Desde Londres

Entre la prudencia y los fuegos artificiales, este Boris Johnson modelo 2021 se inclinó por una moderada prudencia. El primer ministro anunció en la Cámara de los Comunes una salida escalonada y condicional del confinamiento nacional que rige desde el 5 de enero. “La amenaza sigue siendo sustancial con un número de internaciones que solo ahora están por debajo del pico de abril del año pasado. Pero podemos tomar estas nuevas medidas gracias a la determinación del pueblo británico y al impacto del programa de vacunación que ha llevado adelante el Servicio Nacional de Salud”, dijo Johnson al parlamento.

La salida escalonada y condicional consta de cuatro etapas. El 8 de marzo se reabrirán las escuelas y se permitirá encuentros sociales entre dos personas de distintos hogares como parte de uno de los objetivos centrales de la reapertura: reconstruir el tejido de relaciones sociales desenhebrado por el confinamiento.

El 29 de marzo comenzará una segunda fase de esta primera etapa con la autorización de reuniones de hasta seis personas en el espacio público y de dos hogares en los jardines de las casas privadas. En este momento terminará la orden formal de quedarse en casa, pero se recomendará moverse en el ámbito local, evitando grandes desplazamientos.

Resistiendo la presión sectorial y del ala “libertaria” de su propio partido, la reapertura de negocios no esenciales y la gastronomía quedará para la segunda etapa, a partir del 12 de abril. En esta etapa pubs y restaurantes estarán abiertos al público al aire libre. Los funerales podrán tener hasta 30 personas y las bodas, 15 invitados. En estas fechas se informará sobre la reapertura de las clases presenciales a nivel universitario.

La tercera etapa sería a partir del 17 de mayo, paso clave hacia la nueva normalidad con la reapertura del servicio en el interior de pubs y restaurantes, sumado a la hotelería y los cines. El límite de encuentros grupales al aire libre salta a 30 personas, sea en parques o jardines. Los espectáculos deportivos podrán tener hasta mil espectadores o la mitad de la capacidad total en las gradas en caso de eventos en lugar cerrado: si son al aire libre el límite sube hasta los 10 mil de los grandes estadios de fútbol.

La cuarta etapa a partir del 21 de junio contempla el fin de las limitaciones para los encuentros sociales, incluyendo a discotecas. Por el momento es un objetivo distante que dependerá del impacto que tenga cada reapertura en los números de la pandemia.

Las cuatro condiciones

El impacto se medirá siguiendo cuatro criterios:

*El avance del programa de vacunación

* que continúen a la baja los niveles de hospitalización y muertes

* que suceda lo mismo con los niveles de infección

* y que no haya nuevas mutaciones que pongan en peligro la concreción de estos objetivos.

Cualquier retroceso en estos cuatro criterios, debería llevar a una postergación de las fechas de transición. El programa de vacunación (más de 17 millones de personas, un 24% de la población, desde su lanzamiento el 8 de diciembre) y el impacto del confinamiento nacional permiten cierto optimismo como se ve en las últimas estadísticas.

La de contagios tuvo su pico el 8 de enero con 68.053 casos detectados: el 18 de febrero había descendido a 12.057. Las hospitalizaciones por Covid cayeron a casi la mitad, unos 20156 pacientes el 16 de febrero. Los decesos pasaron de 1358 el 19 de enero a 519 el 11 de febrero.

La intensificación del programa de vacunación será clave. El primer ministro señaló en el parlamento que las dos vacunas que se están aplicando - Pfizer y Astra Zeneca - han tenido un claro impacto en la reducción del número de hospitalizaciones. En la cuarta semana luego de que se aplicara la primera dosis se redujeron las hospitalizaciones entre un 85 y un 94%.

El programa ha cubierto cuatro de los nuevo grupos de riesgo: personal sanitario, social y los grupos etarios hasta 65 años. El objetivo es que a mediados de abril se vacunen a los cinco grupos restantes de riesgo y que a mediados de julio el conjunto de la población esté inoculada. "Cuando mayor sea la población vacunada, menor es la necesidad de confinamiento", dijo Johnson.

La tentación de los números

La tentación de las estadísticas eran los fuegos artificiales de una apertura acelerada, una rápida derogación de los límites para la interacción social y la pronta habilitación de pubs y restaurantes, emblemas del regreso a la “nueva normalidad”. El ala de científicos del gobierno, encarnada por su asesor de temas médicos, Chris Whitty, y el de temas científicos, Patrick Wallance, logró prevalecer sobre el influyente grupo de escépticos libertarios pro-Brexit del Partido Conservador que quieren borrar lo más rápido posible toda restricción a la actividad económico-social.

Pero el primer ministro hizo una concesión clave a los libertarios. La escuela primaria y secundaria recomenzarán el 8 de marzo, es decir, al mismo tiempo, y no de forma escalonada como pedían conjuntamente los sindicatos de la educación y muchos científicos.

El riesgo está a la vista. El regreso simultáneo a las aulas significará que, del día a la noche, habrá 10 millones de personas, una sexta parte de la población, interactuando: la suma aproximada de alumnos, padres y educadores que circularán socialmente. “Es un riesgo insensato que puede disparar una catarata de infecciones, lo que prolongará los problemas que sufre el proceso educativo y pondrá en peligro todos los avances conseguidos”, advirtieron en un comunicado conjunto los sindicatos de la educación y los directores de escuelas.

Johnson, que ha hecho un mantra de la necesidad de volver a las aulas, siguió en este aspecto los instintos libertarios del modelo Boris 2020, la parte más espontánea de su personalidad política, que tiene el optimismo parlanchín, campechano y jactancioso del parroquiano de un pub de barrio. En marzo pasado, ante el avance arrollador de la pandemia en Europa, dijo que “estaba seguro que sacarían al coronavirus a patadas” y que en “12 semanas tendrían todo bajo control”. Con el mismo tono pronosticó una navidad normal y se obstinó en recomenzar las clases el 4 de enero de este año, decisión que tuvo que revertir esa misma noche ante los números abrumadores de la pandemia y el inminente desborde del Servicio Nacional de Salud (NHS).

El Boris 2021 surgió de las cenizas del modelo anterior y de la mano de un exitoso programa de vacunación que lo está ayudando a revertir su estrepitosa caída en las encuestas el año pasado. La reapertura al unísono de la escuela primaria y secundaria, esos 10 millones que se mezclarán en la colmena del coronavirus, puede ser su talón de Aquiles.