Una serie de nuevas tragedias en el Mediterráneo, donde aparecieron varias lanchas desinfladas o volcadas, han causado al menos nueve muertos y más de cien desaparecidos frente a las costas de Libia, informaron el martes los socorristas.
Desde el sábado, los guardacostas italianos coordinaron el rescate de más de 2600 migrantes a lo largo de las costas libias, lo que confirma que se mantiene el ritmo de partidas pese a las malas condiciones de navegación. Otros dispositivos de rescate se estaban llevando a cabo anoche.
En la madrugada de ayer, “un bote neumático naufragó. Los 23 supervivientes están en el petrolero ‘Maersk Erin’. Un centenar de personas están desaparecidas. Los equipos (de rescate) buscan a supervivientes en el agua y han encontrado cadáveres’’, dijo en Twitter la ONG alemana Jugend Rettet (Rescate Juvenil). Según un superviviente guineano, que fue trasladado más tarde a otro barco, el ‘Aquarius’, de las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), el bote naufragó a las 6 de la mañana y el petrolero no llegó hasta las 10.
“Eramos 122 a bordo, no había niños menores de 15 años pero había 10 mujeres que viajaban con nosotros y sólo una sobrevivió”, explicó. “Esperamos en el agua, agarrándonos a todo lo que flotaba, pero la mayoría de gente se hundió, incluido mi hermano pequeño, que tenía 15 años’’, dijo este hombre joven, citado por la portavoz de SOS Méditerranée.
El equipo del “Aquarius” dio cuenta de cuatro muertos, que fueron trasladados a la cámara frigorífica del navío, a la espera de la llegada a tierra.
La víspera, los guardacostas italianos desviaron la trayectoria de un carguero para socorrer un lancha desinflada. Rescataron a 15 supervivientes pero se tendrá que esperar su llegada a Italia –prevista el miércoles por la mañana, a Catania (Sicilia)– para tener una idea de cuántas personas desaparecieron.
Los traficantes suelen meter en este tipo de lanchas entre 120 y 140 personas, a veces más.
El lunes, el “Aquarius” intervino directamente para socorrer una lancha llena de agua y en parte desinflada, salvando a 114 migrantes, tres de ellos niños y 21 menores. Los equipos no pudieron hacer nada sin embargo por las cinco personas halladas muertas a bordo y otra que sigue desaparecida hasta el momento.
Ese mismo día, los socorristas del “Aquarius” lograron sin embargo salvar la vida de un pequeño camerunés, de unos 10 años, hallado con la cabeza en el agua después de haber inhalado emanaciones de fuel.
Después de estar inconsciente durante dos horas, pudo ser evacuado en un helicóptero hacia un hospital de isla italiana de Lampedusa, donde se encontraba estable según el parte médico de ayer.
“Fue un día muy difícil para todo el equipo médico, tuvimos que aplicar tratamientos de urgencia a muchas personas en situación crítica”, explicó ayer en un comunicado Sarah Giles, médica de MSF a bordo, que vio cómo llegaban a la embarcación 129 migrantes, 47 de ellos menores, rescatados por la tarde de otra lancha.
En el puente del “Aquarius”, muchos de los rescatados estaban traumatizados y lloraban. Algunos sufrían hipotermia o graves quemaduras provocadas por la mezcla de carburante y agua de mar, informó SOS Méditerranée.
“Nadie tendría que estar sometido a estas condiciones”, declaró en un comunicado Mathias Menge, responsable del equipo de socorristas de SOS Méditerranée, recordando “la imperiosa necesidad de mantener un dispositivo de búsqueda y rescate durante el invierno”, cuando las condiciones climáticas tornan dramática la necesidad de un rescate inmediato en caso de accidente.
Desde el 1º de enero han llegado a las costas de Italia unas 167.000 personas, según el Ministerio del Interior. Esta cifra supera ya los 153.000 del año pasado, y se acerca a los 170.000 de 2014.
Más de 1,3 millón de personas, en su mayoría huyendo de las guerras en Siria, Irak y Afganistán, llegaron a Europa por mar y de manera irregular desde el inicio de 2015, provocando la mayor crisis de refugiados en el continente desde la Segunda Guerra Mundial.