El año de la pandemia se tradujo en una caída del 10 por ciento en la actividad económica argentina, según informó el Indec. Es el peor registro anual desde la megacrisis de 2001-2002, cuando la actividad había derrumbado 10,9 por ciento. Los sectores vinculados a los servicios fueron los que más sufrieron a lo largo del año. Este indicador es un anticipo del informe sobre la variación del Producto Interno Bruto (PIB) que se conocerá el próximo 23 de marzo,

Las bajas más importantes en el nivel de actividad se dieron en abril y mayo, con mermas de 26,4 y 20,6 por ciento respectivamente. Luego la actividad comenzó a desacelerar su caída. En junio el retroceso fue de 12,3 por ciento interanual; en julio de 13,2 y en agosto de 11,6 por ciento. La desaceleración fue mayor en septiembre y octubre, con bajas de 6,9 y 7,4 por ciento, mientras que en noviembre el retroceso disminuyó hasta el 3,7%. Por su parte, en diciembre el estimador mensual de actividad económica (EMAE) registró una contracción de 2,2 por ciento en la comparación interanual. La actividad en el último mes del año fue 30 por ciento mayor con respecto de abril, aunque la recuperación todavía no se refleja en la estadística interanual.

Con relación a diciembre de 2019, se registraron aumentos en seis de los quince sectores que conforman el EMAE (en noviembre habían sido cuatro). Volvió a liderar el crecimiento la Intermediación Financiera, con una suba de 11,3 por ciento interanual, seguido por el Comercio (10,7 por ciento interanual) que registró el mayor crecimiento desde julio de 2015; la Construcción (6,3 por ciento interanual), que registra su primera suba desde agosto de 2018 y es uno de los caballitos de batalla para traccionar el crecimiento del 2021; la Industria manufacturera (4,5 por ciento interanual), que registra el máximo aumento desde marzo de 2018;  el rubro Electricidad, Gas y Agua (2,7 por ciento interanual), que acompaña el crecimiento de la industria y el rubro Pesca con un salto de 6,5 por ciento interanual.

Entre los nueve sectores que cayeron, se destaca negativamente el relacionado al turismo: Hoteles y restaurantes registra una merma del 47,1 por ciento interanual. Si bien el nivel de caída no permite apagar el botón de alarma, se observa una desaceleración de la misma, que llegó a arrojar bajas del 85 por ciento interanual en el pico de la crisis económica (durante el mes de abril), desacelerando lentamente la caída. 

Otros sectores golpeados fueron el de Transporte y Comunicaciones, que disminuyó un 19,2 por ciento interanual y aceleró su caída con respecto al 18 por ciento interanual que exhibió en noviembre; Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (14,7 por ciento); Minas y canteras (9,2 por ciento) y Administración Pública (7,8 por ciento). 

Además de Hoteles y restaurantes, desaceleraron su caída los rubros de Actividades inmobiliarias y empresariales y Enseñanza (-0,7 por ciento con respecto al -1,5 por ciento interanual noviembre y -3,5 por ciento versus -4,3 por ciento interanual noviembre, respectivamente). En cambio, aceleraron su caída el sector Agropecuario (-3,6 por ciento respecto al -0,9 por ciento interanual noviembre) y Administración pública. Salud permaneció sin cambios (-1,7 por ciento interanual).  Los Impuestos cayeron 4,2 por ciento interanual, también por debajo de la caída del mes anterior (5,8 por ciento interanual).

2021

Para este año, la proyección que el equipo económico plasmó en el presupuesto es un rebote de 5,5 por ciento, mientras que para el FMI será menor, de 4,5 por cientopara 2021 y de 2,7 por ciento para 2022. 

Los sectores a los que más apuesta el gobierno son la construcción y la industria manufacturera, ambos empleadores de gran cantidad de mano de obra. La construcción es el sector que cualquier manual keynesiano recomienda para sortear crisis económicas: para el presupuesto 2021 el gobierno proyectó una baja en el gasto público pero un aumento en la inversión en obra pública. En tanto para el sector privado es ladrillo es una inversión segura, un mecanismo de ahorro porque el mercado se encuentra dolarizado y un refugio contra los vaivenes de la economía.  

En el caso de la industria, la recuperación puede venir por el lado del fomento al consumo, ya sea con planes de financiamiento como el Ahora 12 o bien con erogaciones específicas para algunos sectores: las ventas de electrodomésticos, automotores, motos y  muebles traccionan las distintas ramas industriales.