Climas bucólicos de tardecita fresca, guitarras psicodélicas con pinceladas electrónicas y canciones pop rock clásico versión 2020: El Zar estrenó EP el último mes del año de la pandemia: se llama Pura casualidad y tiene al dúo porteño de Facundo Castaño Montoya (guitarra y voz) y Pablo Giménez (guitarra) más en banda que nunca, con la consolidación de Bruno Dante en batería, Francisco Nicholson en bajo y Mateo Dufour en teclados y programación.

"Un montón de amigos músicos de casi todas las bandas indies pasaron por El Zar, y siempre la mejor", cuenta Pablo, rememorando las múltiples variantes de formato que atravesó el grupo. "Hoy somos una banda, y así también fuimos mutando a un sonido más clasiquero." Y atención, porque clásico y clasiquero son palabras que se repetirán, no por nada, muchas veces a lo largo de la conversación.

Pura casualidad es su tercera placa. La primera fue Círculos, de 2016, y la segunda A los amigos, de 2018, realizada luego de ganar la convocatoria de bandas de la Bienal porteña. Este nuevo EP fue íntegramente escrito, grabado y producido en 2020: justo antes de la pandemia, Facundo y Pablo se fueron juntos a un retiro de composición con intenciones de hacer un álbum. Salieron muchísimas canciones. Pero las que integran este EP se sentían especialmente unidas sónica y conceptualmente.

A simple vista, todas las canciones de este nuevo EP hablan de amor. ¿Es eso, casualmente, pura casualidad? "Hay dos que no hablan de amor: Huelga de amor, por ejemplo", cuentan, e inmediatamente se ríen del absurdo de la afirmación. "Bueno sí, hablan de amor, pero no necesariamente de una relación romántica." Superstar, cuentan, trata sobre los egos y "cuando se te sube la magia a la cabeza". Y Salgo corriendo a buscarte es un reproche de une amigue a otre.

"La música es un poco romántica de por sí, más en el pop: el 95 por ciento de las canciones hablan de amor, aunque sea de la falta de él", reflexionan. "No es que queramos hablar siempre de amor, porque es un embole, pero hay otras temáticas que no me interesan: ni hablar de la calle y el Rolls Royce, ni bajar una línea, ni tirar consejos o postas."

Aislamiento musical obligatorio

El proceso detrás fue obligatoriamente distinto al de todo lo que habían producido antes. Tuvieron que hallarse en el trabajo a distancia, y sienten que eso se hizo notar no solamente en las composiciones sino en el sonido. "Fue un experimento revelador", cuenta el cantante. Esta dinámica de trabajo y el tener tanto tiempo encerrados en sus casas los hizo revolver mucho más el proceso, darle mil vueltas a todo, hacer y deshacer casi compulsivamente.

¿Qué música los acompañó en este proceso? Pablo afirma que, principalmente, está escuchando cosas que poco tienen que ver con estas canciones: mucha música urbana, trap, rap. "Los dos somos productores, y si bien después vamos a tener nuestro estilo propio, nos embola que la refe para nuestros discos siempre sea los Strokes. Hoy nos encanta por ejemplo la movida de pibitos afrobeat que tienen veinte años y la rompen, como Koffee o GenZ", describe.

Cuando empezaron eran un dúo con voces, guitarras y loopera. Estaban influenciados por esa mezcla de rock y electrónica muy de esa década: Radiohead, Gorillaz, The XX. Y por supuesto Juana Molina. Pero hoy El Zar se para en otro lugar, y entre las influencias que sí pueden oírse en Pura casualidad, los dos coinciden: "Fleetwood Mac forever". Y Facundo agrega: Niki & The Dove, Pages, y un ídolo eterno de ambos, David Bowie. "El disco tiene algo medio de fines de los '70, sí, algo muy clasiquero", vuelven.

Ponerse los largos

Para este 2021 está en sus planes producir y lanzar varias de las canciones que quedaron fuera del EP. Aún no saben si serán singles o terminarán conformando un LP. "Pero hoy seis temas es un álbum ¿o no?", dice Pablo. "Sí pero no", le contesta Facundo entre risas. Un poco a contramano de la época, a ellos el formato larga duración los sigue enamorando.

Les gustan los discos que cuentan algo, que son una unidad y a los que amerita prestarles atención de principio a fin. Y les gustaría, en el futuro, hacer un disco de duración estándar. "Con este EP un poco lo saldamos, pero me gustaría tener el disco de diez o doce temas", desea Facundo.

Pura casualidad se llama así porque el juego, el azar y la suerte son cuestiones recurrentes en el camino creativo de El Zar. "El año pasado fue un año rarísimo y siento que las canciones reflejan eso. Todos los estados por los que pasamos: Película es re tranqui, para estar tirado en la cama, La declaración es mucho más para arriba, Salgo corriendo a buscarte tiene una cosa de ir para adelante. No queríamos hacer letras que hablaran de la pandemia, pero sí trasmitir un poco de lo que fueron todas esas sensaciones", explica el cantante. El componente montaña rusa emocional del año de la covid fue imposible de ignorar y sí, hay algo de casual, de random, en la manera de transitarlo.

Y agrega Pablo: "Querer hacer una obra de arte, por más que le guste a mucha o poca gente, es como una fuerza inexplicable. Y nosotros flasheamos con esas fuerzas, sobre cómo las cosas se ordenan de tal manera. La casualidad es algo que no se puede explicar por qué, pero pasa y las cosas terminan siendo de cierta manera. Queríamos mostrar que la música en cierto sentido también es esa casualidad, ese orden inexplicable medio mágico. Y termina no habiendo más explicación que las canciones".