Científicos del Reino Unido identificaron una nueva variante (B.1.525) de coronavirus con mutaciones potencialmente preocupantes similares a las surgidas en Sudáfrica y Brasil. Hasta el momento, la cepa fue detectada en la región por investigadores de la Universidad de Edimburgo en 33 muestras que datan de diciembre. También se registró su circulación en otros países como Dinamarca, España, Australia, Nigeria y Estados Unidos. 

Aunque es demasiado pronto para determinar el riesgo que representa, los expertos británicos la están estudiando cuidadosamente para establecer si debe ingresar o no a la lista de "variantes preocupantes" que lleva Reino Unido.

La B.1.525, señaló el profesor de la Universidad de Cambridge Ravi Gupta, que es uno de los científicos que asesora al gobierno en este tema, tiene "mutaciones significativas” ya observadas en algunas de las otras variantes nuevas como la Kent (también de Reino Unido), lo que representa un dato "en parte tranquilizador porque podemos predecir cuál es su efecto probable”, afirmó el experto.

Entre las mutaciones que se detectaron en esta nueva variante, sin embargo, hay una que especialmente preocupa a los investigadores, que es la E484K --presente también en las cepas de Brasil y Sudáfrica--, que puede ayudar al virus a evadir algunas de las defensas del sistema inmunológico.

El temor, en ese sentido, es que los cambios que surjan de las nuevas variantes no solo hagan que el virus se propague más fácilmente sino también que escape a la efectividad de las vacunas existentes. Es por ello que los científicos están llevando adelante pruebas con las fórmulas que ya se aplican en todo el mundo y desarrollando, a su vez, nuevas tecnologías que tengan en cuenta estas mutaciones.

"Todavía no sabemos qué tan bien se propagará esta (nueva) variante, pero, si tiene éxito, se puede suponer que la inmunidad de cualquier vacuna o infección previa se debilitará", advirtió el doctor Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular en la Universidad de Reading. "Creo que cualquier variante que lleve (la mutación) E484K debería estar sujeta a pruebas, ya que parece conferir resistencia a la inmunidad, independientemente de cómo se genere", agregó el especialista.

La doctora Lucy van Dorp, del Instituto de Genética de la University College London, dijo que la detección rápida de nuevas variantes es crucial en la evolución de la pandemia. “Una de las principales ventajas de la vigilancia genómica es detectar los linajes de posible preocupación temprano (...) para permitir una evaluación rápida y una evaluación de su impacto y prevalencia en otras regiones del mundo”, señaló.

Más allá de las advertencias de los especialistas, la Public Health England sostuvo que "actualmente no hay evidencia de que este conjunto de mutaciones cause una enfermedad más grave o una mayor transmisibilidad". Sin embargo, aseguró, se "están monitoreando los datos sobre las variantes emergentes muy de cerca" y "se están llevando a cabo intervenciones de salud pública, como pruebas adicionales y rastreo de contactos mejorados".