Alberto Fernández entendió que, en medio del escándalo por la vacunación en el Ministerio de Salud, el control de daños requería un movimiento doble: actuar de inmediato y con firmeza. A tan solo veinticuatro horas de hacerle saber a Ginés González García que “con la vacuna no se jode”, el Presidente le tomó juramento a la exsecretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, para que asuma la cartera sanitaria en plena pandemia del coronavirus. “Ahora tenés que hacerte cargo vos”, le confío en un breve diálogo privado.

La designación de Vizzotti fue oficializada ayer por la mañana en el Boletín Oficial y su asunción consumada en un breve acto realizado en la Quinta de Olivos en donde no hubo declaraciones. Tras la jura la flamante ministra agradeció públicamente al mandatario por la confianza y afirmó que el objetivo del Gobierno es “llevar adelante el plan de vacunación más grande de nuestra historia con la mayor celeridad y ofreciendo a cada argentino y argentina la tranquilidad de que todas las vacunas se administren de acuerdo a precisos criterios sanitarios”.

Para despejar especulaciones sobre la campaña de inmunización, Vizzotti aseguró que se van a “fortalecer los dispositivos y acciones que garanticen la equidad en el acceso a las vacunas, monitoreando el cumplimiento de la planificación prevista”.

Atrapado en la tormenta que desató la confesión del periodista Horacio Verbitsky, el Jefe de Estado no dudó en elegir rápidamente a Vizzotti por su capacidad técnica y comunicacional. La médica especialista en vacunas asumió un rol clave en los últimos meses al formar parte de la comitiva argentina que viajó a Moscú para negociar el desembarco de la Sputnik V en territorio argentino. La funcionaria jugó fuerte en favor del desarrollo ruso que terminó siendo un salvavidas para el plan de vacunación contra la Covid-19, frente al retraso en la producción de las dosis de la Universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca. A su vez, es considerada la mejor vocera que tiene el Gobierno en materia sanitaria, rol que ocupó en los reportes diarios del Ministerio sobre la situación epidemiológica.

En el encuentro que mantuvieron el viernes por la noche en el despacho presidencial, Fernández le informó a la ministra que había tomado la decisión de apartar de su cargo a González García porque tenía que ser “inflexible” frente a las irregularidades en la administración de las vacunas. “No puede volver a pasar”, repitió una y otra vez.

El presidente interpretó que en medio de la urgencia lo mejor era avanzar a paso firme y lo más rápido posible para que nadie dude de la transparencia que pretende para su gestión. El mensaje fue contundente y se lo hizo llegar a todos: “La vacunación está por encima de cualquier funcionario y es la prioridad número uno”.

En el Gobierno entienden que la inmunización es la esperanza que tienen los argentinos de poner fin a una situación tan dramática como es la pandemia, y que no pueden dejar que este tipo de hechos ensucien la tarea que se viene llevando adelante. En paralelo, la bronca de Fernández no solo radica en que el daño ocasionado siembra dudas sobre los criterios en la aplicación de la vacuna, en un contexto en donde demoran más de lo esperado, sino que también desvía el eje de la agenda pública.

La hoja de ruta del Poder Ejecutivo tiene asignada hoy dos prioridades: vacunación y reactivación económica. El Gobierno esperaba que esta semana el segundo punto ocupe el centro de la información periodística, a raíz de las tres mesas sectoriales que van a encabezar Santiago Cafiero y el ministro de Economía Martín Guzmán para avanzar en el acuerdo de precios y salarios. Sin embargo, “los favores” de González García taparon los avances logrados con empresarios y sindicalistas por encarrilar la economía.

En Casa Rosada sostienen que van a redoblar los esfuerzos para que la sociedad confíe en que el espíritu de la campaña continúa siendo comenzar con quienes están más expuestos al virus. “En la Argentina de hoy no puede haber privilegios”, sentencian. Vizzotti y todo el gabinete lo saben.

El respaldo de Carlotto

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, respaldó la decisión del presidente Alberto Fernández de pedirle la renuncia a Ginés González García. En paralelo, afirmó que es necesario que se investigue a Horacio Verbitsky, luego de que el periodista admitiera públicamente que accedió a la vacuna contra el coronavirus gracias a un favor que le hizo el ex ministro.

La referente de Derechos Humanos señaló que, si bien "aprecia" y considera "una persona de bien" a González García, la medida adoptada por el Presidente es "correcta". "Corresponde que lo saque del lugar dado que fue una cosa inconsulta y hecha de una manera muy extraña", expresó en diálogo con Radio10.

Carlotto se mostró sorprendida de que el periodista haya dejado trascender el episodio. "Es extraño que lo haya puesto en pantalla, que lo haya hecho público con lujo de detalles, con una cosa tan fuera de lugar y casi casi como un hecho político de entorpecimiento. Me llama mucho la atención". En ese sentido, dijo "conocer mucho" a Verbitsky y que es necesario avanzar en una investigación para saber por qué lo hizo.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo también aclaró que fue vacunada contra el coronavirus en el Hospital San Juan de Dios de la ciudad de La Plata, siguiendo los pasos del plan lanzado por la provincia de Buenos Aires. "A mí me vacunaron. Me llamaron, pero soy de la Provincia y tengo 90 años. Fui al hospital, hice la cola, todo lo que se tiene que hacer", explicó.