“Conozcan a Mona Haydar, la poeta musulmana que está rockeando su hiyab con un empoderante videoclip”, arenga webs del globo al presentar a esta muchacha de 28, activista de ascendencia siria, que debutó en las lides del rap con un track sensación en redes que ya alcanza los 800 mil visionados vía Youtube. En Hijabi, canción en cuestión, la entonada damisela pone en jaque la islamofobia, rompe estereotipos imperantes y se despacha a puro verso feminista, repitiendo cual mantra “Make a feminist planet / Women haters get banished / Covered up or not, don’t ever take us for granted”. O bien, harta de responder preguntas “inocuas” sobre su credo y velo, lanza con picardía la artista: “I’m bored with your fascination / I need that Pay Pal, Pay Pal, Pay Pal/ If you want education”… “Esta canción intenta crear belleza de la lucha, alegría en medio de la opresión. Esta es música de resistencia”, declama la muchacha con residencia en Michigan, Estados Unidos. Y explica además que, “a la luz de la agenda del actual gobierno norteamericano, que busca difamar y demonizar a los cuerpos de las mujeres, a los musulmanes, a los trans, etcétera, el mensaje de Hijabi pretende cambiar la narrativa opresiva por una positiva, llena de amor”. 

Celebrando, dicho sea de paso, la diversidad de talla y raza, rodeada -como está en el clip- por un talentoso team de jóvenes, coincidentes al momento de llevar con orgullo su hiyab y de sacar lustre a la pista con mágicos pasitos de baile. “Por supuesto que he recibido reacciones negativas de musulmanes conservadores, islamobóficos, trolls de Internet y misóginos. Pero intento mantenerme positiva; mi mensaje, después de todo, es decir la verdad y difundir el amor”, declara Haydar, que luce en Hijabi una panzota de 8 meses de embarazo. Lo cual, curiosamente, ha llamado tanto la atención como el intencionado mensaje de tolerancia. “Muchas mujeres me han agradecido no esperar a parir para grabar el video con un cuerpo delgado. Y precisamente de eso se trata: de derribar las estructuras invisibles que nos oprimen a las mujeres, y que muchas ni siquiera perciben. Ni el velo ni el embarazo son trabas para avanzar; digo más, han ayudado a mi propio desarrollo personal, espiritual y, por qué no, a avanzar en mi carrera”, dice Mona.