer otras sedes porque "acá los atendemos nosotros, pero el tema es cuando vuelven a sus casas porque no es aconsejable que vuelvan a clases y por eso, articulamos con otras modalidades para que se haga el nombramiento a otros docentes de la zona".

"Algo positivo es que se amplíe el servicio en educación primaria y que la veamos como una oportunidad", destacó. 

Colque también habló del trabajo de acompañamiento que se hizo a los propios profesionales de la modalidad. "Hubo mucha contención, se establecieron 4 conversatorios para los docentes y se les brindaban herramientas para que puedan manejar la tecnología", resaltó. A ello también se sumó la asistencia psicológica porque la gran mayoría de los trabajadores perdió a un pariente por la covid. 

En el caso de las familias, dijo que se pudo "trabajar a la par". Señaló que hubo mucho compromiso de los padres posibilitando el trabajo articulado para que los niños puedan terminar con lo planeado este año.