Alemania cerró este domingo gran parte de sus controles fronterizos con la República Checa y Austria con el objetivo de contener las nuevas variantes de la covid-19. Solo podrán ingresar al país a través de esas fronteras ciudadanos alemanes o con residencia fija en el país, además de trabajadores trasnacionales, personal sanitario y transportistas de mercancías.

Para garantizar los controles ya se movilizaron a más de mil policías. La compañía ferroviaria Deutsche Bahn suspendió las conexiones con estas zonas, y el domingo por la mañana la policía efectuaba controles en las llegadas del aeropuerto de Frankfurt. El gobierno alemán impuso estas restricciones ante el temor de una nueva ola de contagios a raíz de las variantes británica y sudafricana del virus. 

La Unión Europea no está de acuerdo con estas limitaciones ya que teme que, como sucedió en la pasada primavera, cada país del bloque se mire a sí mismo para intentar frenar la pandemia. "Puedo entender el miedo frente a las mutaciones del coronavirus, pero el virus no se detendrá con las fronteras cerradas", lamentó el domingo la comisaria europea de Salud, Stella Kyriakides

Por su parte el ministro del Interior de Austria, Karl Nehammer, consideró "absolutamente inaceptable" que se prohibiera a los conductores usar un atajo a través de Alemania para viajar de una región austríaca a otra.