En la que había sido su primera puesta en escena, La Parte Rencorosa formó parte de una trilogía, junto con Bea y Congénita, “donde las tres obras tenían un mismo eje, alrededor de la violencia y el crimen, pero desde distintos géneros: una era un policial, otra una tragedia, y La Parte Rencorosa era más dramática. Pero cada una de ellas tenía un universo distinto, son propuestas individuales. Es por eso que ahora la pensamos como un estreno”, comenta Mariana Valci a Rosario/12. Todos los sábados del mes, a las 21, la obra que dirige y escribe Valci se presentará en Teatro de La Manzana (San Juan 1950), previa venta de entradas para burbujas en eticketglobal.com.

“Lo tomamos como un estreno porque tuvimos que adaptarla completamente según protocolo. El escenario antes era bifrontal, con una pasarela y el público a ambos lados, ahora la llevamos a un mismo escenario para que actores y actrices no estén cerca del público. Se redujo el elenco y se acortó el contacto físico. Estuvimos trabajando duro para lograr que la obra funcione y se sostenga. Hubo cambios en la narrativa y en la estética, pero sigue siendo la esencia de La Parte Rencorosa”, dice Valci acerca de la obra que interpretan Andrea Guastella, Danisa Bossicovich, Sofía Carozzi, Gabriel Sánchez y Lucía Morabito.

Según cuenta la dramaturga, en La Parte Rencorosa interviene algún toque de humor, como para digerir la espiral dramática y terrible en donde cae su personaje: “La obra trata de un juicio contra Ana María Cardozo, no es la protagonista pero sí el personaje central, a quien se la acusa de crímenes que no recuerda. Esto suscita en la obra un ir y venir en el tiempo, donde los saltos temporales funcionan como habitualmente lo hacen la memoria y el recuerdo. Se revelan traiciones a la familia, a amistades, y cae presa por conveniencias de abogados y de jueces. Cuando ella descubre el rol en el que se la puso, comienza la venganza. Lo que me interesa trabajar es cómo las acciones y el contexto pueden cambiar la personalidad de una persona. Hay toques de humor, pero es un drama”.

-Una situación de anverso y reverso, donde todo no es lo que parece.

-Es lo que trato de hacer en cada obra. Como espectadora de cine o teatro, me encanta el momento donde “cae la ficha”, trato de buscar eso, que en un momento haya un clic que revele todas las situaciones. Es lo que amo e intento que suceda. Acá ningún personaje es bueno o malo sino que son las circunstancias y las acciones las que los llevan a cambiar de personalidad. No hay un villano o villana, todo dependerá de las acciones y el contexto. Eso los irá llevando, por ejemplo, a cometer un crimen o a manipular pruebas, ¡pero no quiero spoilear tanto! (risas). Esta oposición de los personajes y de la misma historia, que va de una manera y luego de otra, es lo que más me interesa trabajar.

-¿Cómo se articula la narrativa?

-El año pasado trabajé una obra (Interminable Secuencia del Amor/Horror), de la que pudimos hacer dos funciones antes de la pandemia, desde una narrativa más tradicional. Pero en La Parte Rencorosa, los flashbacks –como se les dice en cine- si bien están presentes en toda la obra no lo hacen de una manera ordenada, sino situados estratégicamente, para que el misterio se vaya revelando de a poco. Una vez revelado, sobrevendrá la reacción de Ana María. Ella no recuerda qué es lo que sucedió, por eso la obra misma funciona como la memoria, con saltos y rupturas temporales, pero no desde la linealidad del relato.

-Una situación argumental que tiene correlato en muchas historias. ¿El cine tiene influencia en tu escritura?

-Me gusta mucho ser espectadora de teatro y devoro películas. Me encanta también leer obras de teatro. Particularmente, me gustan las películas de suspenso psicológico. Cuando vi Memento, me dije ‘¡es mi modo de escribir!’. El año pasado intenté salirme de ese modo para probar algo nuevo, pero es lo que me apasiona. Como en Irreversible, que va de atrás para adelante. No hay saltos temporales, pero no respeta la lógica. Es mi modo de escribir, no lo puedo evitar, es lo que más me gusta y lo que me sale.

Mariana Valci forma parte de la compañía Teatro Almibarado, que desde 2016 lleva estrenadas 10 obras, con funciones en Rosario, Santa Fe, San Justo, Córdoba y Buenos Aires. “En Rosario somos todos productores. En la escenografía que pensamos cada objeto está cuidado, porque la propuesta es la de un tablero de ajedrez, a cuadros, blancos y negros, monocromático con detalles en rojo. Una de las actrices hace ese trabajo. Otro actor es peluquero y se encarga de los peinados. Otra actriz pega stickers en los volantes. Tenemos mucha gente que trabaja mucho, es nuestro modo pero también el de todo el teatro rosarino. Y eso le da una riqueza diferente. De repente, yo planeo una estética y lo tenemos que resolver, y eso desarrolla una habilidad distintiva desde el hacer”.