• Darío Grandinetti: “Lo primero que tengo para decir, como conclusión, es que con un gobierno neoliberal uno está obligado a estar en permanente estado de movilización y asamblea. Primero fueron los trabajadores, después los maestros, ahora el cine, que involucra a la música y al teatro. Estamos todos tratando de que no se lleven puestos los derechos adquiridos y pelear por los nuevos. La estrategia es siempre la misma: primero se estigmatiza a aquel a quien se quiere correr del medio. Primero fue a los actores, que supuestamente, como éramos kirchneristas, por ese sólo hecho eramos corruptos y por eso defendíamos a Cristina Fernández de Kirchner y denostábamos este modelo. Ahora es (Alejandro) Cacetta el corrupto, o que no hace todo lo que tiene que hacer para eliminar la corrupción. ¿También Pablo Rovito! ¿Quién nos va a contar a nosotros quién es Pablo Rovito? ¿Con qué autoridad? sabemos de dónde viene, quién es como persona, como productor y como docente. ¿Qué estupidez nos quieren venir a contar? Es un disparate. ¿Hay que evitar que los multimedios paguen lo que tienen que pagar por ley, que es el canon por el cual deben pagar por utilizar las frecuencias de TV y de radio que son del Estado? Si la usufructuan, vendiendo publicidad, emitiendo cine, pasando música y hasta valiéndose de los estrenos de teatro para alimentar esos programas faranduleros de cuarta, que paguen. De ahí sale parte del dinero que financia el fomento al cine. Es importante señalar que el cine no se hace con la plata de nadie, sino del dinero que genera el propio cine. No sale ni de los impuestos que pagamos todos ni se deja de pagar a los maestros o a los jubilados por hacer películas. No le costamos un peso a nadie. El hombre de pie solo aporta el 10 por ciento de la entrada cuando puede ir al cine a ver una película.
  • Leonardo Sbaraglia: “El gran peligro es que el Gobierno se deshaga del canon que los licenciatarios de radiodifusión pagan y es la principal fuente de financiamiento del Fondo de Fomento. Las señales de alerta están encendidas en todos los sectores de la industria. Existe una preocupación en toda la comunidad audiovisual porque, de concretarse, sería un golpe fuerte a la cultura argentina. El sector está muy unido y eso es muy importante para defender una industria que viene creciendo en los últimos años. Es muy importante ponerse en alerta que frente a tanto terreno embarrado, por cuestiones políticas y/o económicas. No se le está quitando dinero a la obra pública ni a los jubilados, ya que el cine tiene una financiación propia. Es el cine el que genera su propio financiamiento. Es una ley ejemplar y que permite que el cine argentino tenga mucha y muy buena producción. El cine argentino es envidiado en el mundo, porque no solo se rige por los dictámenes del mercado sino en la posibilidad de producir cultura argentina, que tiene que ver con lo que vemos, sentimos y pensamos.” 
  • Cristina Banegas: “Hay un avance sobre la cultura que me aterra. Que no nos mientan. Mientras el Jefe de Gabinete y el Ministro de Cultura salieron a decir que lo importante es la cortina de humo, el Boletín Oficial publicó hoy (por ayer) que transfiere todo lo que es ACUA, Bacua y Arsat a la Jefatura de Gabinete. El primer día hábil después de Semana Santa. ¡Es una locura! Es un nivel de violencia e impunidad feroz. Creo que es una política fascista de disciplinamiento de la sociedad a través de la represión y el miedo. Atacan todo lo que es atacable: acá van por el Fondo de Fomento, poniendo en peligro a la industria de cine argentino. Es gravísimo.”
  • Luis Ziembrowski: “Hace rato que estoy en alerta y movilización. Es una vieja consigna que volvió a estar vigente. Es una sensibilidad histórica: desde la alarma de que esto podría llegar a ser como el 55 y que la gente de la cultura se iba a salvar porque iban a llover inversiones, hasta darnos cuenta que son hombres de negocios, brutos y formados en una sola dirección, que no es la de fomentar la cultura sino la de fomentar los negocios. Me sorprende que se hayan querido meter con un área prestigiosa y que se venía desarrollando como la del cine, que por supuesto había generado una burocracia y tal vez bolsones de corrupción. Toda burocracia estatal genera eso. Lo que me asombra es que en vez de limpiar lo que se hace mal provocan esta movida grosera, estúpida y bestial, que deja al descubierto la sensibilidad artística y trabajadora de los que hacemos cine. Es una movida muy violenta, que empezó con la derogación de parte de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que toca intereses millonarios del negocio del cable y que completa la autarquía del Incaa. Comenzó el Estado represivo y para que eso suceda tienen que ser cercenadas las libertades y los derechos laborales.”
  • Alejandra Darín: “Estamos defendiendo al cine argentino. Por lo que representa económica y culturalmente, pero también porque se trata de la primera puerta que se abre del país a la comunidad internacional. El cine argentino es una fuente fundamental de nuestra cultura. Nuestra sospecha es que no se trata de ser transparente o no. Si fuera por transparencia, la primera manera de serlo es respetar las leyes que ahora pretenden modificar. Si se les quitó impuestos a las mineras y al campo, ¿por qué no podrían quitarle el gravamen a los licenciatarios de servicios de radiodifusión? Si cerraron teatros durante años, si cierran centros culturales, ¿por qué no pueden pensar en quitarle impuestos a sectores de muchos poder en el sistema mediático? El cine argentino se muere si le quitan su fuente de financiación. Ojalá la sociedad argentina pueda ser consciente de lo que está pasando en la cultura.”
  • Fernán Mirás: “El cine argentino está presente en todos lados. Nos acompaña en toda nuestra vida. Es una industria que da trabajo a cientos de miles de personas y que permiten vernos reflejados en sus historias, en sus personajes. Sin el Fondo de Fomento, el cine nacional desaparece. Hay que entender que la cultura nunca puede pensarse con una visión mercantilista. El cine argentino es reconocido en todo el mundo, justamente, por su variedad, por la vastedad de sus producciones, tan distintas en géneros y lenguajes. Hay que estar atentos para no perder un bastión fundamental de la cultura argentina.”