Desde Roma

Después de los escándalos financieros que conmocionaron la Secretaría de Estado vaticana en estos años, a causa del mal manejo de fondos y de inversiones poco transparentes que salieron a la luz, el papa Francisco convirtió en ley este lunes una serie de medidas que eliminan las funciones económicas y financieras que tenía la Secretaría de Estado vaticana. A partir de este Motu Proprio, una suerte de decreto papal, la gestión de esas actividades pasa a manos de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede y su control a la Secretaría para la Economía.

“Una mejor organización de la administración, de los controles y de la vigilancia sobre las actividades económicas y financieras de la Santa Sede para asegurar una gestión transparente y eficiente y una clara separación de competencias y funciones, representa un punto fundamental de la reforma de la Curia”, escribió el papa Francisco en el Motu Proprio. “En base a este principio no es oportuno que la Secretaría de Estado, que sostiene de cerca y directamente el accionar del Sumo Pontífice y representa un punto de referencia esencial para las actividades de la Curia Romana, cumpla funciones en materia económica y financiera ya atribuidas a otros dicasterios” (entes vaticanos). Por eso “he considerado necesario establecer algunas normas para mejor determinar las varias funciones de la Secretaría de Estado, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y la Secretaría de la Economía”, agregó el Pontífice.

En 2019 salió a relucir una operación en una cuenta bancaria que dependía de la Secretaría de Estado Vaticana donde confluían fondos del Obolo de San Pedro (donaciones para hacer obras de caridad) y del Instituto para las Obras de Religión, en realidad el Banco Vaticano.  Varios años antes, se usaron doscientos millones de euros de esa cuenta para comprar un edificio en una muy cotizada zona de Londres, con fuertes comisiones a intermediarios. Por esta operación, denunciada por empleados del Vaticano, se acusa al cardenal Giovanni Angelo Becciu, que en el momento de la operación era Sustituto para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado Vaticana, donde había sido nombrado en 2011 por el Papa Benedicto XVI y estuvo hasta 2018. Becciu también está acusado de haber hecho una donación de cien mil euros a una oficina de Caritas, fondos que luego habrían ido a parar a una cooperativa que dirigía un hermano suyo en la isla de Cerdeña. En septiembre, y después de haber mandado a hacer una investigación sobre el caso, el Papa destituyó a Becciu de todas sus funciones en el Vaticano. Becciu niega todas acusaciones y dice que la compra del edificio de Londres fue una inversión muy conveniente para la Santa Sede.

La Secretaría para la Economía, que se encagará de los controles económicos y financieros, fue creada por el papa Francisco en 2014 y al frente de ella se encuentra desde 2019 el jesuita Juan Antonio Guerrero Alves. El obispo Nunzio Galantino está a cargo de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, un ente creado en 1967. Al frente de la Secretaria de Estado vaticana está el cardenal Pietro Parolin, quien entre otras cosas trabajó en México y fue nombrado nuncio (embajador vaticano) en Venezuela en 2009.

Según un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede, con este Motu Proprio el papa Francisco convirtió en ley lo que ya había manifestado el 25 de agosto pasado en una carta dirigida al secretario de estado Parolin. Entre las nuevas normas, el papa dispuso que desde el 1 de enero de 2021 los fondos y cuentas bancarias, así como las inversiones mobiliarias e inmobiliarias y las participaciones en sociedades, hasta ahora puestas a nombre de la Secretaria de Estado, pasen a nombre de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Cada uno de esos fondos será sometido a un estricto control por parte de la Secretaría para la Economía. La Secretaría de Estado debe también transferir inmediatamente a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, todo el dinero que tenga en cuentas en el banco vaticano IOR o en cuentas en el extranjero, así como pasarle todos los poderes sobre esos fondos, la gestión de títulos bancarios e inmuebles.

Este Motu Proprio representa un paso más en la reforma de la Curia que quiere llevar adelante papa Francisco, dijo el comunicado vaticano. Esta nueva ley “reduce el número de responsables económicos de la Santa Sede y concentra la administración, la gestión y las decisiones económicas y financieras” en los entes mencionados. Así mismo decide que habrá un mayor control y una mayor visibilidad sobre el llamado Obolo de San Pedro, donde van a parar las donaciones que realizan los fieles a la Iglesia, y establece también que se harán más controles sobre los entes que gestionan los fondos provenientes de esas donaciones.