El dirigente opositor ruso Alexéi Navalni fue detenido este domingo en un aeropuerto de Moscú, al regresar a su país procedente de Alemania. Allí pasó más de cuatro meses recuperándose de un cuadro severo de envenenamiento del que responsabilizó al gobierno del presidente Vladimir Putin. Navalni "enfrenta una sentencia condicional y desde el 29 de diciembre de 2020 era buscado por numerosas infracciones del período de prueba", planteó el Servicio Penitenciario Federal (FSIN) de Rusia en un comunicado. El dirigente de 44 años habría violado una sentencia en suspenso que data de 2014 por cargos de fraude, y se lo mantendrá en custodia hasta que un tribunal dicte sentencia definitiva.

El regreso de Navalni provocó un enorme revuelo en Moscú, al punto que a último momento se resolvió que el avión aterrizara en un aeropuerto diferente del que estaba programado para ese vuelo. Policías antidisturbios ingresaron al aeropuerto Vnukovo, donde estaba previsto que aterrizara, y obligaron a todas las personas que esperaban a Navalni a salir del edificio. "Liubov Sobol, Ruslan Shavedinov, el jurista Alexéi Molokoyedov, el asistente de Navalni Ilia Pajomov, la directora de campaña Anastasia Kadetova y Konstantin Kotov fueron detenidos", denunció Ivan Jdanov, allegado al opositor ruso. 

Jake Sullivan, nominado por el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, para ser su asesor de Seguridad Nacional, dijo que "Navalni debe ser liberado inmediatamente y los responsables del vergonzoso ataque a su vida deben ser perseguidos". La respuesta rusa no se hizo esperar. "Quisiera pedir al señor Sullivan que respete el derecho internacional, y también pido que se ocupe de los problemas en su propio país", aseguró la vocera de la cancillería rusa, María Zajárova.

El 20 de agosto pasado, Navalni, opositor acérrimo de Putin, se sintió mal repentinamente en un vuelo desde Tomsk, Siberia, hacia Moscú, por lo que el avión debió realizar un aterrizaje de emergencia. Tres laboratorios europeos concluyeron que había sido envenenado con una sustancia neurotóxica de tipo Novichok. Sin embargo, Rusia siempre negó que Navalny hubiera sido envenenado y sostuvo que la sustancia tóxica no estaba presente en su organismo cuando fue tratado en Rusia. El propio Putin dijo en diciembre pasado que esa acusación no fue producto de una "investigación" sino de "materiales de los servicios especiales estadounidenses".